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Azahálea Solís: “Teníamos que ser coherentes con la sociedad civil”

Abogada constitucionalista explica la renuncia de los cuatro a la Alianza y urge “reingeniería” de la unidad política frente a la dictadura

The Civic Alliance demands the CEN be incorporated as “witnesses

Iván Olivares

1 de noviembre 2020

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En una situación en la que la oposición política al régimen aparece fragmentada, “es absolutamente imperdonable, no deponer los egos, los intereses particulares”, en nombre de la unidad, aseguró Azahálea Solís, que hasta este sábado fue representante propietaria de la sociedad civil ante la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.

Solís, que junto con el educador Carlos Tünnermann eran delegados de la sociedad civil, más el padre José Idiáquez, (del sector académico), y su suplente, Juan Carlos Gutiérrez, renunciaron a la Alianza Cívica en una carta publicada la mañana del sábado 31 de octubre, como reacción a la decisión de la Alianza de salirse de la Coalición Nacional, sin ofrecer un plan o una alternativa política para la unidad opositora.


“Teníamos que ser coherentes con lo que decía la sociedad civil. Vimos la respuesta que la sociedad civil nicaragüense dio a la decisión de la Alianza, a la que acusan de divisionista, de no ver lo que está ocurriendo, de ser favorable a la dictadura, —aunque yo no creo que lo sean— pero esa era la percepción que se estaba dando con esta medida”, explicó la abogada constitucionalista en una entrevista con el programa Esta Semana, que se emite esta noche de domingo 01 de noviembre en el canal de YouTube de Confidencial.

El detonante de la salida de Tünnermann, Solís, Idiáquez, y Gutiérrez, explica la activista del movimiento feminista, fue la carencia de respuesta de la Alianza a las preguntas que plantearon sobre la falta de una estrategia de unidad opositora.

El jueves 29 de octubre, a tres días de que la Alianza Cívica se separara de la Coalición, y a “tres días de franco debilitamiento de la organización”, los cuatro presentaron una serie de preguntas, cuyas respuestas deberían ayudar a aclarar el futuro de la organización opositora:

  1. Se ha afirmado que se va a trabajar un proceso de unidad amplio. ¿Cuál es la nueva estrategia ante la ruptura con la Coalición Nacional? ¿Cuál es el plan? ¿Cuáles son los pasos que se han dado al respecto? ¿Cuáles son las organizaciones con las cuales se va a gestionar la nueva estrategia? ¿Se ha gestionado un diálogo franco con alguna organización en esta nueva estrategia?
  2. ¿Cuáles son las organizaciones para un acercamiento – acuerdo estratégico en esta nueva estrategia? ¿Cómo se va a recomponer la relación con la Unidad Nacional?
  3. ¿Cómo se piensa resolver la fractura que se ha provocado con los otros actores de la oposición en Nicaragua?

Dos días después, ante la falta de respuesta, y una fallida reunión este viernes en la que la Alianza no hizo quórum para dialogar, Tünnermann, Solís, Idiáquez y Gutiérrez, anunciaron que renunciaban a la Alianza Cívica.

La renuncia de los representantes de la sociedad civil y el sector académico de la Alianza, estuvo antecedida por la ruptura del Movimiento Campesino, en junio de este año, y la salida de Sandra Ramos, del Movimiento de mujeres trabajadoras María Elena Cuadra, y redujo el antiguo perfil pluralista de la Alianza al predominio de los representantes del sector privado y un sector de los grupos estudiantiles surgidos en la protestas de abril.

Solís explicó que la decisión —hasta el momento— es “mantenernos unidos. En los próximos días vamos a definir nuestro accionar, porque no hemos dejado de hacer las cosas que hemos hecho siempre, relacionadas con los derechos humanos; con la liberación y defensa de presos políticos, con que pueda haber apertura de las libertades en Nicaragua, pero en principio, hemos decidido seguir como un bloque”.

Según Solís, se mantendrán como un grupo de incidencia sin integrarse a la Coalición Nacional, como podría ocurrir en los próximos días con los los exmiembros del plenario María Eugenia Alonso y Ernesto Medina, así como líderes territoriales de la Alianza en León, Madriz, Estelí, Chontales, y otros departamentos, que se sumarán a la Coalición como una nueva entidad política.

Unidad en la acción

Aunque la decisión de retirarse de la Alianza ha sido aplaudida y criticada, Solís dijo que no cierran la posibilidad de seguir trabajando con la organización de la que se acaban de retirar, porque “no nos hemos peleado con ellos, ni queremos su debilitamiento, ni su destrucción”.

En vez de eso, visualizó una etapa inicial en la que se coordinan para implementar una especie de unidad en la acción, como primer paso, que ofrezca la posibilidad de hacer cosas en conjunto con la UNAB, la Coalición y la Alianza. “Tenemos que hacer el esfuerzo. Esto no puede quedar en el vacío, en retórica”, demandó.

Solís dijo que desde el momento en que hicieron pública su decisión de retirarse de la Alianza se pusieron en contacto con distintos liderazgos políticos y sociales, conscientes de la premisa que “tenemos que actuar rapidísimo”. “Estamos conscientes que hay que hacer una reingeniería de la unidad política y electoral que hay que construir frente a la dictadura, en la cual no haya hegemonías, y estemos hablando verdaderamente de una nueva forma de relacionamiento político”, indicó.

“No podemos dejar un vacío, y no podemos ¡para nada! dejar que siga esta situación de incertidumbre. La reacción tiene que ser ya. No es esperar hasta el miércoles, o hasta el jueves, es ya, y hay un convencimiento de que debemos hacer una reingeniería en relación con cuál es el vehículo político y electoral que necesitamos, y que la ciudadanía lo asuma, que es lo más importante”, destacó.

Siempre pueden empujar juntos

La crisis que afecta a la oposición, se origina principalmente, en su incapacidad para “leer” qué es lo que la ciudadanía demanda, opinó Solís. “A estas alturas, lo que ha ocurrido desde el 26 de octubre hasta hoy, debe hacer reflexionar a lo interno de la Alianza, que está llamada a jugar un papel en estas circunstancias políticas”.

La Alianza Cívica “es una organización que surgió de abril [del 2018], tiene la experiencia de mayo del 2018, de febrero de 2019, reconocimiento a nivel internacional; ha tenido la capacidad de gestionar una diversidad [de organizaciones], y ahora le corresponde reflexionar, en un momento en el cual no debe haber hegemonías, ni agendas ocultas”, invitó.

A su juicio, “hay que saber leer lo que ocurrió en abril del 2018, y que es un rechazo a esa cultura política hegemónica, excluyente y de cartas ocultas. Es momento de reflexionar, y espero que lo hagan muy pronto, para que podamos estar todos juntos de nuevo, empujando esta carreta de lucha política contra la dictadura”.

Ese todos juntos viene “desde 2019, antes de la pandemia, cuando aún en medio de la represión, íbamos a diversos lugares del país junto con la UNAB, porque la gente nos dijo ‘vengan juntos. No queremos que vengan solos’, en un momento en que no estaba formada la Coalición. ‘No vengan solo la Alianza, o solo la Unidad. Vengan juntos’. Nos han dicho de distintas maneras en distintos lugares, que en las bases hay unidad frente a la dictadura”, aseguró.

La unidad es clave también de cara a la relación con la comunidad internacional. Solís señaló que “la resolución de la OEA abre un abanico que puede ser peligroso, cuando dice ‘la oposición’, contrario a la resolución de 2019, que decía claramente ‘la Alianza Cívica’, o lo que dice el Parlamento Europeo, que habla de ‘la Coalición Nacional’. La resolución de la OEA es peligrosa, pues ‘la oposición’ puede ser cualquier cosa”.

También relató que “los nicaragüenses que han hecho lobby a lo largo de estos dos años y medio, siempre nos advirtieron acerca de la debilidad que significaba la división en Nicaragua, al momento de concitar el respaldo internacional”.

Una carta… sin respuesta

Los cuatro que renunciaron este sábado, más el académico Ernesto Medina Sandino, enviaron una carta a sus pares en la organización, el 24 de octubre, tres días antes de la votación en que se decidió el retiro de la Coalición, invocando el espíritu fundacional e la Alianza Cívica en mayo de 2018.

“En la Nicaragua de 2020, un año preelectoral, la desunión de las fuerzas opositoras no es reconocida como un repliegue táctico para unir más vigores dispersos, no. Es valorado como una lucha de intereses y con ello la pérdida de la esperanza de liberarnos de la dictadura. Ya no hay tiempo de separar para volver a unir, especialmente cuando lo hemos hecho otras veces y no lo hemos logrado”, resaltó la misiva.

Recordaron que “la Alianza creó la idea de una gran coalición nacional… al separarse de la concreción de esta idea, evoca el abandono de un proyecto que ella misma creó… [y] despierta la memoria de otros momentos históricos en que la división provocó la competencia entre los democráticos, y no la competencia de los democráticos contra los autoritarios. La separación en un año de tempestades evoca fractura, falta de liderazgo, falta de opciones y de esperanza”.

Los cinco, destacaron que “hacer caso omiso a las voces internas y realizar un proceso con heridas, propicia el debilitamiento de la Alianza Cívica. Caminar sobre senderos contrarios, como la falta de diálogo, el irrespeto y la preeminencia de sectores, será la gestación de terreno fértil para que la dictadura se revitalice, y construya un nuevo proceso de legitimización”.

Al respecto, advirtieron que “le serviremos la mesa de la legitimidad a la dictadura si a través de la desesperanza, la ciudadanía opte por la abstención… si continuamos actuando al margen del dolor de la población, en especial si nuestras propuestas de país resultan contradictoras y vacías a causa de nuestros actos… si propiciamos la batalla intestina entre opositores. Suficientes aprendizajes nos dejan Nicaragua 2006, Venezuela, e incluso Bolivia”.


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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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