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Rosario, ¿candidata a vice?

Según Ortega, la Primera Dama ya ejerce el 50% del poder desde 2007. Opositores consideran que el caudillo ha optado por definir un relevo familiar. La posible candidatura de Murillo no tiene ninguna prohibición legal según los especialistas. Manos libres para ella y para él. Después de las reformas constitucionales, no quedó ninguna prohibición para que el caudillo sandinista intente coronar su cuarto período presidencial

Octavio Enríquez

16 de julio 2015

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La posible escogencia de la primera dama Rosario Murillo, de 64 años, como candidata a vicepresidente del comandante Daniel Ortega en los comicios del 2016, es una de las estrategias que se consideran a puertas cerradas en el seno de la familia presidencial para despejar el camino futuro de la sucesión presidencial.

La versión de la presunta candidatura de Murillo a la vicepresidencia ya está circulando entre algunos sectores de la Juventud Sandinista, mientras el rostro de la Primera Dama  solitaria ha empezado a verse en las papeletas de propaganda gubernamental en las calles de Managua y algunas calcomanías han sido colocadas en coches promoviendo su nombre. Y aunque en la mayoría de los afiches Murillo aparece con Ortega como virtual co-Presidenta y fórmula política, en el parque central de Masaya ya se instaló un poster gigante de la Primera Dama.


El asesor presidencial en asuntos internacionales Miguel D´Escoto considera que la Primera Dama tiene “muchísimas” cualidades para ser candidata. El religioso es uno de los consejeros más cercanos a la pareja presidencial y uno de los pocos que habla del tema. Ni Rafael Solís, magistrado judicial y padrino de bodas de la pareja presidencial, quiso hablar y menos el jefe de la bancada parlamentaria Edwin Castro.

D´Escoto dice que el trabajo realizado por Murillo al frente del gobierno es “excelente” y agrega que le preocuparía si la oposición estuviera a favor de ella cuando se le pregunta por las críticas que le formulan.

Con su cargo de “coordinadora del Consejo de Comunicación”, Murillo actúa como jefe de gabinete de facto de Ortega e incide de forma directa en nombramientos y destituciones de funcionarios y en la permanente reorganización de los Ministerios, y ejerce una línea de mando con las alcaldías y estructuras territoriales.

Es la portavoz del gobierno y la encargada de diseñar la nueva imagen del FSLN y del gobierno: cambió el escudo de Nicaragua en la papelería del Estado, ordenó que árboles de Navidad estuviesen en las rotondas de Managua durante todo el año en las principales avenidas y luego los sustituyó por “árboles” de lata color amarillo, que ahora son símbolo del Estado-partido.

Ortega ha dicho públicamente que ella ejerce ya el 50% del poder en el Ejecutivo. Según fuentes del partido sandinista consultadas por Confidencial, uno de los principales objetivos de la nominación de Murillo como vicepresidente sería transparentar de forma institucional el poder real y garantizar el relevo del proyecto en el poder, si al Presidente llegara a pasarle algo. Si se produjera una falta de Ortega, la sucesión constitucional recaería sobre el vicepresidente Omar Halleslevens y aunque nadie duda de su lealtad hacia Ortega, el futuro plantearía una serie de imponderables para Murillo si las líneas de mando no están claramente delineadas.

Sin embargo el asesor D´Escoto dice que es “demasiado prematuro” para hablar de la sucesión del comandante Ortega.

El analista político Oscar René Vargas, ex asesor de la Dirección Nacional del FSLN, ve lógica la candidatura de Murillo como vicepresidenta, pero la nominación le despierta varias preguntas.

“Es lógico que se esté planteando una sucesión ordenada, porque ahora no está establecida en el sentido de que si mañana le pasa algo al Presidente el sucesor es Halleslevens. Ella no tiene ningún cargo oficial. Crearía un doble poder, habría dos cabezas. Para evitar ese asunto creo que ellos están planteando lo que hicieron en Argentina con Perón que quería que la sucesora fuera Isabel. Es la  lógica que se puede establecer. La pregunta que yo me hago es que el mayor punto favorable del Presidente Ortega es su alianza con el gran capital. ¿El gran capital estaría de acuerdo con esa sucesión?”, pregunta Vargas.

Vargas dice que hasta ahora Ortega ha logrado conciliar las tendencias dentro del FSLN y duda que Murillo pueda hacer esto, porque no cuenta con el historial político del caudillo. Las tendencias que identifica son los cuadros históricos y la nueva clase que ha hecho capital usufructuando el poder y que se entiende con la oligarquía tradicional. Son socios en algunos casos.

“Desde el año 2011, la sucesión de ella (Murillo) se estaba planteando y hubo resistencia a lo interior de las diferentes corrientes del FSLN. No sé si esas resistencias se han debilitado de cara a esa posibilidad”, dijo el especialista.

Núñez: preocupación de familia del mandatario

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En la oposición centran más el tema en el estado de salud del Presidente. El diputad Eliseo Núñez, del Partido Liberal Independiente (PLI), estima que hay preocupación en la familia presidencial y dice que desde la Secretaría del FSLN han enviado en los últimos meses varias señales en ese sentido. Quizás una de las que menos se percató la población ocurrió en 2014 cuando el FSLN terminó de aprobar las reformas constitucionales en la Asamblea Nacional.

Núñez narró que entonces se introdujo un párrafo en el artículo 146 en que por primera vez se planteó el mecanismo sobre cómo se sustituirían los candidatos a Presidente y Vicepresidente si hubiese una renuncia, falta definitiva o incapacidad, reemplazos que serían escogidos por los respectivos partidos políticos.

“Para mí estas decisiones revelan una preocupación por la salud de Ortega”, insistió. El legislador recuerda cómo el año pasado fuentes militares y sandinistas hicieron correr el rumor de la muerte de Ortega tras semanas de desaparición pública, y luego el mandatario reapareció con lo que el tema de la salud presidencial fue enterrado en la agenda mediática.

La “sucesión familiar”

Núñez dice que la colocación de Murillo como candidata a la vicepresidencia revelaría la voluntad del FSLN por instaurar una sucesión familiar, no institucional, y, a diferencia de quienes la ven en el papel de maestra de ceremonia, guiando únicamente los actos del mandatario, el legislador cree que el gobierno proyecta a la familia en el poder.

La posible candidatura de Murillo no tiene ninguna prohibición legal según los especialistas consultados. Manos libres para ella y para él. Después de las reformas constitucionales, no quedó ninguna prohibición para  que el caudillo sandinista intente coronar su cuarto período presidencial (1984-1990, 2007-2011, 2012-hasta ahora).

El abogado constitucionalista Gabriel Álvarez agrega que la prohibición establecida para optar al cargo de Presidente y Vicepresidente pasa de largo cuando se trata de la Primera Dama. “En mi opinión según una interpretación literal, no hay prohibición legal pues el cónyuge no entra dentro del cuarto grado de consanguinidad, ni dentro del segundo de afinidad, ni en ninguna de las causales inhibitorias del artículo 147 de la Constitución”.

Para el diputado Núñez, si se cumple el plan, la candidatura provocaría controversia en las estructuras del sandinismo, pero también es previsible que no se esperen grandes sobresaltos dado que Murillo tiene control suficiente sobre las estructuras partidarias con lo que puede hacerle frente a los reclamos de la vieja guardia del FSLN encarnada en Lenín Cerna y Bayardo Arce.

El sociólogo Manuel Ortega Hegg, de la Universidad Centroamericana (UCA), afirma que en la actualidad “sin lugar a dudas Rosario Murillo tiene la más alta presencia en las estructuras del FSLN y en el gobierno”.

“Esa omnipresencia ha sido planeada muy cuidadosamente. Expresamente se ha silenciado, separado u opacado cualquier figura que dentro del partido pudiera hacer sombra a la pareja presidencial, lo que incluye a Rosario Murillo. Sin embargo, esa fuerte presencia no debe hacer olvidar que ella es también una figura controversial en el seno del partido y en algunos sectores más pareciera temérsele que apreciársele. Por ello es difícil poder medir con precisión el significado unívoco de su omnipresencia y de su peso político propio”, añadió.

Fortalezas y debilidades

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El sociólogo Manuel Ortega Hegg planteó las principales fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas en torno a una posible candidatura de Murillo.

Fortalezas:

-Tiene una fuerte presencia pública cotidianamente y es conocida en todo el país;

-Es una mujer de carácter que no dejaría dudas de que ella manejaría el poder.

- Tiene experiencia de gobierno.

-Su retórica populista  y maternal en el contexto nacional tiene un eco en sectores populares.

-Es reconocida como una mujer hábil.

-Cuenta con una estructura partidaria, recursos y medios muy superiores a cualquier otro candidato, salvo Daniel Ortega.

-Su imagen de mujer trabajadora, organizada y controladora.

Debilidades:

-Su sobresaturación del espectro mediático provoca rechazo en algunos sectores;

-Su tendencia al control más que al despliegue de la creatividad y las habilidades de sus colaboradores.

-Su tendencia a gobernar de forma vertical y autoritaria.

-Hay sectores históricos  del FSLN que la adversan o que en todo caso no la apoyan.

-Su conflicto en el caso Zoilamérica (Narváez), que entra en contradicción con su discurso político sobre la familia

Oportunidades:

-Si nos atenemos a las encuestas, su figura  está posicionada muy favorablemente en un segmento muy amplio del electorado, por encima de cualquier otro candidato del FSLN  y más aún de cualquier candidato de la oposición.

-La concentración  de poder y recursos con que cuenta actualmente  le da condiciones para lanzarse sin mayores problemas. Eso incluye el control sobre el CSE.

-La “oposición” interna y externa  al FSLN no pareciera hasta ahora ser capaz de oponer otro candidato con fortalezas  similares o superiores a las suyas.

Amenazas:

-La situación de Venezuela que podría hacer temer de que no podría contar con apoyo financiero externo.

-La credibilidad  del electorado en el proyecto político de su partido que pareciera ir en descenso.

-Resultados de gestión adversos o no exitosos, particularmente relacionados con los megaproyectos en curso.

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Octavio Enríquez
Octavio Enríquez

Periodista nicaragüense, exiliado. Comenzó su carrera en el año 2000, cuando todavía era estudiante. Por sus destacadas investigaciones periodísticas ha ganado el Premio Ortega y Gasset, el Premio Internacional de Periodismo Rey de España, el Premio a la Excelencia de la Sociedad Interamericana de Prensa, y el Premio Latinoamericano de Periodismo de Investigación del Instituto Prensa y Sociedad (IPYS).

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