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"En el ADN de Ortega está un leninismo profundo"

Bajo el Gobierno de Ortega "se privilegia el control para consolidar al Estado como aparato de dominación"

Silvio Prado, Doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid. Foto: M. Largaespada | 1001 trópicos.

Colaboración Confidencial

Mildred Largaespada

25 de enero 2016

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Conversar con Silvio Prado siempre ha sido una manera de hacer danzar las palabras participación, ciudadanía, poder político, poder local, autonomía. A veces la danza adquirió estilo clásico, las más de las veces el baile ha estado dotado con el apasionamiento político que caracterizan ciertas conversaciones cuando están restringidas las libertades individuales. Ahora Prado ha exprimido al máximo todo y ese zumo lo convirtió en una tesis doctoral con la que acaba de obtener el grado de Doctor en Ciencia Política por la Universidad Complutense de Madrid y el Instituto Universitario de Investigación Ortega y Gasset . El título: La relación de la autonomía política y las modalidades de participación ciudadana en Nicaragua entre 1990 y 2012. De lo que vamos a hablar ahora es del poder del soberano (el pueblo).

¿De qué se trata tu tesis doctoral?


Trata de la relación que hay entre la autonomía política que las autoridades municipales tienen, y la libertad que esa autonomía les da para ofrecer oportunidades de participación a la ciudadanía en las decisiones públicas. Pero sobre todo las oportunidades para que la población participe de forma también autónoma, sin ser tuteladas. Es decir, para gestar e impulsar procesos de participación autónomos también. Ergo, si las autoridades locales son autónomas (en el sentido que no dependen del nivel central para ofrecer oportunidades para que la población participe) propician y abren los espacios de participación a formas autónomas de participación. Esto no excluye a las formas de participación partidista, pero también abre para que asociaciones de pobladores, grupos de comerciantes, grupos de  jóvenes, mujeres, sin estar adscritos a un partido intervengan en las decisiones públicas.

¿Qué encontraste en tus casos de estudio?

Encontré procesos de planificación estratégica: donde se establecían comisiones sectoriales y territoriales. Y en las sectoriales intervenían cámaras de comercio, ganaderos, agricultores, grupos de mujeres interesadas en la salud materna, jóvenes interesados en las oportunidades de empleo local, sin estar pautados por los partidos, aunque que también intervenía gente de los partidos. Pero el criterio principal de la participación no era la afiliación a los partidos políticos.

Y en procesos de participación ciudadana los partidos políticos se igualan a todos los grupos poblacionales.

Claro, son un actor más. Esto se conoce en ciencia política como modelo de gobierno relacional o de gobernanza social, porque se crea una forma de gobierno policéntrico, donde hay varios centros y ejes para decidir sobre lo común, el desarrollo local, estratégico. Como el caso de Estelí donde fue famoso el plan de desarrollo que se construyó con múltiples actores.

¿Qué otros casos hay?

En Juigalpa: para llevar el agua potable fue un esfuerzo concertado con distintos actores de la empresa privada, de partidos políticos, de la cooperación al desarrollo, del gobierno central… donde el gobierno local mantuvo la dirección del proceso de diálogo y no por eso castró la participación de otros actores que tenían cosas que decir sobre el tema. Por ejemplo, no se podía hacer eso sin tomar en cuenta a los productores de arroz, o a los ganaderos, o al sector hotelero.

¿Hay regiones en Nicaragua donde la población tiene más o menos educación en participación ciudadana, o este es un juego en el que mientras hay más participación ciudadana se autoeduca más la población?

En el periodo que estudié hubo muchísimos casos, y se estaba gestando la cultura de intervenir en las grandes decisiones públicas, pero también en las pequeñas, en los presupuestos municipales, o en decidir por dónde va tal camino y cómo se repara.

Hay muchos casos que se podrían citar y que se hacía por el estímulo del gobierno local y por las libertades que tenían para decidir sobre su propio destino, su propio desarrollo. Sin que eso implicara que fueran islas del desarrollo nacional. Los gobiernos nacionales se veían obligados a negociar con los gobiernos locales. El Plan Nacional de Desarrollo de Bolaños fue un proceso concertado, negociado y muy polémico. Me encontré casos en Estelí y Juigalpa donde los alcaldes de esa época  sospechaban que el gobierno quería imponer su visión del desarrollo frente a la visión local del desarrollo. Eso chocaba. Pero qué pasó: los dos tipos de gobiernos estaban obligados a negociar las dos visiones del desarrollo, y eso es otro modelo de negociar la gobernanza, la gobernanza del desarrollo nacional. Porque no la deciden cuatro tecnócratas allá arriba.

Quiero decir que la autonomía municipal en nuestro país es muy reciente. Pero la autonomía política de los gobiernos lo es aún más pues arrancó en 1995, o sea es pichona, es reciente.

En este período de Daniel Ortega demuestra una crisis social donde la gente que no comulga con el partido Fsln ya no puede participar para decidir lo que necesita. Pero Ortega dice que sí hay, con los antes llamados Consejos Poder Ciudadano (Cpc) ahora conocidos como Gabinetes de la Familia. ¿Cuál es el problema con estos gabinetes?

No son autónomos, son tutelados, son dirigidos por el secretario político, que es la mano pachona del gobierno central. Porque la gente no plantea sus demandas sino que plantea la agenda del partido Fsln. Las agendas les vienen de arriba. Los gobiernos locales se convierten en agencias del gobierno central, en oficinas ejecutoras del gobierno central.

¿Y qué está pasando con todas estas asociaciones llenas de gente que planteaban ideas?

Se ven debilitadas, no tienen entrada. Crece la implantación de los Gabinetes de la Familia y crece el modelo de exclusión de la gente que no se somete a la disciplina del partido y se debilitan esas formas autónomas. ¿Vas a hacer participación ciudadana con un gobierno que no te escucha, que no te da cancha? Pues no. Pierden fuerza.

¿Y por qué razón un gobierno como el de Ortega -que sabe que está perdiendo voces y propuestas por parte de las asociaciones- continúa con los Gabinetes de Familia?

Porque en el adn de Ortega y los que dirigen ahora al Fsln está un leninismo profundo y eso significa un modelo centralizado. A ellos no les interesa redistribuir la democracia sino controlar. Es el control sobre la libertad, la autonomía, la diversidad. Si privilegia el control para consolidar al Estado como aparato de dominación se consolida este modelo de centralismo, porque no aceptan que el poder tiene que dividirse en 153 gobiernos locales y no le interesa que a nivel local hayan asociaciones que se salgan de la disciplina del partido.

¿Por qué no le interesa?

Porque cuando hay diversidad de opiniones se generan nuevos liderazgos, se generan nuevas agendas, nuevos gérmenes de auto-organización y nuevas formas de movimientos sociales, que a medida que se consolidan y construyen sus propias agendas por tendencia natural son movimientos más centrífugos, se salen de la línea del partido.

Porque al fin y al cabo si sos autónomo vas a discutir tu propia agenda, tu propia forma de organización y nombrás tus propios liderazgos bajo tus propias normas. A medida que se consolidan van creciendo nuevos tipos de liderazgo y eso te lleva a optar por el poder político. Y no tienen para dónde agarrar, caminar.

Para ellos, la única forma de conservar la cohesión del Fsln es evitar estos tumorcitos, evitar que nazcan lunares en los municipios…

Eso es terrible: es como crear un cementerio nacional de liderazgos políticos jóvenes en todo el país…

… Exacto. Y para lanzar un mensaje a la sociedad local destituyen a los alcaldes cuando ellos (el poder) quieren. Así como la forma  de elegir a los alcaldes ya no es por la vía del voto, la forma de destituir a los alcaldes ya no son los procedimientos que están en las leyes. Si revisás la cantidad de alcaldes que han sido destituidos, que se han ido, hay una enorme cantidad de alcaldes que se han ido “por enfermedad”. ¿Cómo van a haber tantos alcaldes enfermos?

Eso te da una idea de qué pasa cuando se pierde lo que llamo la fuente social de la autonomía municipal, que es el encargo de la población a las autoridades por vía electoral. Cuando se rompe eso ya los alcaldes no se sienten con la legitimidad para tomar sus propias decisiones y no son responsables ante la población que los eligió sino ante el caudillo que los nombró. Todo cambia.

¿Cuáles son las principales conclusiones y hallazgos de tu investigación?

Uno es que la historia de la autonomía municipal de Nicaragua es la historia de la autonomía política. Es la dimensión más importante. Si los alcaldes no son autónomos no hay autogobierno. Si la autonomía municipal en conjunto es derivada de la legislación nacional, reconocida, la autonomía política es un resultado de la voluntad popular, del encargo social, tiene origen social. Y esto tiene que ver con la identidad, porque es la expresión de la identidad a través de las decisiones políticas.

Otra es que el peor enemigo de la autonomía política es el partidismo. Siempre que en el gobierno nacional gobernó el líder del partido político que gobernaba en el poder local la autonomía política se debilitó.

Me pregunto qué pasaría si Daniel Ortega como Presidente del país hiciera caso a estas evidencias científicas. ¿Cómo ayudaría tu investigación a Ortega para mejorar su gobierno?

Primero, tendría que leerla. Dos, habría que construir salvaguardas, candados institucionales para preservar la autonomía política de los gobernantes locales, impulsar y respetar los procesos de planificación localmente concertados que obligue a la concertación con estrategias nacionales y no a la imposición.

También tendría que restablecer las asociaciones de suscripción popular, es decir, restablecer las vías no partidistas. ¿Por qué las suspendió el pacto de Ortega con Alemán en el 2000? Porque no querían competidores. Porque es una vía de expresión de la identidad local.

Y mientras Daniel Ortega lee la tesis doctoral ¿qué puede hacer la gente para conseguir su derecho a la participación ciudadana?

Lo que hicieron en Rancho Grande. Es el caso más reciente de lo que debe ser la participación ciudadana. Pasó que cuando se organiza la población para exigir sus derechos: se plantaron. Teniendo un gobierno espurio del Fsln se plantó la gente e hizo doblar la rodilla tanto al gobierno local como al nacional, con la movilización masiva de los ciudadanos de Rancho Grande.

También, mantener la auto organización, la autogestión, no permitir que se las cambien, o impongan otras. Y luego, la constitución de movimientos políticos propios. No debe quedarse solo en tratar de incidir en las agendas de los tomadores de decisión, no.

Otro caso reciente, es el caso de Nueva Guinea frente a lo del canal: ahí tenés identidad local, intereses locales y formas de auto organización. Ese Consejo por la Defensa del Gran Lago. Por qué se arraiga ese tema, porque están defendiendo sus tierras, están mirando por sus recursos naturales, por el lugar donde viven. Hay partidos políticos, pero es que tienen que estar metidos, pero no servirían de nada si no estuvieran asentados en formas de participación ciudadana.

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