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¡Qué humanidad más contradictoria!

Desde este nuestro pequeño mundo ofrecemos dolorosas contradicciones que trascienden hacia el exterior, y nos vienen reflejos de las contradicciones

From this our little world we offer painful contradictions that transcend outward

6 de noviembre 2018

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En donde quiera  que se ubiquen otros planetas similares a nuestra Tierra en el espacio sideral, han de tener su respectiva humanidad. Y aunque sus hombres y mujeres tuviesen tres ojos o uno solo, naciesen con rabo en algún planeta o en todos, seguro que en la naturaleza de la que forman parte, en su vida social, política y económica, obedecerán a sus propias contradicciones –violentas y pacíficas— en busca de las mejores vías para su desarrollo.

Se imagine usted poco, bastante o algo parecido respecto a lo dicho, eso no cambia que usted como yo, como todo el mundo, seamos de cualquier país, en cualquiera de los continentes de nuestro Planeta, la naturaleza, las sociedades, nadie ni nada, puede escapar de sus propias contradicciones.


En este siglo XXI, medida convencional del tiempo, tenemos el privilegio de poder vivir, ver, sentir y comunicar con bastante objetividad y rapidez las contradicciones de nuestro mundo cercano y del lejano mundo, según nuestra capacidad de información, porque nadie se las sabe todas ni su conocimiento es absoluto.

Desde este nuestro pequeño mundo ofrecemos dolorosas contradicciones que trascienden hacia el exterior, y hacia acá nos vienen reflejos de las contradicciones extraterritoriales.

Consecuencias de nuestras contradicciones políticas y sociales, estamos viendo y sintiendo el baño de sangre, sufriendo por los centenares de secuestros, las torturas y la persecución que no cesan en los casi siete meses que la dictadura Ortega-Murillo viene atormentando y desquiciando la vida de nuestro pueblo.

Todos esos delitos se ceban en nuestras más jóvenes generaciones, lo que asombra a buena parte del mundo.  Lo suficiente para despertar la solidaridad con el pueblo y el rechazo a la dictadura causante de todo.  Mientras tanto, la pareja de dictadores  pretende justificarse mintiendo, con un lenguaje revolucionario y cristiano incompatible con su proceder real, reaccionario e inhumano.  Hay quienes también expresan su solidaridad con la dictadura.

Evidentes contradicciones actuales:

*El miércoles último, ¡por 27 años consecutivos!, en la Asamblea General de la ONU, 189 países votaron a favor de poner fin al bloqueo comercial yanqui de casi sesenta años contra Cuba, 2 votaron en contra (Estados Unidos e Israel) y 0 abstenciones. Sin eufemismo, el fin del bloqueo lo ha reclamado todo el mundo, frente a un prepotente país que no respeta opinión ajena, pero pretende imponer la suya sobre el resto del mundo.

*Votaron contra el bloqueo todos los amigos y aliados de los Estados Unidos, y todos los amigos y adversarios de Cuba, un hecho que revela la razón del país bloqueado y la sinrazón del bloqueador. Estados Unidos trató de desvirtuar la resolución, proponiendo ocho enmiendas presionando a sus aliados, pero en ocho votaciones recibió igual rechazo. Un capote de 9 x 0.

*Donald Trump, dolido por su derrota en la ONU, mandó a John Bolton a Miami a decir un violento discurso revanchista contra Cuba, Venezuela y Nicaragua, para ocultar su molestia con los miembros de la OEA que votaron en su contra, sin excepción. El mandado de Bolton tuvo otro objetivo más práctico: estimular el voto republicano de la Florida para las elecciones de hoy martes, 06/11/18.  ¿Y quién es Bolton?  Cómplice de George W. Busch, en el invento de “las armas de destrucción masiva” que sirvió de excusa para aplastar a Iraq  militarmente.

*Nuestros medios de comunicación considerados independientes, han hecho causa con Washington, ocultaron la resolución de la ONU, pero reproduciendo con entusiasmo el discurso de John Bolton.  Sucede cuando nuestros medios reciben merecida solidaridad internacional por las represiones y amenazas que reciben de parte de la dictadura Ortega-Murillo, a causa de sus valientes denuncias, guarda silencio sobre la victoria política de un país latinoamericano agredido.

*Entre los aliados de Estados Unidos que votaron en las ONU contra su bloqueo, están los 21 países que en la OEA condenaron a la dictadura orteguista y apoyaron a nuestro pueblo.  Los votos a favor de Cuba, fue porque el bloqueo viola el derecho internacional y los votos contra la dictadura orteguista, porque viola los derechos humanos del pueblo nicaragüense.

*Mientras Estados Unidos le da su apoyo (intereses aparte) al pueblo nicaragüense en contra de la dictadura Ortega-Murillo que lo oprime y asesina, la Cuba favorecida con el voto en la ONU (ideología aparte), le reitera su solidaridad a esa misma dictadura.

*Estados Unidos, argumenta su condena a “nuestra” dictadura por sus delitos de lesa humanidad, y apoya los derechos humanos de los nicaragüenses.  Pero este país nunca recibió condena por el genocidio de lesa humanidad con su bombardeo atómico contra Hiroshima y Nagasaki, ni por las guerras genocidas contra Iraq, Afganistán, etcétera y etcétera…

*Cuba, pese a su costosa resistencia frente a las agresiones norteamericanas de toda clase, ha dado su solidaridad en todo terreno a los pueblos de África, que incluye la liberación de Namibia y la desaparición del inhumano sistema racista de Sudáfrica.  Pero Cuba, le niega su solidaridad a nuestro pueblo y se la ofrece a la dictadura Ortega-Murillo que le viola todos sus derechos, comenzando con el derecho a la vida.

*Todos los obstáculos y agresiones –incluso situaciones materiales difíciles— no han quebrantado su posición de rechazo al bloqueo ni ha permitido el quiebre de sus programas sociales, ni la  educación, salud y cultura gratuitas –que reciben también otros pueblos—, expresamente ignorado por la prensa internacional,  pese a que basta comprobarlo con la FAO y la Unesco.

*Con la desfachatez que da lo que se quiere ignorar por interés político o por falta real de información, en estos días de crisis en Nicaragua se repite que Cuba está completamente “atrasada” y por eso “no queremos ser otra Cuba”.  Lo escuché por TV, de boca de un destacado economista y ex funcionario de Estado en la rama de la economía, cuando precisamente se desarrollaba la Feria Internacional Habana 2018. Esto fue ignorado por el entrevistado y el entrevistador.

*En esa Feria (29 de octubre- 2 de noviembre), expusieron sobre varias ramas de la ciencia y la tecnología un mil 500 empresas de casi 60 países, en un espacio de 600 mil m2.  Es obvio, que eso requiere de cierto nivel técnico y desarrollo, con lo que nunca pudo haber soñado para Nicaragua el antiguo funcionario, en su época ni ahora.

*Entre los países americanos expositores en la Feria de La Habana, estuvo Panamá. El presidente de la república canalera estuvo presente y en su discurso confirmó su respeto por el sistema social de la isla y su decisión de mantener relaciones comerciales con ella. Panamá (¿lo recuerdan?) es uno de los 21 países que en la OEA no ha quitado su dedo crítico y acusador contra la dictadura Ortega-Murillo.

Yo me sumo a quienes no quieren hacer de Nicaragua otra Cuba, porque –además de que es imposible ser igual a otro país—, quiero otra Nicaragua.  Lo bueno y lo malo que pueda alcanzar una u otra nación, es resultado de la culpa y del esfuerzo de cada sociedad.  Nuestra sociedad, en su mayoría, está luchando por una mejor Nicaragua, comenzando por derrotar a la dictadura.  De manera que, lo menos que sugiere esa idea, es que se trata de una ingenuidad política. La cuestión no es tan simple como lo dicen los creyentes de cualquier noticia internacional o de los que escuchan en el discurso de un político profesional, sin analizarlos.

Es cierto que entre contradicciones vivimos, pero para superarlas, el periodismo tiene que ser sensato, no omitir información sobre lo que no le gusta, tampoco ser complaciente con ningún político (sin que por ello deba fingir imparcialidad), ser crítico y autocrítico.  Esa es la mejor manera de ser de verdad independiente.

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Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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