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“Los nicaragüenses no quieren ver policías, ni extorsión económica”

El politólogo Manuel Orozco señala que la coalición política debe organizarse en 200 ciudades y ofrecer “una propuesta y una protesta”

El politólogo Manuel Orozco señala que la coalición política debe organizarse en 200 ciudades y ofrecer “una propuesta y una protesta”

Carlos F. Chamorro

24 de febrero 2020

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Ante las expectativas que han generado los promotores de la Coalición Nacional el próximo 25 de febrero, el politólogo Manuel Orozco, investigador del Diálogo Interamericano, habla de lo que está esperando la gente en la calle. “La gente quiere una salida de la crisis económica, sin el Gobierno de Ortega, sin policías en la calle, sin extorsiones, sin represión económica, sin condicionamiento de tu libertad de movimiento”. Se necesita un movimiento político, dice Orozco en una entrevista con Esta Semana y Confidencial, con “propuestas y protestas”, que se organice en unas 200 ciudades, e interprete el sentir del pueblo.

El próximo 25 de febrero, se anunciará una nueva convocatoria a la Coalición Nacional de parte de la Alianza Cívica, la Unidad Nacional y de algunos partidos políticos. ¿Qué impacto puede tener una nueva declaración general de intención de unidad?


Yo creo que no es una declaración, sino el primer paso a formar una coalición que es un vehículo político de oposición como alternativa al Gobierno actual. La Alianza Cívica y la Unidad Nacional se están perfilando como el movimiento político unificado a través de una coalición, y a partir del 25 en adelante, van a sumar fuerzas políticas importantes que crean las bases para un cambio en el capital político y el balance de poder.

¿Ganan o pierden sumando a los partidos políticos? Entre la base azul y blanco hay mucha desconfianza sobre los partidos políticos.

Se gana y se pierde. El juego político consiste en identificar cuál es el riesgo calculado de incluir sectores que no tienen suficiente respaldo popular, pero que pueden crear un cambio y sumarle al capital político de la oposición nicaragüense.

En este momento el régimen tiene superioridad en el balance de poder, necesitás aumentar el mayor número de actores políticos, pero no sumar a todos, sino entrar en un proceso de filtración de algunas piezas claves. Entonces, lo que está haciendo esta coalición, es integrar a aquellos que tienen la mayor legitimidad para participar en un proceso político genuino, que sea democrático.

El sentir de los azul y blanco

La gente que participó en las marchas, apoyó las barricadas, y se solidarizó con ese movimiento, preguntará: ¿Qué incidencia va a tener en el balance político el hecho de que ahora aparezcan juntos la Alianza, la Unidad, y algunos partidos políticos? ¿Cuál es la presión que pueden ejercer?

La gran mayoría de los que participaron en esas demostraciones están dándole apoyo a la Unidad Nacional, la cual está participando en esta Coalición. Hay un propósito específico, que es entrar en un proceso de transición política hacia un cambio en Nicaragua. La agenda está definiéndose, y va a reflejar la perspectiva de las bases. Sin embargo, esta Coalición no solamente está compuesta por la gente que fue a la calle; también hay todo un electorado nicaragüense que tiene una perspectiva de una alternativa diferente al Gobierno de Daniel Ortega.

Pero lo que la gente pregunta es ¿tienen una estrategia de lucha para ejercer esa presión? ¿Para liberar a los presos políticos? ¿Para demandar una reforma electoral? ¿O para incidir en los problemas que están afectando a la población?

Yo creo que la gente en la calle lo que quiere, específicamente, es una salida de la crisis económica en que se encuentra el país; un rescate del país ante la crisis económica; sacar al país del problema de la corrupción…

¿Con el Gobierno de Ortega?

Sin el Gobierno de Ortega. Es decir, la alternativa que la gente quiere es que la normalidad se produzca en un ambiente diferente: sin policías en la calle, sin extorsiones, sin represión económica, sin condicionamiento de tu libertad de movimiento. Un movimiento político que interprete el sentir del pueblo. Puede ser por lo menos el 60% de los nicaragüenses.

El liderazgo político de esta emergente coalición ¿está hablándole a ese nicaragüense que está arrinconado por la extorsión de las alcaldías con el cobro del IBI, o de la Dirección General de Ingresos, y a la gente que está desesperada por encontrar un empleo?

En este momento están hablando más con otros grupos. Yo espero que el próximo paso sea realmente aterrizar con la gente que no quiere más esa represión económica de los impuestos, esa extorsión que te están haciendo, que te meten a la cárcel si no pudiste pagar, que te cobran un impuesto que no existía antes. Hay que escuchar y darle una respuesta.

La Coalición política tiene que tener claro que en Nicaragua lo que hay que dar es: una propuesta, una respuesta, y una protesta. La protesta se puede manifestar de diferentes formas, un paro no es la forma de hacerlo, pero sí hay otras formas de hacer protesta que son necesarias.

Estructuras en el país

¿Cómo se organiza la población bajo un estado de sitio policial? Pareciera que las partes de la Coalición están convocando a que la gente se sume a la Alianza Cívica, al Movimiento Campesino, a la Articulación, al partido X, Y, Z. ¿La gente quiere incorporarse a esas partes, o quiere ser parte de la “Coalición”?

Son las dos. Por un lado, para crear el tendido electoral necesitás tener operadores en todo el país, y hay un movimiento, hay visitas que se han hecho por parte de los grupos de la Alianza Cívica, de la Unidad Nacional, a nivel municipal, de reunirse con gente que esté dispuesta a formar parte de esta Coalición como activistas del vehículo político. Pero también está la opinión pública, el electorado que no necesariamente es un activista, pero que sí cree en el concepto de la Coalición. Entonces vos tenés que estar trabajando con los dos grupos.

Hablan de rescatar el espíritu de abril de la protesta. Ahí nadie preguntó si uno era liberal, si era de cuál universidad, si era sandinista, o si era conservador, o simplemente si era sin partido, ese era el espíritu azul y blanco.

Pero el espíritu azul y blanco tiene que tener una propuesta política, y esa propuesta tiene que incluir un modelo económico, una alternativa sobre los pesos y contrapesos en el sistema. Yo creo que la unidad nacional en general es una premisa importante, pero a la hora de hacer política tenés que aterrizar con un paquete concreto. Es decir, que el espíritu de abril funcionó en relación con un proceso de represión, un abuso de autoridad y del poder político del régimen; ahora estamos en una etapa diferente en la que hay que crear las condiciones para salir de ese sistema.

¿La dictadura de Daniel Ortega se siente desafiada, presionada por el proceso de lanzamiento de esta Coalición Nacional?

Claro que sí. La forma más sencilla de verlo es como el Gobierno identifica una palabrita que trate de calificar a eso. Y eso es típico de los “bullies”, ahora la palabra que están utilizando es “políticos falsos”, antes le llamaban minúsculos; pero la realidad es que cada vez que vos sacás esas palabras quiere decir que se sienten acorralados. ¿Cuál es la magnitud del nivel de acorralamiento que ellos sienten frente a esta Coalición? Pues yo creo que en este momento es mínima, porque Ortega y Murillo han entendido que pueden tener un control de fragmentación, de división, y de atomización de estos líderes, y que esa Coalición eventualmente se va a fragmentar.

Pero no están permitiendo que la gente salga a marchar, ni en Managua, ni en los municipios, en ningún lugar.

Y eso no lo van a permitir hasta el día antes de las elecciones. Entonces la creatividad del movimiento político opositor está precisamente en cómo manifestás vos un apoyo sin tener que salir a la calle, por ejemplo. Es decir, en ciertas condiciones la gente va a salir a la calle. Y yo creo que una de las realidades es que el nicaragüense, en su cultura política no le gusta asumir riesgos en el día a día, pero en ciertas circunstancias sí lo hace. Entonces, esa realidad la tiene clara Daniel Ortega, y mantiene todo armado para ver el momento en que la gente quiera asumir el riesgo de ir a manifestarse.

Reforma electoral cosmética

¿Cómo vamos a llegar a esa elección? ¿Hay presión para arrancarle a la dictadura una reforma electoral?

Yo no creo que van a haber reformas electorales legítimas, puede que exista una reforma electoral cosmética para dar la impresión de que se produjo algo. Pero, la realidad es esta, y eso lo tiene claro Daniel Ortega también: si el electorado nicaragüense muestra su apoyo a esta Coalición Política, Ortega va a saber que sus días están contados, y él va a tratar de identificar una estrategia de salida. Si dentro de esa estrategia de salida está más represión, es posible.

¿Cómo va a manifestar el electorado su adscripción a ese proyecto político? ¿Tendría que organizarse en los 153 municipios del país?

Exactamente. Y eso es lo que está haciendo en este momento la Coalición. Ellos están organizando su tendido electoral para que en cada parte de Nicaragua, no solamente en los municipios, pero en más de doscientas ciudades del país, exista una presencia de una Coalición que está presentándose como alternativa.

¿En qué se basa ese optimismo que estás transmitiendo? Mucha gente tiene una visión más escéptica mientras estamos sometidos, bajo la represión, y simplemente tratando de buscar la sobrevivencia económica.

Mi optimismo está basado en el realismo de lo posible. La gente ya entendió que aquí esto es un conflicto prolongado y aunque no estén resignados a que esta es la vida cotidiana de vivir en un sistema policial, con una economía que no está produciendo, han depositado sus esperanzas y su confianza en una alternativa, ese ímpetu va a seguir creciendo.

La pasividad, si vos podés llamarle así, de la conformación de esta Coalición ha sido silenciosa, y la gente, pues, de alguna manera, está expresando algún tipo de frustración, eso es temporal. Cuando la coalición surja, el siguiente paso va a ser esa convergencia entre la opinión pública y los líderes nicaragüenses.

El último paso es el de la selección de líderes y eventuales candidatos. En la tradición política nacional predominan el dedazo, la imposición partidaria, y el condicionamiento del capital y del dinero. ¿Se puede romper esa tradición y seleccionar líderes a través de un proceso transparente, representativo de primarias?

Claro que sí. De hecho, hasta donde yo entiendo, la coalición ya tiene todos los mecanismos para preparar un proceso de preselección y de elección de un candidato. La etapa en la que se encuentra en este momento no es en esa, si no en tener su tendido. Posterior al tendido, empezás a trabajar ya con la definición de la agenda y con la presentación de candidatos.

Pero la dedocracia en esta Coalición, hasta donde yo entiendo, no va a ocurrir. Y hay un mensaje de muchos sectores políticos y económicos, que si no existe un proceso de selección abierto, aquí no va a haber apoyo a esa Coalición.


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Carlos F. Chamorro

Carlos F. Chamorro

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Fundador y director de Confidencial y Esta Semana. Miembro del Consejo Rector de la Fundación Gabo. Ha sido Knight Fellow en la Universidad de Stanford (1997-1998) y profesor visitante en la Maestría de Periodismo de la Universidad de Berkeley, California (1998-1999). En mayo 2009, obtuvo el Premio a la Libertad de Expresión en Iberoamérica, de Casa América Cataluña (España). En octubre de 2010 recibió el Premio Maria Moors Cabot de la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia en Nueva York. En 2021 obtuvo el Premio Ortega y Gasset por su trayectoria periodística.

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