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Dictador fascista y su monarquía chapiolla

El dictador se parece a Francisco Franco, pues le plagió el lema “caudillo y jefe del Estado español por la gracia de Dios”.

El dictador se parece a Francisco Franco

Onofre Guevara López

29 de diciembre 2020

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 “¿Qué cuántos años tengo?

Qué importa eso.


 Tengo la edad que quiero y siento,

para gritar lo que siento y pienso …”

José Saramago

Usted estará imaginando de qué dictador se trata. Entonces, no hay necesidad de nombrarlo, sino de ofrecerles algunas de sus principales características personales, sus actitudes políticas y todo lo que puede decirse de alguien cuando se está seguro de que cuanto se diga es verdad. Lo que él piensa de sí mismo, no vale, menos lo que digan sus cepillos.

El tipo puede sufrir de todos los complejos psicológicos imaginables, pero al final termina siendo un simple dictador. Lo que no quiere decir que, por ser simple, también sea inofensivo.

Es que cualquier dictador, sea de un gran país, o de uno pequeño cuya población puede ser menor que la de un barrio de una ciudad China, si tiene prácticas autoritarias similares a las de un monarca medieval, entonces se trata de un monárquico chapiollo.

Es chapiollo porque, siendo de origen popular, con poder en sus manos se siente como un rey, le gustan los vicios de cualquier monarca, porque, en muchos aspectos, una dictadura es como la copia en rojo-sangre de una monarquía de “sangre azul”. Veamos:

  1. a) En una monarquía absoluta el poder del rey no tiene límites, y el Gobierno es ejercido por una sola persona con carácter vitalicio; en una república devaluada el poder del dictador no tiene límites, pues re(de)forma la Constitución para reelegirse indefinidamente.
  2. b) En una monarquía constitucional la autoridad del monarca se lo limita la Constitución; en una dictadura el dictador viola los límites de la Constitución.
  3. c) En la monarquía electiva, el soberano es elegido por un período determinado o para toda su vida; el dictador se auto elige y dura en el poder lo que quiere (hasta cuando el pueblo se lo permite).
  4. d) En la monarquía hereditaria, la sucesión es familiar de acuerdo a la Constitución de un país monárquico; en una dictadura la sucesión se impone a voluntad del dictador por sus pistolas, o por medio de elecciones fraudulentas;
  5. e) En la monarquía parlamentaria, o constitucional, el gobierno es responsable ante el parlamento, o la asamblea; en la dictadura el parlamento, la asamblea (o la chanchera) solo es responsable ante el dictador;
  6. f) Las monarquías nacieron con el cuento de que representan la voluntad de Dios; el dictador supone lo mismo.

Como puede verse en esos ejemplos, los reyes tienen absolutos poderes, y otras veces tienen limitaciones constitucionales formales, pero los dictadores son absolutos y se burlan como quieren y cuando quieren de la Constitución y las leyes.

Si alguien piensa que hace falta mencionar al dictador para identificarlo, se podría pensar que vive en Babia. Pero, aunque pareciera un babieca, no podría ser tan baboso para no imaginar de quién se habla.

De modo que, sugerida nuestra histórica desgracia nacional, y teniendo encima a un dictador y a su codictadora en plena faena dictatorial, es más que suficiente para estar claros del asunto. Pero, en el supuesto de que alguien pudiera estar comportándose como ilustre ciudadano de Babia, les presentamos las características de un dictador, fascista y monárquico chapiollo:

1) Tiene el récord histórico nacional de estar en el poder (arriba o abajo) y con ganas de seguir: ¡41 años cumplidos (y va por los 42)! ¡La mitad de su vida y siete años más!

2) El poder económico y el poder político del monarca son robos heredados; el dictador tiene los dos poderes sin haberlos heredado, y si tampoco ha trabajado… ¿qué piensa usted que habrá pasado?... (qué casualidad… todo el mundo piensa lo mismo);

3) El dictador ordenó a su asamblea re(de)formar la Constitución para su reelección continua; de hecho, se torna vitalicio;

4) El dictador nombró vicepresidenta a su mujer, y el resto de su familia tiene posesiones y cargos sin haber sudado trabajando… (que Dios los libre de sudar)

5) El dictador tiene más facultades que un monarca constitucional, porque él no depende de la asamblea; es la asamblea la que cumple su voluntad;

6) El dictador supera al monarca constitucional, en cuanto a que no reconoce ningún poder limitante a la Constitución, porque el límite él lo impone;

7) El dictador se siente Dios: cuando nombró al jefe del Ejército Nacional la primera vez, le dijo que… “Dios pone y quita reyes” (la versión monárquica del origen del poder) y se auto confirmó Dios, cuando lo reeligió en el cargo.

8) El dictador es fascista, por su manera de quitar derechos humanos y constitucionales al declarar “agentes extranjeros” a los directivos de las ONG; perseguir supuestos Ciberdelitos; recetar cadena perpetua; sacar del juego electoral a los líderes de la auténtica oposición, calificándolos como “golpistas” y “terroristas”.

9) El dictador se parece a Francisco Franco, pues le plagió el lema “caudillo y jefe del Estado español por la gracia de Dios” con su: vamos por más victorias… “por la gracia de Dios”.

10) Otro plagio a Franco (1939-1975): durante 66 años persiguió, encarceló y mató a los “rojos”, lo que hizo extensivo a sus hijos, esposas y parientes; el dictador hace lo mismo en contra de las familias “azul y blanco”.

Si eso no es fascismo, entonces… ¡hasta los niños asesinados desde abril 2018 eran tremendos terroristas!

Mejor sigo…

Al margen de estas cuartillas

*Desconozco la paternidad de la sentencia: Quien mal anda, mal acaba. Solo sé que en Franco fue cumplida.

*Aunque Franco murió en su cama, fue enterrado como “héroe” en El Valle de los Caídos (incluso junto a quienes él hizo caer).

*45 años después, sus restos fueron expulsados de allí, y propiedades robadas heredadas a su familia fueron rescatadas por el Estado español (tardadito, pero seguro).

*En nuestro país, ahora parece que, para ser sorprendido, solo sería con la noticia… ¡de que un hombre “está en estado de buena esperanza”!

*Ya nadie se sorprende, porque en política sucede de todo; por ejemplo, se reclaman reformas para retornar a la senda constitucional, pero el dictador decreta que sus opositores ni siquiera puedan ser candidatos en ninguna elección.

*Desde abril 2018, la rebelión cívica decidió dar por cadáveres a los partidos tradicionales por ser culpables de haber hecho de la república un zancudero; ahora, en cuanto el dictador habló de “reformas”, dos anófeles sacaron sus antenitas:

*Un tal Alejandro, con una guatusa en forma de “diálogo”, pintada con los colores que armonizan con el color rosado-chicha dictatorial.

*El otro, un tal Alfredo, sacó su antenita “Unir”, con la cual dijo que barrerá en las elecciones del 21, pues ya la platicó con “trece” grupos políticos y “dos grandes” organizaciones políticas, para que la próxima vez la silla del dictador no se le escape…

*Porque se le conoce bien, se puede pensar que la única silla que el dictador le puede conceder por sus servicios… ¡es una de las sillas que un ex somocista le administra en la chanchera!

*Ningún político opositor le hizo swing a la bola lanzada con el nombre de Dennis Martínez, como un candidato idóneo…

*Al parecer, no la batearon porque algunos tienen su bola escondida…

*Tienen derecho, el problema es que, con la fuerza que podrían tirar la bola… solo de arrastrada llegarían al plato.

*Ni siquiera se vislumbran elecciones libres, pero si se lograran, seguro que ganaríamos un juego perfecto con el lanzador de Granada, porque el dictador solo tiene… ¡lanzadores de granadas!

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Onofre Guevara López

Onofre Guevara López

Fue líder sindical y periodista de oficio. Exmiembro del Partido Socialista Nicaragüense, y exdiputado ante la Asamblea Nacional. Escribió en los diarios Barricada y El Nuevo Diario. Autor de la columna de crítica satírica “Don Procopio y Doña Procopia”.

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