PUBLICIDAD 1M

La autodestrucción programada de Donald Trump

Declarar un fraude en noviembre podría ser el as –no tan oculto– bajo la manga. Y en adelante, entramos a territorio desconocido.

Nicaragua recibiría 200.000 dólares frente a los 10 millones del año fiscal 2016

24 de agosto 2020

AA
Share

«Si hay un intento de golpe de Estado o una guerra civil el otoño que viene, ¿cuáles son tus planes?»

Bret Stephens, columnista del New York Times


Las promesas de cuatro años atrás quedaron en el camino. Estados Unidos está lejos de haber alcanzado la ilusoria grandeza prometida por Donald Trump. La pandemia asola las ciudades y los pueblos sin que se le mire fin. Los negocios y las escuelas están cerrados. Millones de trabajadores han perdido sus empleos y millones de empresas irán a la quiebra. Ronda el fantasma de una megadepresión. Estados Unidos es una nación dividida, calentada por los hervores de una sorda guerra civil.

El presidente se encamina a la recta final de la votación presidencial furioso, presa de grandes inquietudes. El barco hace agua. Los testimonios de antiguos asesores y colaboradores que describen en sus memorias a un jefe impulsivo, incompetente y caprichoso, lo han amargado. Recientemente, salieron a la luz dos grupos de republicanos prominentes, Lincoln Project y DefendingDemocratyTogther.org, que se han alineado contra él. El segundo destina 20 millones de dólares para apoyar a Joe Biden, que dista de encarnar una idea unificadora de nación.

Pero el magnate se aferra al poder cueste lo que cueste, aunque tenga que cruzar límites que nadie se había atrevido a traspasar. Noviembre pudiera ofrecer desenlaces inesperados. El sistema electoral se encuentra en una encrucijada existencial y está por verse si la democracia americana podrá defenderse a sí misma.

Donald Trump es un apostador. No se detiene ante nada y arriesga mucho confiado en supuestos superpoderes. El año pasado, fue una conspiración fallida con el gobierno de Ucrania para desembarazarse de Biden, que ya se perfilaba como la figura aceptable de la estrategia demócrata para volver a la Casa Blanca. El tiro le salió por la culata y derivó en un proceso de juicio en su contra del que se libró a última hora gracias a la intervención del Senado, controlado por su partido.

En la recta final de la elección presidencial de 2020, Donald Trump entra con nuevas jugadas para afianzar la reelección. Una de ellas apunta contra la propia existencia del Servicio Postal, que estaría llamado a jugar un rol esencial en esta votación a causa de las restricciones de movilidad que impone la pandemia. Pero el candidato republicano quiere asegurarse de que ese aparato no esté en condiciones de servir esa función. Louis DeJoy, su elegido para dirigir el sistema de correos, se ha embarcado en un plan que, además de trastornar las operaciones normales del sistema, complicará el sufragio por correo. Algunos le llaman a esto sabotaje. A nada le teme más el presidente que a un aluvión de votos anti-Trump.

2020 es un terreno escurridizo.

El jueves pasado, la fiscalía federal en Nueva York ordenó el arresto de Steve Bannon, quien fuera uno de los asesores más cercanos al presidente y arquitecto de la victoria de Trump en 2016. Bannon y un par de asociados más serán enjuiciados por apropiarse de cientos de miles de dólares de We Build the Wall, una campaña de crowfunding con el supuesto fin de financiar el muro fronterizo de Trump, quien había aplaudido la iniciativa como ejemplo de iniciativa privada. El cuarto de millón de donantes que aportaron fondos para la campaña no estarán muy contentos.

Trump aún tiene suficientes adeptos en regiones electoramente claves y no le faltarán trucos en la alforja para tratar de aplastar a su contrincante. No se puede descartar que se salga con la suya, pero es probable que su aventura de poder se estrelle contra el deseo de sus ciudadanos. Declarar un fraude en noviembre podría ser el as –no tan oculto– bajo la manga.

Y en adelante, entramos a territorio desconocido.


Archivado como:

PUBLICIDAD 3M


Tu aporte nos permite informar desde el exilio.

La dictadura nos obligó a salir de Nicaragua y pretende censurarnos. Tu aporte económico garantiza nuestra cobertura en un sitio web abierto y gratuito, sin muros de pago.



Róger Lindo

Escritor y periodista salvadoreño. Su actividad periodística se sitúa principalmente en el diario La Opinión de Los Ángeles, donde ha cubierto migración, educación, economía, transporte, energía y movimiento laboral. Investigó y escribió la crisis inmobiliaria de 2007 y sus secuelas. Es autor de numerosos artículos de opinión. Fue colaborador de la revista Tendencias, de Milenio Diario y Milenio Revista, de México, y columnista de La Prensa Gráfica. Estuvo a cargo de la Dirección de Publicaciones e Impresos entre enero 2012 y abril 2013.

PUBLICIDAD 3D



Carlos Tünnermann: “Que me recuerden como un ciudadano es lo más honroso”