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Rubén Darío multifacético

Darío vivió para la creación, pero vivió del periodismo

Un artículo de Rubén Darío publicado en The New York Times.

Guillermo Rothschuh Villanueva

5 de febrero 2016

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Darío tiene numerosas puertas de entrada. Cabe preguntarse ¿por cuál de ellas queremos entrar?La decisión queda a nuestro antojo o capricho.

Casi todos prefieren a Darío poeta, al niño prodigio que asombró a los leoneses desde su infancia son sus creaciones. Al que pedían escribiera versos para festejar la celebración de la Semana Santa, el poeta que deslumbró al mundo con Azul…su primer parto, publicado en Valparaíso en 1888. El alumbramiento le abrió las puertas de la poesía española, despegue y explosión del modernismo. Don Juan Valera se encargaría de testimoniar su grandeza. Un espaldarazo importantísimo.


Salió de Nicaragua aquejado de fiebre amorosa,con una espina clavada en su corazón, que jamás daría sosiego a su vida. Chile, puerto de desembarque y anfiteatro de su gloria. El resto vino después. Darío poeta, reconocido, reconocidísimo.

Consagrado como estaba, dos grandes creadores de la lengua española, Pablo Neruda, chileno, y Federico García Lorca, granadino, se sumaron al coro. Discurso al Alimón (1933), su más grande homenaje. Neruda confesó que ninguno de los dos sospechaba que eran considerados poetas modernistas. Miembros de su cofradía. Su canto se reprodujo en España en 1934. Hoy el Discurso… camina con luz propia por el mundo.

Otra puerta para acceder a su universo encantado, son los múltiples trabajos en prosa, feliz simbiosis de literatura y periodismo. Es fundador de la crónica moderna, junto con los poetas José Martí, cubano, y Manuel Gutiérrez Nájera, mexicano, acredita con documentos en manos, Susana Rotker, la musa de Tomás Eloy Martínez. Sus crónicas han sido compiladas en libros por Jorge Eduardo Arellano y Gunther Schmigalle, el alemán que llegó a Nicaragua, animado por profundizar sus investigaciones darianas. Tuve oportunidad de conocerle en la UCA.

Nadie mejor para seguir los pasos de Rubén cronista que Schmigalle; terco,continúa escudriñando infolios con el ánimo de ofrecernos nuevos hallazgos. Está convencido que encontrará nuevos textos de un creador que fiel a su arte poética acotó: Cuando una musa te de un hijo, queden las otras ocho en cinta. Apegado a este enunciado se pasó la vida escribiendo. ¿Cuánto es el número de libros que escribió Rubén? Según algunos estudiosos son 49. ¿Quién ofrecerá el dato exacto?

Será el mismo Rubén quién reconocerá en su Autobiografía (1915) el papel determinante que tuvo la escritura de las crónicas para decantar su estilo. El mismo lamentaba perseguir una forma que no encuentra mi estilo. Darío en Los Raros (1896) se goza en dar a conocer en este lado del mundo,a los más grandes creadores de su época. Sin escatimar adjetivos les rinde admiración. Se siente atraído y subyugado por españoles y franceses, estadounidenses y cubanos. Son diecinueve. Como testimonio de admiración, el poeta Carlos Martínez Rivas, aclara: El raro era él.

Otra grandísima puerta para conocer sus obras,son las andanzas por los incontables caminos del periodismo. El retrato más acabado se debe al maestro Edelberto Torres Espinosa. La dramática vida de Rubén Darío (1952), sigue siendo el tratado más completo para seguir el itinerario de sus vivencias periodísticas. El Ministerio de Educación incluyó dentro de los festejos del Primer Aniversario de su Nacimiento (18 de enero de 1967), la publicación de Rubén Darío Periodista.

El cronista, fundador de diarios y director de revistas, el incansable Rubén, para subsistir escribía como un endemoniado. Se erigía como pináculo del género predilecto entre los grandes cultores a lo largo del planeta. Darío vivió para la creación, pero vivió del periodismo. De la mama Nación de Buenos Aires, como gustaba decir.

Darío el otro, víctima de los vaivenes de la política, angustiado, sin dinero, pobre, regresa a Nicaragua. Darío el otro, muy distinto y distante del Darío vestido de oropeles. El verdadero, liberal, anticlerical y nacionalista, como lo recuerda Erick Blandón, merece ser conocido en su lar patrio. Diferentes fuerzas políticas le han fabricado un lecho de Procusto. Un Darío a la medida de todos, él que sobrepasaba todas las medidas. Cada quien sirviéndoselo en bandeja de oro o plata. Darío devaluado. Su rostro desapareció. Lo sacaron de circulación. Borraron su imagen de los billetes nacionales de más alta denominación.

Darío renovador del lenguaje, ese otro Darío presa de ataques, rencores y confabulaciones. El fundador del modernismo, víctima de celos y resentimientos, tuvo como defensor a campo abierto, al adelantado Luis Alberto Cabrales. El fundador de la Vanguardia nicaragüense plantó frente a los infieles para demostrar en El provincialismo contra Darío (1966), la superioridad de Rubén sobre sus más encarnizados detractores.

Margarita está linda la mar (1998), continúa siendo para mí homenaje esplendoroso, el más hermoso registro de su retorno definitivo a la patria natal. El referente clásico escrito por Sergio Ramírez, muestra las vicisitudes, alegrías y desencantos que le deparó su regreso. Vino solo a morir. Salió huyendo de la Garza Morena y esta solo al arribar continúo jodiéndole la vida. La disputa por apoderarse de su cerebro también es motivo de inspiración para Lizandro Chávez Alfaro. Un pasaje surrealista.

Desde la víspera del Primer Centenario de su fallecimiento (6 de febrero de 1916), se escuchan salvas, cantos; se realizan homenajes, aparecen nuevos estudios. Francisco Bautista Lara hace todo el recorrido —El último año de Rubén Darío, 2015— hasta la hora final. Los críticos continuarán escarbando su obra para dar feque estamos ante el más universal de los nicaragüenses. Nuestro más grande poeta, continúa vivo, mucho más vivo que nunca, muy siglo veinte y muy siglo veintiuno. ¡Salve Rubén!


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Guillermo Rothschuh Villanueva

Guillermo Rothschuh Villanueva

Comunicólogo y escritor nicaragüense. Fue decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Centroamericana (UCA) de abril de 1991 a diciembre de 2006. Autor de crónicas y ensayos. Ha escrito y publicado más de cuarenta libros.

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