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El colapso del sistema electoral

"Estas elecciones podrán ser legales, pero no son legítimas, porque el CSE perdió total legitimidad desde el fraude de 2008", afirma politólogo

Manifestación contra la sucesión familiar en el poder. Carlos Herrera/Confidencial.

Dánae Vílchez

28 de septiembre 2016

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En noviembre próximo, cuando se realicen las elecciones presidenciales y legislativas, el politólogo José Antonio Peraza, no saldrá a votar. Para este experto en temas electorales el Consejo Supremo Electoral (CSE) de Nicaragua ya no es un órgano creíble ni confiable, ni es capaz de representar la voluntad popular.

“Estas elecciones podrán ser legales pero no son legítimas, por que el CSE perdió total legitimidad desde el fraude 2008, y en 2011 ya fue el acabose. Yo como ciudadano considero que la opción electoral está agotada al menos en este período. Ya todos sabemos cuál va a ser el resultado”, manifestó Peraza en entrevista con el programa Esta Noche.


El politólogo, graduado en la universidad de Costa Rica, forma parte de un grupo de expertos que este tres de octubre presentará el libro El régimen de Ortega, un análisis multidisciplinario de las características de la ascensión al poder del comandante y su esposa Rosario Murillo, quien participará este 6 de noviembre como candidata a la vicepresidencia por el partido de gobierno, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Miembros de la oposición han denunciado los próximos comicios como una "farsa electoral".

Peraza ha estudiado minuciosamente los procesos electorales de los últimos 8 años en Nicaragua, pero ha seguido el hilo de la historia política desde más atrás. A su juicio, la estructura del poder electoral en Nicaragua comienza a resquebrajarse desde la firma del pacto entre Daniel Ortega y Arnoldo Alemán, en 1999. Ambos caudillos acordaron en ese entonces, imponer sus cuotas en todos los poderes del Estado y así garantizar control de las decisiones internas.

“Del 90 al 99, el sistema electoral había tenido cierto progreso, aunque siempre tenía deficiencias. Con el pacto, hay una nueva ley electoral y se hacen reformas electorales y ya en 2011 colapsa totalmente”, analiza el experto.

2008: un antes y un después

Las elecciones de 2008 fueran las primeras, en las que según Peraza, se instaló el modelo de fraude con el que el FSLN, ganaría todas las elecciones. Para el politólogo, la forma en que se fraguó todo el proceso en Managua es un ejemplo de como funcionó en todo el país.

“Lo sometimos a un rigurosos análisis, es evidente que hubo fraude, a parte de las denuncias, el CSE escondió 644 Juntas Receptoras de Votos (JRV) que pertenecían a un escenario de riesgo, donde el FSLN ha perdido históricamente con una diferencia mayor o igual al 10 %. Es evidente que el CSE, oculto los resultados donde el sector anti sandinista y liberal depositaba sus votos”, explicó Peraza.

En esos comicios fue declarado como ganador, el boxeador Alexis Argüello, aunque Eduardo Montealegre, quien corría en ese entonces también como candidato a alcalde por la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), denunció que más de 20 mil votos fueron robados, sólo en Managua. En otros 40 municipios la victoria del FSLN también fue declarada como fraude.

Las denuncias de irregularidades en el proceso electoral se presentaron tanto de organismos nacionales como internacionales, pero el gobierno hizo oídos sordos. A juicio de Peraza, en 2011, el fraude se dio de manera más metódica pues ya el 2008 había servido de ensayo. “En 2008 el fraude se hizo a través de los CED y los CEM, en 2011, se dio desde cada JRV”,indicó el experto

Reformas urgentes : El padrón, reducir magistrados y mejorar el nivel técnico

A juicio de Peraza, el sistema electoral en Nicaragua está muy por atrás del desarrollo que tienen otros países latinoamericanos, en donde las instituciones que revisan las elecciones se caracterizan por ser apartidarias y estar más centradas en brindar un servicio profesional y técnico.

“En cualquier sociedad del mundo los partidos tienen alguna participación en el poder electoral, tienen algunas observaciones, pero aquí es total. Aquí no actúan bajo ningún parámetro, no fingen que son funcionarios profesionales, estamos ante un poder que no tiene credibilidad nacional e internacional, y los cambios recientes, es como un show, cambiar todo para que todo quede igual o peor”, expresó el politólogo.

El FSLN controla actualmente a la mayoría de los magistrados en el CSE. El poder electoral es presidido por el Magistrado sandinista, Roberto Rivas Reyes, un colaborador cercano de la pareja Ortega-Murillo. Rivas ha sido expuesto al escrutinio público, luego de que varias investigaciones periodísticas destaparan que posee lujosas propiedades tanto en Nicaragua como en Costa Rica, además de tres aviones valorados en 2.3 millones de dólares.

Para Peraza, el CSE debe ser renovado a nivel técnico, pues las JRV deberían estar georeferenciadas a través de GPS, una modalidad que ya se ocupa en la mayoría de países. Asimismo, Peraza explicó que se debe reformar la ley electoral para reducir la cantidad de magistrados.

En el caso el padrón electoral, la lista donde se encuentran las personas registradas para votar, el politólogo considera que es necesario que se depure, aunque no le parece la necesidad más apremiante. Según Peraza, actualmente se habla de 800 mil personas fallecidas que forman parte del padrón. Según denuncias, estas identidades han sido utilizadas por el FSLN para que sus partidarios puedan votar más de una vez.

“Es necesario actualizar tanto la ley como el padrón, pero antes hubo elecciones con la misma ley y el mismo padrón. Ese no es el tema, el tema es que no podes tener un poder electoral que sea totalmente mono partidario y que controle todos los elementos, que tenga una discrecionalidad total para crear resoluciones”, declaró el experto.

Según Peraza, los factores principales que han dañado el funcionamiento interno y el comportamiento ético del poder electoral son cuatro: En principio, la forma de financiamiento de los partidos políticos, pues hay partidos que gastan mucho más de lo que reciben como financiamiento estatal y la ley no estipula maneras de controlarlos de manera eficiente. En segundo lugar,  el control bipartidista de los Consejos Electorales Departamentales (CED) y los Consejos Electorales Municipales (CEM). También el cambio en la manera en que se calculan los resultados de las votaciones, y por último la imposición de que todos los partidos políticos deben participar en todas las elecciones, lo que mina la posibilidad de liderazgos locales y suscripción popular.

El libro “El régimen de Ortega” se presentará este tres de octubre a las 6: 30 PM en Hispamer. El texto es coordinado por el economista y excandidato a la presidencia Edmundo Jarquín.


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