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¿Cuál es el vehículo para la unidad opositora: CxL, PRD, o los dos?

Ambos partidos nacieron el 2 de mayo de 2017: hoy tienen la llave para sellar el puente o el abismo entre la Alianza Ciudadana y la Coalición Nacional

Ciudadanos por la Libertad y el Partido por la Restauración Democrática son las dos fuerzas políticas con personería jurídica. // Ilustración / Confidencial.

Confidencial Digital

22 de febrero 2021

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En condiciones cada vez más adversas para sus líderes, por lo menos cuatro de ellos bajo asedio policial en sus casas —Félix Maradiaga, Juan Sebastián Chamorro, Medardo Mairena y Miguel Mora—, la oposición dividida entre la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana busca escoger el partido que sea el vehículo político más efectivo para organizar una alianza electoral de la oposición en Nicaragua.

El puerto de llegada es canalizar el descontento nacional, después de 14 años del régimen de Daniel Ortega, en los comicios presidenciales del siete de noviembre, y ofrecerle al electorado Azul y Blanco una alternativa de cambio democrático ante la dictadura.


Sin una reforma electoral a la vista, existen solo dos opciones de partidos vinculados a la oposición que cuentan con personería jurídica, mientras el régimen se rehúsa a abrir el sistema político para permitir la inscripción de otras fuerzas políticas o movimientos cívicos que surgieron en la Rebelión de Abril.

En la Alianza Ciudadana está Ciudadanos por la Libertad (CxL), y en la Coalición Nacional está el Partido de Restauración Democrática (PRD). El primero unido a la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia. Y el segundo forma parte de la Coalición, integrada por la Unidad Nacional Azul y Blanco, el Movimiento Campesino, el movimiento Fuerza Democrática Nicaragüense, y el partido regional indígena Yatama. 

Además del PRD y CxL, en el sistema político nicaragüense existe un nutrido grupo de partidos “zancudos” o colaboracionistas, entre ellos el Partido Liberal Constitucionalista ( PLC), la Alianza por la República (APRE), el Partido Liberal Independiente (PLI), el Partido Conservador (PC), y la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), que cuentan con personería jurídica.

vehículo de la oposición en Nicaragua

Las encrucijada de la Alianza Ciudadana y la Coalición Nacional. ¿Cuál es el camino para llegar a los comicios de noviembre 2021? // Ilustración/ Confidencial.

Un parto de “gemelos” en 2017

El parto del PRD y CxL ocurrió hace cuatro años y se asemeja al de unos gemelos que nacieron en bolsas políticas separadas. El dos de mayo de 2017 el cuestionado Consejo Supremo Electoral (CSE) —acusado de fraudes electorales a favor del FSLN y de despojar a la variopinta Coalición por la Democracia de la casilla del PLI en las elecciones de 2016—  les otorgó su respectiva personería jurídica.

Nacieron un año después de la segunda reelección consecutiva de Ortega en elecciones dominadas por la abstención masiva, y en la víspera de los comicios municipales de 2017.

En las votaciones municipales de 2017, no existe un registro oficial del CSE, pero según el reporte publicado por medios oficialistas, CxL obtuvo 148 321 votos, y ganó cinco alcaldías: El Cuá, San Sebastián de Yalí y Santa María de Pantasma, en Jinotega; Murra, en Nueva Segovia, y El Almendro, en Río San Juan. Por su parte, el PRD obtuvo 23 415 votos, según las mismas fuentes, y ganó 18 concejales en todo el país, la mayoría localizados en el occidente de Nicaragua. Al PRD no le fue asignado ningún alcalde por la autoridad electoral.

Luego, en las elecciones regionales de 2019 en el Caribe, CxL tuvo 4673 votos y el PRD 173 en la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte. En el Caribe Sur, en cambio, CxL logró 3721 votos y la otra organización política 100 votos, según los resultados publicados en el CSE.

Con su participación en los comicios de 2017 y 2019, CxL y el PRD “legitimaron con su presencia un proceso viciado”, cuestionan algunos partidarios de los movimientos autoconvocados. Sin embargo, ahora estos son los únicos vehículos que están a su disposición para ir a una elección.

Para Violeta Granera, directiva de la Unidad Nacional Azul y Blanco en la Coalición Nacional, el principal activo que tienen estas organizaciones es su personería jurídica en medio de un sistema político sin partidos políticos fuertes. Están claros que es frágil y en cualquier momento el régimen puede quitárselas.

“Tenemos trece años en que no hay procesos electorales libres, por lo tanto la representatividad de todos los partidos es bastante dudosa. No ha habido herramientas para medir la popularidad o adhesión a los partidos políticos y más bien lo que vemos en las elecciones ha sido un rechazo a los partidos”, explicó Granera, quien era la candidata a vicepresidenta cuando el CSE inhibió al PLI en 2016.

¿Cuál es el peso político real de CxL y el PRD? Ante la escasez de información pública en la página oficial del CSE y la opacidad general que reina en el Estado, CONFIDENCIAL entrevistó a analistas políticos y a tres dirigentes del PRD, incluido su presidente Saturnino Cerrato. Durante tres semanas solicitamos una entrevista a Kitty Monterrey, presidenta de CxL, que fue pospuesta por su vocero en dos ocasiones, hasta una fecha aún no definida. En su ausencia, ninguno de los directivos del partido respondió nuestra solicitud.

PRD: el partido confesional del reverendo Cerrato

El PRD se define en sus estatutos como una organizacióncuyo pensamiento político se nutre de los valores éticos y morales” y se identifica con “los postulados ideológicos de los principios bíblicos”. Además, 11 de los 12 miembros de la Junta Directiva Nacional son evangélicos, de los cuales cuatro son pastores y los demás son miembros de Iglesias.

El rostro más conocido del PRD, sin embargo, es un hombre que vive en un complejo de residencias ubicado junto a las instalaciones de las Asambleas de Dios y la universidad Martín Lutero, en carretera vieja a León, donde sus vecinos lo llaman  “reverendo Cerrato”, quien ocupa el cargo de coordinador durante el mes de febrero de la Coalición Nacional.

Saturnino Cerrato, exsuperintendente de las Asambleas de Dios y presidente del Partido de Restauración Democrática. // Foto: Nayira Valenzuela | Confidencial

Saturnino Cerrato, exsuperintendente de las Asambleas de Dios, repite sonriendo que no se arrepiente de haber entrado a la política hace ya cinco años. Mientras con una mano niega que sean confesionales —dice que solo tres de 18 concejales que lograron en 2017 son evangélicos—, con la otra dice que ellos pueden cambiar una historia de dos siglos, en la que “hemos sido gobernados por católicos y este país sigue en crisis con tres dictaduras y gobiernos corruptos. Nosotros nunca hemos estado en el poder, ahora que ya somos una representación del 50% de la población, entonces podemos optar al poder y probar que sí se puede gobernar bien este país con todas las riquezas que tiene y proveerle bienestar a nuestra ciudadanía”.

El reverendo sale en defensa de los líderes evangélicos cuando se le señala el silencio que mantuvieron durante la represión de 2018, cuando hubo 328 asesinados. A diferencia de los pastores evangélicos, la Iglesia católica denunció la violencia estatal contra los ciudadanos.

“En Nicaragua habemos 15 000 pastores. De esos, los más que apoyan al FSLN, líderes, sobresalen diez. ¿Por qué vas a juzgarnos a los demás cuando somos el 95% que no favorecemos al régimen?”, pregunta. Pero justifica el silencio en el temor a que les quiten la personería jurídica con la que operan las Iglesias, mientras asegura que espera que su paso por la política inspire a otros evangélicos.

Pese a la opinión política de Cerrato, el superintendente de la Iglesia Asamblea de Dios, Pedro Pablo Rojas, considera el trabajo político de este “ministro jubilado” como algo independiente a la misión religiosa.

“No tenemos ningún compromiso moral, (o de) respaldo a su partido. Trabajamos independientes, él (Saturnino) en su área política y nosotros en la misión que (Dios) nos ha delegado: la salvación de las almas y el discipulado”, explicó Rojas.

Actualmente, el PRD cuenta con 1000 miembros registrados en todo el país, según Roberto Rodríguez, encargado de la secretaría de Organización. Representantes de la Coalición Nacional afirman que sus organizaciones y partidos han emprendido un esfuerzo por “recomponer las estructuras del partido y el tendido electoral (del PRD) para dar la batalla, eventualmente”.

“Es muy difícil decir un número. Hay movimientos sociales, como el campesino, la Unidad Nacional, son los movimientos sociales más grandes. Ya tenemos cubiertos todos los municipios y comunidades, tenemos ya comités municipales en casi todos los municipios y tenemos un padrón de 2000 personas que hemos definido como mínimo para nuestro proceso de selección interna de las precandidaturas, pero no es la fuerza. La fuerza nos la va a dar que estemos unidos”, asegura Violeta Granera, miembro del Comité Nacional de la Coalición.

Reportes periodísticos de 2017 indican que esta organización recibió el 5% del reembolso electoral, que equivale a 18 millones de córdobas de los 364 millones que el CSE pagó a los partidos políticos en concepto de reembolso por la campaña electoral de ese año.

Según la ley electoral, el Estado de Nicaragua destina el 1% de los ingresos ordinarios del Presupuesto General para reembolsar los gastos de campaña electoral de los partidos que participaron en el proceso. Verificar el detalle sobre lo que recibió el PRD o CxL resulta imposible en la página del CSE, donde se encuentra la ficha de cada partido de manera general y se muestran únicamente los resultados de las elecciones regionales del Caribe en 2019.

Los estatutos del PRD dicen que el partido se financia con el aporte de cada miembro, donaciones, herencias y proyectos. El secretario de organización dice entusiasmado: “Oíme la plata muchas veces la pone el pueblo. Cuando un partido nace, muchos de sus actores invierten, colaboran. Si te das cuenta lo que es un tendido electoral es millonario el asunto”.

Además de los 1000 miembros del PRD, Rodríguez afirma que ya tienen organizadas sus estructuras en los 153 municipios, incluidos Granada, Carazo y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur, donde algunos directivos emigraron a Costa Rica y otros a Estados Unidos después de la represión de 2018. “Ya se buscaron personas que militan con nuestro partido para que ocupen desde ya esos cargos, por tal razón estamos al día con nuestros directivos departamentales”, dijo. 

unidad opositora

Kitty Monterrey, quien preside con mano de hierro el partido Ciudadanos por la Libertad. // Foto: Archivo | Carlos Herrera | Confidencial

CxL: El liberalismo de la “dama de hierro” Kitty Monterrey

Para Rodolfo Quintana, secretario de organización de CxL, el partido tiene 50 000 miembros activos. La información fue divulgada en el programa radial de esa organización, pero CONFIDENCIAL no logró verificar el dato político de manera independiente.

El Comité Ejecutivo Nacional de este partido no reveló a los medios de comunicación el monto del reembolso del CSE que obtuvo en las elecciones municipales de 2017 y, aunque son fondos del tesoro de la nación, esa información no es pública.

CxL se formó a partir de la facción del Partido Liberal Independiente (PLI) que dirigió el exdiputado Eduardo Montealegre hasta 2016, cuando el CSE entregó la personería jurídica de ese partido a Pedro Reyes Vallejos luego de un fallo judicial que destituyó a 16 diputados propietarios y 12 suplentes que fueron electos en los comicios de 2011. De ese modo, el régimen quitó del camino electoral a la principal alianza de oposición bajo la figura de Coalición Nacional por la Democracia, integrada por el PLI de entonces, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), el Frente Amplio por la Democracia, un sector de la Resistencia, el partido Movimiento de Unidad Costeña, el Movimiento Constitucional Ramiro Sacasa, y dejó a Ortega sin competencia electoral.

Sin embargo, la presidenta de ese partido, Kitty Monterrey, enfatizó durante una entrevista en Canal 10, el pasado 14 de enero, que CxL “no es el PLI, ni siquiera se parece”. Según la dirigente, el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de CxL integrado por Óscar Sobalvarro, Quintana, Guillermo Medrano, Augusto Valle y ella “no tiene nada que ver” con la antigua dirigencia del PLI y el pensamiento de los miembros “es totalmente diferente”.

El exdiputado Eliseo Núñez, del círculo de Montealegre en el Partido Liberal Independiente (PLI), asegura que, desde que el líder opositor oficializó su retiro de la vida política —el dos de septiembre de 2016—, no se volvió a involucrar en la estructuración del partido que estaba surgiendo. Monterrey, quien fue la tesorera nacional y directora ejecutiva de aquel PLI, asumió la dirección del movimiento al que luego el CSE otorgó la personería jurídica.

En sus estatutos, CxL se define “como un partido político de naturaleza republicana, democrática y de filosofía liberal”. Razón por la cual Kitty Monterrey rechaza la idea de aliarse con otro de los miembros de la Coalición Nacional: el otrora Movimiento Renovador Sandinista (MRS), según Núñez.

Varios dirigentes de CxL antagonizan con algunos movimientos sociales agrupados en la UNAB, y en especial con la Unión Democrática Renovadora, Unamos, el nuevo nombre del MRS, al que descalifican por la participación de algunos de sus líderes en el gobierno revolucionario de los ochenta y en el FSLN entre 1990 y 1994.

Desde el lado de la Coalición, CxL es percibido como un partido atado al sectarismo ideológico de su líder Kitty Monterrey que divide el mundo entre “liberalismo y socialismo”, ignorando la contradicción que predomina en Nicaragua entre democracia y dictadura.

El tono de las discrepancias subió el 13 de enero pasado, cuando Kitty Monterrey, presidenta de CxL, dijo que “la Coalición no existe” y que solo reconoce a algunas organizaciones que la integran. La dirigencia de su partido ha descalificado a quienes ven como sus adversarios en las mismas filas de una oposición debilitada. No una vez, sino en tres ocasiones.

“¿Estarías dispuesto a hacer una sociedad con alguien que no te va aportar nada?”, replicó el vicepresidente de Monterrey, Óscar Sobalvarro, cuando fue consultado por Radio Darío, el cinco de febrero pasado, sobre la posibilidad de una alianza electoral con el PRD. El reverendo Saturnino Cerrato, quien dirige a esa organización, lamentó la soberbia de la dirigencia de CxL.

Los exabruptos de los líderes de CxL contradijeron los llamados a la unidad de la Alianza Ciudadana, que un mes después de su creación no ha logrado sumar a ninguna nueva agrupación en sus filas. 

La autoridad suprema del partido que Monterrey maneja con “mano de hierro” es la Convención Nacional, seguida del Comité Ejecutivo Nacional, las Asambleas Departamentales o Regionales; las Juntas Directivas Departamentales o Regionales, la Asamblea Municipal o Distrital; la Junta Directiva Municipal o Distrital, las Asambleas Territoriales y las Juntas Directivas Territoriales. Además, el partido cuenta con comisiones nacionales, departamentales, regionales y municipales, y una organización juvenil llamada Jóvenes por la Libertad.

¿Por qué no se logra la unidad de la oposición en Nicaragua?

Pese a los cruces de espadas entre sus dirigentes, CxL y PRD comparten demandas en común como la libertad de los presos políticos, que se den elecciones libres, y la restauración del sistema democrático. Las razones que han impedido que se acerquen son influidas por las desconfianzas mutuas. “Yo siempre he pensado que las otras casillas disponibles están bajo el control de Ortega”, dijo Monterrey a la revista de Canal 10, al ser consultada sobre las alianzas electorales que CxL podría establecer. Mostrando de esa forma su desconfianza hacia el PRD, su representante legal el reverendo Cerrato y al secretario de coordinación política, Julio González.

Después que el CSE le quitó la personería jurídica al PLI y destituyó a sus diputados en 2016, Cerrato, quien ya había establecido conversaciones con Eduardo Montealegre, se cruzó a la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), un aliado del FSLN, donde lo hicieron candidato presidencial. Un año después el CSE le dio su propia personería jurídica el mismo día que se la otorgó también a CxL en una de esas movidas políticas realizadas por el oficialismo que controla al tribunal electoral.

En el caso del PRD, “ha habido algún entendimiento con el Frente Sandinista, yo no me voy a atrever a decir si se mantiene o no, pero obviamente existe esa posibilidad y mientras exista, también existe la posibilidad de que sea Ortega el que le mandate hacer lo que a él le conviene”, dijo Monterrey.

Óscar Sobalvarro considera al PRD como “un partido desorganizado” y “sin la estructura necesaria para defender el voto”. Mientras que Monterrey insiste en que “el hecho que el PRD esté presidido por un evangélico no significa que todos los evangélicos siguen a Saturnino” y recordó que una parte de la población evangélica ha respaldado la gestión de la Iglesia católica en la crisis sociopolítica generada por la represión.

Félix Maradiaga, precandidato presidencial de la Unidad Nacional Azul y Blanco, considera que las verdaderas razones por las que no se ha dado la unidad es que hay agendas de pequeños grupos con mucho poder detrás de los actores públicos, a quienes no identificó. “Las personas que han dado la cara no necesariamente tienen autonomía política para tomar decisiones”, agregó.

Julio González, dirigente del PRD, explicó que no tienen una casilla fijada como partido para participar en las elecciones presidenciales y están dispuestos a un diálogo franco y transparente. Este hombre, identificado en círculos evangélicos como la mano derecha del reverendo Cerrato, es causa de desconfianza para los dirigentes de CLx. Monterrey “cree que es un infiltrado del Frente Sandinista”, comentó el exdiputado Núñez, y agregó que “él es el que impide una negociación” entre ambas organizaciones. González niega categóricamente su vínculo con el FSLN.

En 2001, González fue miembro de Camino Cristiano Nicaragüense, dirigido por el reverendo Guillermo Osorno, y posteriormente de Alternativa por el Cambio, de Orlando Tardencilla. Ambos partidos y sus dirigentes luego se aliaron al partido de Gobierno. González dice que se salió de ambas organizaciones cuando sintió que cambiaron de rumbo y se plegaron al sandinismo. Se describe como alguien que se gana la vida como cuentapropista. Es médico de profesión, pero dejó de ejercer hace más de 25 años y “vendo agua helada porque da más vender agua que estar en los centros de salud”.

“Nunca me he sentado con Daniel Ortega y Rosario Murillo. Más bien tengo entendido que los empresarios han tenido vínculos directos. Sus empresas crecieron. Le dieron calor a la víbora”, reprochó González.

Aunque las diferencias entre las facciones de la oposición son cada vez más ruidosas en la opinión pública, la Alianza Ciudadana creó una comisión de diálogo político para conversar con los grupos opositores aglutinados en la Coalición Nacional. Esta comisión está formada por José Dávila, Daysi George West y Mario Arana, miembros de la Alianza Cívica, junto a Óscar Sobalvarro de CxL.

El reverendo Cerrato, a nombre de la Coalición Nacional, reveló que la Coalición ya tiene designados a quienes acompañarían al PRD en las posibles conversaciones con CxL: el abogado José Pallais, por el FDN; Violeta Granera, por la UNAB, y el exdiputado Armando Herrera, por ACUN, como se denominan los líderes territoriales que decidieron quedarse en la Coalición tras la salida de la Alianza Cívica.

La propuesta de la Alianza Ciudadana es que algunos partidos políticos de la Coalición se integren a través de CxL, y que los movimientos cívicos se sumen a través de la Alianza Cívica. Sin embargo, la oferta no ha prosperado. La Coalición demanda un diálogo con CxL, según el vocero de la Comisión de Buena Voluntad, Carlos Tunnermann, Monterrey no ha brindado ninguna respuesta a la solicitud que él canalizó.  

El exdiputado José Pallais, miembro del FDN y de la Coalición, hace una propuesta distinta. “Nosotros estamos proponiendo que la escogencia para candidatos tanto para presidente y diputados sea a través de primarias o consulta popular. Ese ha sido el principal pegón de las alianzas, lo que ha ocasionado mayor controversia y ha requerido más tiempo. Si quitamos ese elemento (la escogencia de los diputados) y se lo dejamos a la gente se facilita la negociación”, aseguró Pallais.

Según el jurista, la casilla única de la oposición escogida por consenso debe estar al servicio de todos, organizaciones civiles y partidos que confluyan en un plan de gobierno y se mantienen reuniones periódicas para tomar decisiones en beneficio común de la plataforma, lo que generará confianza.

Pallais explicó que bajo la ley actual, las organizaciones y partidos aliados deben ir en la casilla y bajo el emblema del partido que constituye la alianza, cuyo representante legal también proviene del mismo. Agregó que hay una propuesta para cambiarlo por un sistema en que todos escogerían el nombre de la agrupación para la campaña, igual que al representante. “Eso funcionaría —sostuvo— si se aprueba la reforma que está propuesta. Pero nosotros tenemos que prepararnos para ambos escenarios: con reforma o sin reforma”.

La represión que no cesa

En la medida en que se acerca el proceso electoral, el régimen ha incrementado el asedio policial hacia los principales líderes y movimientos de la oposición. En el caso de CxL y PRD, los oficiales les han impedido realizar reuniones territoriales y han mantenido encerrados en sus propias casas a los líderes de los partidos.

El seis de febrero pasado, en el departamento de Estelí, el comisionado general Alejandro Ruiz, irrumpió en un hotel del norte de Nicaragua donde se realizaría una reunión de CxL.

—¿Quién es el administrador aquí? ¿Usted?— preguntó a un hombre detrás de un mostrador, quien asintió con la cabeza.

—No se puede realizar ningún evento aquí— ordenó sin más explicación y, cuando un periodista presente en el sitio le preguntó por qué, le pidió inmediatamente su cédula de identidad. Luego cortaron la transmisión.

Asimismo, el pastor Rudy Palacios, presidente departamental del PRD en Carazo, fue arrestado el 29 de enero y liberado horas después, por organizar una reunión del partido en ese departamento. Ese mismo día, la Policía retuvo al precandidato presidencial del partido de Cerrato, Miguel Mora, propietario del confiscado 100% Noticias y expreso político, y lo escoltaron hasta la puerta de su casa en Managua.

El caso de Mora, quien asistiría junto con Cerrato a la reunión de Palacios, ilustra hasta dónde puede llegar el abuso. Según Palacios, las autoridades mantienen un control a los establecimientos (hoteles, restaurantes) de Diriamba y Jinotepe —en el departamento de Carazo— a quienes les advirtieron que no alquilen a “golpistas” como llaman a los opositores desde la rebelión cívica de 2018, que el Estado considera un intento de derrocar a Ortega.

“Si se atreven les cae la DGI (Dirección General de Ingresos)”, explicó Mora, quien el día que lo llevaron a su casa fue abordado por un oficial que se identificó como miembro del área de inteligencia de Carazo. Le tomó fotografías, llamó a uno de sus jefes a una distancia de unos metros del dueño de 100% Noticias, que pudo escucharlo, e inmediatamente una escolta de policías lo condujo hasta que llegara a su residencia.

Ante esta situación, Mora asegura que buscan esfuerzos alternativos para llevar su mensaje político a las bases de su partido y el asedio lo están documentando para denunciar a Ortega —una vez más— ante la comunidad internacional.

“La salida es seguir resistiendo. Esto (la denuncia) está llegando a la comunidad internacional que tomará una decisión en mayo. Entonces se valora si este régimen será reconocido y lo que va pasar es que le van a decir a Ortega ni corrás, porque sos out”, dijo Mora usando la anécdota de un manager del béisbol apodado “el churruco”, que popularizó el ingeniero Enrique Bolaños antes de las elecciones de 1984.


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