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La dama de guantes y acero

Doña Violeta tuvo que comenzar a reconstruir un país dividido, dolido por tantas muertes, en las ruinas, y sin instituciones.

Doña Violeta Barrios de Chamorro tuvo que comenzar a reconstruir un país dividido

Carlos G. Muñiz

26 de febrero 2020

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El 25 de febrero los nicaragüenses celebramos la derrota democrática de la nueva tanda de filibusteros que tuvimos en los años ochenta.

También estamos reconociendo que la derrota de los filibusteros se debió a la unión de los nicaragüenses que la simbolizó doña Violeta Barrios de Chamorro quien, con su cariño, se convirtió y continúa siendo la madre de los nicaragüenses.


Los tributos a doña Violeta han sido muchos, pero ninguno le puede hacer el mérito y agradecimiento que se merece porque estos no se pueden describir en palabras, sino más bien los llevamos en el corazón de los nicaragüenses.

Es una dama de guantes y acero. De guantes porque es materna, cariñosa, gentil, amistosa, bromista, y alegre. De acero, porque tiene convicciones fuertes que siempre las ha defendido y se enfrentó y venció a los filibusteros de la época.

La famosa dama de hierro, la inglesa Margarita Thatcher, a quien respeto mucho, se le queda corta. La señora Thatcher hizo cambios en un país democrático y con instituciones. Doña Violeta tuvo que comenzar a reconstruir un país dividido, dolido por tantas muertes, en las ruinas, y sin instituciones.

Y lo comenzó a lograr hasta que de nuevo reaparecieron los filibusteros.

La patria y la historia están muy agradecidos con doña Violeta y mi familia, y yo en lo personal, la queremos mucho.

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Carlos G. Muñiz

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