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Los candidatos a diputados, el tema tabú de la oposición

Coalición Nacional no define un mecanismo para la elección de candidatos, mientras en la Alianza Ciudadana ese tema “no se ha tocado”

27 de abril 2021

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Pocos se atreven hablar de ellas, muchos las ven como un asunto para “después”, casi todos coinciden: “en algún momento hablaremos de eso”. Las diputaciones son un tema tabú dentro de las principales plataformas opositoras: la Coalición Nacional y la Alianza Ciudadana.

¿Cómo se elegirán los candidatos a diputados? Es una pregunta que —a seis meses y medio de las elecciones nacionales— ningún dirigente opositor puede contestar con aplomo. Desde la Coalición solamente se tiene la certeza de que no quieren una elección al “dedazo”, mientras en la Alianza Ciudadana lo consideran “un tema virgen”.


Además de la Presidencia de la República, en las elecciones previstas para el próximo 7 de noviembre estarían en juego los puestos de 90 diputados nacionales y departamentales —con sus suplentes— ante la Asamblea Nacional, y 20 escaños en el Parlamento Centroamericano (Parlacen).

Dirigentes de la Coalición han señalado que el procedimiento de elección de los diputados, no se debe diferenciar al de la selección del candidato presidencial. Sin embargo, esta plataforma opositora aún discute tres posibilidades para elegir a su aspirante presidencial.

La propuesta más mencionada es una macroencuesta, aunque “se debe definir el universo muestral, que sea representativo y no solamente aplicada a los miembros de las organizaciones (de la Coalición), sino a la ciudadanía en general”, según dijo a CONFIDENCIAL, Alexa Zamora, integrante del Consejo Político de la Unidad Nacional

Añadió que también se ha barajado hacer una convención para un proceso de primarias internas, pero una de las debilidades “es el nivel de representatividad”, ya que ante el acoso policial y paramilitar peligraría una amplia participación.

La tercera opción es una modalidad mixta, en la que se llevaría a cabo una convención, que sea representativa de las organizaciones de la Coalición; pero al mismo tiempo, se aplicaría una encuesta para la población que está fuera de la Coalición, según la dirigente.

“Votación abierta”

José Pallais, de la Coalición Nacional, dijo que desde la Coalición “no están de acuerdo” que los diputados se elijan a través de una negociación tradicional de “repartirse cuotas”. “Hacer una feria de diputaciones va en contra de la realidad de una Nicaragua que ha progresado. Sería inaceptable para la población”.

La postura de Pallais ha sido expresada anteriormente por algunos aspirantes presidenciales de la Coalición —Miguel Mora, del Partido Restauración Democrática (PRD), y Félix Maradiaga, de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB)—, quienes consideran que con una “votación abierta” se dejaría atrás la tradición de que los partidos u organizaciones de una alianza política impongan su “cuota” de candidatos a diputados.

Juan Sebastián Chamorro, exdirector ejecutivo de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia (ACJD), indicó que las encuestas le parecen el mecanismo más “razonable” para elegir las diputaciones, aunque aclaró que la discusión es “cómo” las plataformas opositoras elaborarán una lista en común que “represente al pueblo de Nicaragua”.

Para el también precandidato inscrito en la Alianza Ciudadana, este listado de candidatos debe estar integrado por ciudadanos que cumplan, principalmente, dos requisitos: ser elegidos por el pueblo —en un proceso que les dé legitimidad—, y ser “gente reconocida por la población”.

Encuestas departamentales

Víctor Borge Carvajal, presidente de la firma encuestadora Borge y Asociados, explicó a CONFIDENCIAL que los candidatos a diputados se pueden elegir por encuestas, aunque se requeriría “una encuesta para cada departamento y una encuesta nacional”.

Este proceso “puede tardar un mes y es relativamente caro”, indicó el encuestador.

Sugirió que la muestra de cada encuesta vaya en concordancia con el número de diputados que otorga cada departamento, ya que no es recomendable usar la misma muestra para un departamento que da dos diputados con uno que da cuatro, pues los márgenes entre competidores serían menores en el departamento con más puestos en liza.

Managua es el departamento que más diputados otorga con un total de 19; Matagalpa, León y Chinandega, dan seis cada uno; Masaya es el único departamento que elige cuatro legisladores; Estelí, Jinotega, Carazo, Granada, Chontales y la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte (RACCN) votan por tres diputados cada uno; Rivas, Boaco, Nueva Segovia, Madriz y la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS) dan dos legisladores cada uno; Río San Juan es el único departamento que elige uno.

La cantidad de legisladores electos por departamento se calcula en base a un cociente electoral, que se obtiene al dividir la base de la votación departamental entre el número de diputados de cada departamento, según el artículo 147 de la Ley Electoral vigente.

Borge advirtió: “Cuando tenemos los resultados es muy común que en la encuesta haya varios precandidatos que obtienen porcentajes inferiores al margen de error de la muestra en ese departamento. O sea que haya múltiples ‘empates técnicos’ y los perdedores no acepten el resultado”.

Subrayó que las plataformas opositoras deben “definir claramente cuáles son los requisitos que se piden para inscribirse como precandidato. Y los criterios para inhibir”.

Dijo que estos criterios de desempate pueden ser la experiencia de servicio público o liderazgo local, así como la capacidad para financiar su campaña.

“La encuesta funciona mejor cuando el liderazgo del partido tiene la fuerza para imponer el desempate y evitar el caos”, apostilló el encuestador.

Negociación o “dedazo”

Tradicionalmente, las diputaciones en Nicaragua han sido el resultado del mandato de un caudillo o de negociaciones políticas. Nunca se han usado las encuestas para seleccionarlos, solamente como un indicador de la popularidad de los diferentes aspirantes.

En las elecciones que la oposición se enfrentó con Ortega en el poder —1990, 2011 y 2016—, la lista de diputados fue el resultado de arduas negociaciones entre varios partidos políticos.

En 1990, la Unión Nacional Opositora —integrada por 14 partidos políticos— acordó que “los siete partidos ‘grandes’ tendrían siete diputados cada uno, los cinco partidos ‘medianos’ cinco cada uno, y los dos partidos ‘pequeños’ y sin personería, dos cada uno, lo cual sumaba 78, y luego rellenar el resto”, detalló en su libro “La Difícil Transición Nicaragüense”, Antonio Lacayo Oyanguren, quien fue ministro de la Presidencia durante el Gobierno de Violeta Barrios de Chamorro.

En 2011, el Partido Liberal Independiente (PLI) obtuvo 27 diputados de los 90 en disputa. Esta organización participó en alianza con el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), el Movimiento Vamos con Eduardo (Montealegre) y una facción de la resistencia nicaragüense.

Enrique Sáenz, expresidente del MRS y quien participó en las negociaciones de ese año, explicó que como partido estaban consciente de que el peso fundamental lo tenían el PLI y el Movimiento Vamos con Eduardo. “El MRS no tenía personalidad jurídica, entonces fuimos a negociar en condiciones en las que no tenía más que tu peso político, conjeturado por la conducta que habían tenido los diputados del MRS y cierta respetabilidad”, comentó.

Subrayó que ejecutaron una “estrategia de negociación de combinar diputados propietarios y suplentes”. El MRS obtuvo dos legisladores propietarios y tres suplentes, mientras en el Parlacen consiguieron dos escaños.

Resaltó que las negociaciones de 2011, fueron el resultado de un “proceso de establecimiento de confianza” que inició en 2008, durante las elecciones municipales. Ese año, el oficialista Consejo Supremo Electoral (CSE) le quitó la personería jurídica al MRS —ahora llamado Unión Democrática Renovadora (Unamos)—, por lo cual no pudo participar en las elecciones municipales; ante ese escenario decidieron apoyar a los candidatos del Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y de la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), este último a la postre se unió al PLI.

Sin embargo, para 2016 las negociaciones fueron diferentes. El PLI se negó a tener un proceso conjunto de selección con las fuerzas que conformaron la Coalición Nacional por la Democracia, sino que “negociaron de manera bilateral, partido por partido, organización por organización”, dijo una fuente vinculada a esas negociaciones.

“(En 2016) el mecanismo fue el ‘dedazo’, no hubo mayores parámetros, muy de política tradicional. Al MRS le ofrecieron dos espacios en los primeros seis lugares nacionales, dos espacios en los primeros de Managua”, detalló la fuente.

“No había mayores criterios que la voluntad de ellos”, añadió.

Diputaciones: Un obstáculo para la unidad

Cristiana Chamorro Barrios, aspirante presidencial independiente, advirtió recientemente que la actual falta de unidad opositora se debe a que “no se ha acordado una metodología transparente para la selección de candidatos a diputados”.

“De la misma manera que estamos discutiendo cómo seleccionar al candidato presidencial competitivamente y sin dedazos, de esa misma forma debemos discutir, con transparencia, la selección de los diputados”, subrayó.

Juan Sebastián Chamorro escribió en su blog personal que las cuotas de diputados “es la esencia del problema que impide las conversaciones” de una unidad opositora.

“Cada parte debería aceptar que a la otra le toca dar algo, alguna silla. Cada bloque quiere obtener un número de sillas mayor o igual al que conseguiría si participa solo en la elección. Como dice el dicho, ver que sale mejor, ser cabeza de ratón en lugar de cola de león”, señaló Chamorro.

“Hay demasiados aspirantes a las sillas de la Asamblea Nacional; el problema es que no hay sillas para tanta gente. Además, la situación se complica porque muchos no se conforman con estar en la lista; quieren ser los primeros del listado, porque esas —escribió— son las posiciones ganadoras”.

Pallais, también exdiputado, ha declarado que la escogencia de diputados “ha sido el principal pegón de las alianzas (opositoras), lo que ha ocasionado mayor controversia y ha requerido más tiempo”.

“Si quitamos ese elemento (diputaciones) y se lo dejamos a la gente se facilita la negociación”, ha manifestado.

Tema dentro de las plataformas

La presidenta del partido Ciudadanos por la Libertad (CxL), Kitty Monterrey, afirmó en una reciente entrevista en el programa Esta Semana que “en este partido, a nadie se le ha propuesto para diputado y ni siquiera se ha tocado el tema nunca; no lo hemos tocado ni siquiera con nuestro aliado que es la Alianza Cívica”.

El director ejecutivo de la Alianza Cívica, José Dávila Membreño, afirmó a CONFIDENCIAL que dentro de la Alianza Ciudadana no se han expresado criterios sobre cómo elegir a los diputados.

“Lo único que tenemos claro es la aspiración de que haya una bancada (opositora) sólida, firme y sin dudas. (Evitar lo sucedido) en elecciones anteriores, que las bancadas o aliados se convierten en otros”, subrayó el economista en referencia a legislaturas pasadas donde los miembros de una alianza política han formado sus propias bancadas y convertido en colaboracionistas del Frente Sandinista.

“No hay avances en el tema de las diputaciones, probablemente pueda verse en mayo, ya que en abril estamos concentrados con el tema de inscripción de precandidatos, período que termina el 29 de abril”, aseveró Dávila, que integra el Comité de Enlace entre la Alianza Cívica y CxL dentro de la Alianza Ciudadana.

Agregó que “no tiene sentido” negociar las diputaciones, en este momento, porque “metería” un elemento de “distracción” al proceso de las precandidaturas presidenciales.

Desde la acera de la Coalición Nacional, lo único concreto sobre las diputaciones ha sido la filtración de un listado de aspirantes a legisladores —de la Asamblea Nacional y el Parlacen— dentro de las filas de la UNAB. En un primer momento, la organización negó la autenticidad del documento, luego se retractó y confirmó su validez.

La lista incluye a conocidos líderes estudiantiles, miembros de la Unión Democrática Renovadora (el otrora MRS), representantes del Frente Amplio por la Democracia (FAD) y personas cuyos nombres no figuran en la palestra pública.

En un comunicado, la UNAB informó que se encuentra “en un proceso de selección interna y democrática de precandidaturas a diputaciones”, que finalizará el próximo 16 de mayo.

El peso de CxL y el PRD

Dávila reconoció que, en el tema de los diputados, los partidos políticos —integrados en las plataformas opositoras— tendrán un “rol importante”, ya que deberán “mostrar” sus “aspiraciones” sobre las diputaciones, y cómo pretenden que se acomoden sus “aliados”.

En las organizaciones opositoras solo CxL, por la Alianza Ciudadana, y el PRD, por la Coalición Nacional, son los únicos partidos políticos con personería jurídica para participar en las próximas elecciones. Desde finales de marzo pasado, ambos partidos han intentado —sin éxito— coordinar un encuentro, entre acusaciones mutuas del fallo.

Además del PRD y CxL, en el sistema político nicaragüense existe un nutrido grupo de partidos “zancudos” o colaboracionistas, entre ellos el Partido Liberal Constitucionalista (PLC), la Alianza por la República (APRE), el Partido Liberal Independiente (PLI), el Partido Conservador (PC), y la Alianza Liberal Nicaragüense (ALN), que cuentan con personería jurídica.

Mientras CxL mantiene un mutismo en torno al tema de las diputaciones, el PRD afirma adherirse a lo que decidan sus aliados de la Coalición. Julio González, dirigente de Restauración Democrática, aseguró que dentro del partido esperan “tocar el tema hasta mayo” y que, por el momento, “se cree en realizar por un método de encuestas”.

Para el exdiputado liberal y analista político Eliseo Núñez, “el peso de los partidos lo va a determinar las negociaciones entre ellos”. Sin embargo, resaltó que “los partidos han tendido a reducir en su peso, pero obviamente hoy tiene que ver más la legalidad, que la legitimidad”.

Sugirió que, para “asegurar un equilibrio entre el peso de un partido y la ciudadanía”, las plataformas opositoras tendrían que someter a una consulta popular la elección de los 70 diputados departamentales, mientras que las 20 diputaciones nacionales y las 20 del Parlacen “pueden servir para la negociación de cuotas entre los partidos políticos”.

Recordó que, en el PLC para las elecciones de 1996 y 2001 —que en ambos años ganó los comicios— las diputaciones departamentales se eligieron en asambleas populares, llamadas “convencionales; mientras que las “diputaciones nacionales, del Parlacen y parte de las diputaciones de Managua, se negociaban”.

El exdiputado recomendó que, en el tema de las primeras posiciones de las listas o “las ganadoras”, unas 35 tendrían que ser elegidas vía popular, y unas 15 en “negociaciones”.

Para Núñez, el mutismo sobre la lista de diputados se concentra en que las organizaciones opositoras deben reconocer que “hay algo que negociar”. “Si querés alguna posición (de privilegio) tiene un costo (político) enorme en asumir”.

“Algo de esto va a ser negociado”, alertó.


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