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¿Qué puede esperar Latinoamérica de Trump?

Como presidente, tiene la opción de seguir con un programa ofensivo para la región y sus pueblos o comenzar a trabajar para recuperar la confianza

Ciudadanos mexicanos observan los periódicos que informan sobre la victoria de Donald Trump como presidente de los Estados Unidos. EFE/Ulises Ruiz Basurto

Peter Hakim

12 de noviembre 2016

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Trump es impredecible, lo que dice hoy contradice lo que argumentó ayer o la semana pasada. Además, Trump ha ofrecido pocas propuestas de políticas estructuradas. Su programa de politica exterior en gran medida consiste en jingles: construir un muro, acabar con los malos tratados, destruir el ISIS, rehacer la OTAN, etc ¿Quién sabe por qué Trump quiere ser presidente? No tiene ninguna orientación ideológica, principios básicos o lealtad partidista.

Un ego insaciable que conduce a una necesidad desesperada de ocupar el centro del escenario. La retórica de su campaña tenía un propósito primordial, conseguir que él fuera elegido. Una vez elegido, sus aspiraciones se inflarán más,  seguramente quire llegar a ser considerado un gran presidente americano, como Reagan, o mejor. Lo que puede llevarle a demostrar que cumple con sus promesas de campaña. O podría decidir que la moderación, el diálogo y el compromiso son una mejor manera de construir un legado presidencial.


Por ejemplo, recientemente prometió dar la vuelta a la politica cubana de Obama (despues de una aceptación previa).  Pero podría, de manera menos provocadora, paralizar las concesiones de Estados Unidos a Cuba, o incluso retrotraer unas cuantas, al tiempo que se adhiere a la mayor parte del esfuerzo de reconciliación de Obama.

La política de Estados Unidos y México tuvo un papel destacado en la campaña de Trump. Incontables veces se comprometió a renegociar o romper el tratado comercial del TLCAN y hacer que México pagase por construir un muro en la frontera para detener la inmigración. Estas propuestas enajernaron profundamente a uno de los aliados y socios más importantes de América en el mundo. Pero Trump podría comenzar con un enfoque diferente, tal vez abriendo conversaciones con México sobre temas de inmigración y monitoreo de fronteras.

Con un mínimo de buena voluntad, incluso podría ser posible revisar el TLCAN de manera que ambos países puedan convivir. La oratoria explosiva de Trump ha dejado un sabor amargo en toda América Latina. Como presidente, tiene la opción de seguir con un programa ofensivo para la región y sus pueblos o comenzar a trabajar para recuperar la confianza de México y del resto de América Latina.

Publicado en Infolatam.


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