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Todos están inconformes: ¿Qué le depara el futuro al Príncipe?

Los que ni son OR ni son MU y esperan el desenlace de los conflictos internos de la alianza ORMU para dejarse sentir

El partido único sería una copia caricaturesca de otras experiencias nada exitosas. Insistir en ello es ignorar la historia

Gerardo González

28 de enero 2021

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Háblese con quien se hable, incluso cuando se interactúa con personas alineadas con el régimen, se llega a una conclusión simple, pero de profunda huella: ¡Todos están inconformes con el Gobierno!

Dejemos por un momento descansar a quienes se declaran “opositores” que, por definición, están inconformes, y con quienes mucha tinta gastamos, para circunscribirnos a aquellos que podemos considerar alineados con el régimen.


Hace más de un año ya, se viralizó en las redes sociales -como se dice-, un video que se filtró de una asamblea partidaria en Estelí, en la que un reconocido “combatiente histórico”, formulaba, enérgicamente, reclamos, por el tratamiento que su generación y sector político de origen recibían de parte de la alianza ORMU.

Hace unos pocos días oíamos al legendario Roberto González, descendiente de los temibles Parrales-Vallejo, despotricar contra su socio en el sindicalismo, Gustavo Porras, heredero de FETSALUD, porque este último está bloqueando el otorgamiento de personerías jurídicas a nuevos sindicatos genéticamente vinculados a la corriente del primero.

Los empleados públicos de base, los que tienen que “cuidar el trabajo”, tiemblan cuando suenan los cuernos por alguna “jornada” o efeméride que los lleva a “rotondear”, mientras que, los que ejercen cargos de dirección, pasan lista y se retiran discretamente a la gasolinera más cercana, para refrescarse y desaparecer.

Conozco, de primera mano, la anécdota de un “activista social” que desde 1990 mantuvo, a través de una ONG, un programa política y socialmente importante; en 2007 le “quitaron” el proyecto para subordinarlo a un Ministerio de Estado, pero luego, para una “celebración” pública, obviamente después de abril 2018, lo llegó a traer a su casa un importante operador del régimen, para que estuviera en la tarima y se “viera” su apoyo.

Victor Tirado, seriamente disminuido en sus capacidades, “apareció” en una tarima, meses después de aquel abril que sabemos. como si nada hubiera pasado, apareció como salido del olvido; probablemente “el comandante” pensaba que estábamos en 1980 y no entendía por qué no le dieron tiempo de ordenar que le lustrarán las botas y tallarse el verde olivo con los bordados laureles en oro y la estrella rojinegra. Su familia, formada en el boato y la molicie, mientras los hijos de otros morían en la guerra, hoy está dividida por razones de conciencia. Las familias nicaragüenses están divididas por razones de conciencia. No puede, como familia, ente social fundacional, estar de acuerdo, ni la familia Tirado Rondón, ni la mía, ni la tuya. ¡Ninguna familia está de acuerdo!

En los barrios, la gente conoce a sus vecinos, y más allá de los temores de ser denunciados a la cheka, las personas terminan conversando cuando sacan al porche las mecedoras, al final de la tarde y podemos afirmar que no existe esa unidad monolítica del sandinismo de la que habla Murillo en sus diarias sesiones de adoctrinamiento.

Hace no mucho, un banco sancionado por el gobierno gringo, iniciaba una ejecución contra  un nuevo rico y, cuando éste, trataba de obtener el trato preferencial que creía merecer, el abogado del banco pronunció una frase reveladora al abogado del nuevo rico: -¡Todos sabemos de qué lado estaba cada uno en la crisis de abril!

Un trolero, perdónenme los neologismos de los millenials, una de esas personas que trabajan de noche creando falsos perfiles en las redes sociales, investigando a los que ingenuamente publican en estas lo que sienten o piensan, al calor de la inmediatez del ciberespacio, e infestándolas de odio y fake news, me comentaba de una joven profesional recién egresada que “buscaba trabajo” en las instituciones públicas relacionadas con su saber, sirviéndose de sus “contactos” familiares, dejando de lado curriculum y notas académicas, se encomendó, al trolero en mención, analizar sus redes, encontrando que la joven había dedicado tiempo a tratar de borrar, en las redes, sus pensamientos, publicaciones, encontrándose que lo borrado era significativamente “azul y blanco”, cerrando de inmediato el expediente e impidiéndole el acceso al trabajo.

Cuando usamos la expresión ORMU para referirnos al centro de la dictadura bicéfala, en realidad nos referimos a la alianza táctica de dos de los grupos más fuertes y base del mismo régimen: El grupo Ortega y el grupo Murillo. No se trata de un grupo, son dos grupos aliados tácticamente, con irreconciliables posiciones internas.

No veo a Doña Rosario dispuesta a ser nuevamente candidata a la vicepresidencia, cuenta para ello con su falange incondicional y suficiente dinero; por otro lado, están los “calladitos” que ni son OR ni son MU y esperan el desenlace de los conflictos internos de la alianza ORMU para dejarse sentir como relevo dentro del sandinismo formal, o, incluso decantarse, por alguno de los brotes organizativos de la llamada oposición. Hay muchos, desde los que están más próximos y comprometidos con la alianza ORMU y el sandinismo formal, que optarían por uno de los dos; hay otros que se quedaron, como buenos jugadores de póker, en posición de “pago por ver”, desde abril de 2018 y que no sería extraño verlos “de pronto” aproximarse a los brotes organizativos de la llamada oposición. ¿Dónde está -y doy solo un nombre, pero la lista en grande- el Comandante y Coronel Pichardo, él de la intentona de golpe desde la Fuerza Aérea en 1990?

Algo parecido se experimenta en el sector empresarial, la doctrina de Mammon les recomienda observar y esperar antes de hacer apuestas; y entre estos hay de todo, desde los que parecen incondicionales al régimen de la alianza ORMU, hasta los que se presentan como feroces detractores del mismo, pero todos profesan la misma fe y actuaran en consecuencia con esa fe que profesan.

En resumen y como premisa: no hay sector, grupo, organización o persona natural que no esté de alguna manera inconforme con la dictadura de la alianza ORMU, solo que unos quieren actuar desde adentro, otros desde su periferia y otros abierta y decididamente en contra, desde distintas posiciones. Esa es nuestra realidad política. Esa es la realidad desde la que debemos trabajar.

Decíamos, en una colaboración anterior con este medio, que la Alianza ORMU, antes de escindirse, porque se escindirán, trataran de asegurarse protección, inmunidad, seguridad para sus intereses económicos, que no son, para nada, despreciables, y asegurarse una ruta que les permita sanearse ante la comunidad internacional, para mientras encuentran al heredero dinástico; y, decíamos, que tal aseguramiento lo pueden encontrar, renovando el Golpe de Estado que iniciaron en 2010, trasladando el centro que asegure ulteriormente los hilos del poder a la Corte Suprema de Justicia, que, querámoslo o no, es la depositaria de todas las llaves del reino.

Maquiavelo hubiera sido feliz viviendo entre nosotros e investigando ¿qué le depara el futuro al Príncipe?


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Gerardo González

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