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Los 80 años del maestro Allen

El genio neoyorquino de las pequeñas obsesiones, los diálogos brillantes y los gags surrealistas no quiere jubilarse

El cineasta estadounidense Woody Allen.

David Villafranca

1 de diciembre 2015

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Los Ángeles.- Sus gafas y su mirada distraída son ya tan icónicas del mundo del cine como el bombín de Charlot o la falda de Marilyn Monroe, pero Woody Allen no se plantea retirarse al cumplir 80 años, sino que soplará las velas enfrascado en la preparación de su nueva película y de una serie de televisión. El genio neoyorquino de las pequeñas obsesiones, los diálogos brillantes y los gags surrealistas, tiene poco que demostrar a estas alturas tras una larga y alabada carrera cinematográfica coronada con obras maestras del drama y la comedia como "Manhattan" (1979) y "Hannah and Her Sisters" (1986).

Pero, además de por su talento como guionista y director, Allen es también admirado por su torrencial creatividad y por la constancia de su trayectoria, que le convierten casi en un "enfermo" del cine, capaz de mantenerse casi medio siglo en activo (su primera película "What's Up, Tiger Lily?" es de 1966) y de entregar al menos un filme cada año desde 1982.


"Todo lo que creas en tu vida se va a evaporar (...). Así que mi conclusión es que la única forma posible de afrontarlo es con distracciones", aseguraba Allen este año en una rueda de prensa en el Festival de Cine de Cannes, donde apuntó también que para él "hacer películas es una maravillosa distracción".

Tras presentar en 2015 "Irrational Man", una comedia inteligente y chispeante marca de la casa con Joaquin Phoenix y Emma Stone al frente, Allen ya tiene avanzada la producción de su nuevo filme para el próximo año, que todavía no tiene título pero que contará con el protagonismo de la actriz Kristen Stewart ("Twilight").

Junto a ella aparecerán Blake Lively, Jesse Eisenberg, Steve Carell y Parker Posey, entre otros, para dar forma al reparto de una película cuyo argumento se mantiene en secreto, pero que sí se conoce ha sido rodada en Los Ángeles y en su ciudad fetiche y postal habitual de su cine, Nueva York.

Pero si algo ha llamado recientemente la atención del mundo del espectáculo en torno a la figura de Woody Allen es la preparación de un proyecto para Amazon con el que desembarcará en el mundo de la televisión en 2016. "Es un error catastrófico", dijo Allen en Cannes para referirse, con su característica ironía, a la dificultad de desarrollar una serie compuesta por seis capítulos de media hora que se podrá ver de manera exclusiva en el Prime Instant Video de Amazon en Estados Unidos, el Reino Unido y Alemania. "Espero no decepcionar a Amazon, pero no soy bueno en ello, no veo muchas series, no sé lo que he hecho. Espero que no sea lo más embarazoso que he hecho en mi vida", añadió sobre un proyecto envuelto en misterio, del que no se sabe ni el reparto ni tampoco el argumento.

Es habitual que Allen no se refiera a sí mismo con demasiada importancia, haciendo gala de un despreocupado sentido de la vida como si tratara de quitarse méritos, tal y como señaló al biógrafo estadounidense Eric Lax en el libro "Conversations with Woody Allen" (2009). "Mi percepción objetiva -le dijo el cineasta a Lax- es que no he logrado nada artísticamente significativo. Creo -prosiguió- que no he hecho una contribución real al cine, comparado con otros de mis contemporáneos como (Martin) Scorsese, (Francis Ford) Coppola o (Steven) Spielberg (...). Sólo soy un tipo ocurrente de Brooklyn y Broadway que ha tenido mucha suerte".

Sin embargo, resulta innegable que su figura ya se ha convertido en un icono del cine, un lugar en el que se confunden creador y personaje y donde resulta difícil discernir si los tics excéntricos, las dudas existenciales o las obsesiones por el sexo, la religión o el amor son frutos de su imaginación o el reflejo de su personalidad.

Ganador de cuatro Óscar y con 45 largometrajes en su haber, a Allen le siguen llegando reconocimientos, como la reciente votación del sindicato de guionistas de Hollywood (WGA, por sus siglas en inglés), que proclamó a "Annie Hall" (1977) como el guión más divertido de la historia del cine por delante de "Some Like it Hot", de Billy Wilder, y "Groundhog Day", de Harold Ramis.

Pese a ello, parece que Allen no piensa en la jubilación y sigue empeñado en hacer cine, con breves pero puntuales interrupciones para tocar el clarinete y hacer giras junto a la New Orleans Jazz Band, mientras observa el paso del tiempo con su peculiar y divertida forma de entender la realidad.

"Cuando te haces mayor, la palabra 'legado' siempre surge", dijo Allen en el libro de Lax. "Pero yo personalmente no tengo ningún interés en ello, porque creo firmemente que ponerle tu nombre a una calle cuando ya estás muerto no ayuda a tu metabolismo".

[destacado titulo="Annie Hall y otras nueve películas de Woody Allen"]

Allen

Alicia García de Francisco

En los 49 años que lleva activo en el cine, Woody Allen ha tenido tiempo para hacer 45 largometrajes y ganar cinco Óscar -uno a mejor película, tres de guion y uno de director-. Los hay buenos y malos -aunque todos interesantes- y al menos diez alcanzan la nota de excelentes.

-- "Annie Hall" (1977). Su primer gran éxito y la que logró más Óscar -cuatro-, incluido el único a mejor película de su carrera para la que fue su mejor colaboración con Diane Keaton y con la que estableció esa mezcla de comedia y drama que tan bien le ha funcionado desde entonces.

-- "Manhattan" (1978). Toda una declaración de amor por su adorada Nueva York y con la imagen que mejor representa su cine. Woody Allen y Diane Keaton sentados en un banco y contemplando el puente de Brooklyn, en un blanco y negro tan bello como melancólico. Desde entonces, lugar de peregrinaje para los fans del realizador.

-- "Zelig" (1983). El filme más complejo de Woody Allen y el más difícil de ver, que con los años pasó a ser de culto y un ejemplo de la profundidad que puede alcanzar su cine a partir de premisas en apariencia absurdas. En este caso, la de Leonard Zelig, el camaleón humano, su mejor interpretación como actor.

-- "The Purple Rose of Cairo" (1985). Mágica es la palabra que mejor define a esta historia que homenajea el cine, la imaginación y los sueños. Una dulce Mia Farrow para una historia que se alejó de la habitual contemporaneidad de Woody Allen pero no de las relaciones de pareja.

-- "Hannah and Her Sisters" (1986). Una historia de relaciones cruzadas, de nuevo un canto a Manhattan y la única en la que la pareja protagonista se llevo el Óscar: Diane Wiest y Michael Caine -único actor en lograrlo por un filme de Allen-. El mejor resumen, un verso de E.E. Cummings que el realizador utiliza en la historia: "Nadie, ni siquiera la lluvia, tiene las manos tan pequeñas".

-- "Crimes and Misdemeanors" (1989). Un reparto de lujo, con Martin Landau, Alan Alda o Angelica Houston, para una historia de amor, religión, existencialismo, traiciones y remordimientos, un reflejo de la vida, con sus toques de ironía y la elegancia de un estilo narrativo único.

-- "Another Woman" (1988). Su película más reflexiva y el mejor papel de Gena Rowlands fuera del cine de su marido, John Cassavetes. Delicadeza para contar la crisis de una mujer de mediana edad en un filme injustamente olvidado de una filmografía abundante en la que es difícil destacar.

-- "Manhattan Murder Mystery" (1993). Woody Allen recuperó en esta película un poco de la locura de sus inicios, aunque pasada por el peso de los años y de la experiencia. Toques de Agatha Christie convenientemente mezclados con las neurosis del realizador neoyorquino.

-- "Match Point" (2005). La mejor de las películas que ha rodado en Londres. Un triángulo amoroso lleno de traiciones y mentiras, una de las historias de base favoritas de Allen, que se mueve como pez en el agua entre las falsedades y ambiciones de la clase media que aspira a más.

https://www.youtube.com/watch?v=351SoeorWuQ

-- "Midnight in Paris" (2011). Allen recuperó en París la magia de El Cairo para una historia en la que saltaba en el tiempo sin justificación alguna. La única, ofrecer una película llena de luz, de literatura y de diversión con un montón de actores que se rindieron a su genio.

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