5 de mayo 2020
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Mientras aumentan las denuncias de casos sospechosos de covid-19 en diferentes partes de Nicaragua, el Ministerio de Salud (Minsa) decidió –este lunes– omitir toda información relacionada con esa enfermedad. Tanto las autoridades del Minsa como la vicepresidenta Rosario Murillo, en su monólogo diario, no dijeron nada sobre la pandemia que en mes y medio ha dejado ocho fallecidos en el país, tres de ellos no registrados en la estadística oficial.
Desde que se reportó el primer caso de coronavirus, el pasado 18 de marzo, las autoridades han ocultado el impacto real de la pandemia a través de comunicados confusos en los que predominan sumas y restas de los casos; sin embargo, esta es la primera vez en un inicio de semana que el secretario general del Minsa, Carlos Sáenz, no comparece frente a los medios de propaganda oficial para leer sus comunicados diarios.
La ausencia de Sáenz hubiese pasado desapercibida de no ser porque Rosario Murillo, quien controla toda la información estatal, tampoco se refirió al comportamiento de la pandemia en su monólogo diario. La funcionaria destacó los avances de la última jornada de vacunación, el censo nutricional, una supuesta reducción de los casos de dengue y malaria, pero omitió cualquier información sobre la covid-19.
Minsa cada vez da menos información
Hasta el tres de mayo, el Minsa mantenía un registro de 15 casos positivos de covid-19, con cinco fallecidos. En las últimas semanas esa institución reducido la información sobre la pandemia, de forma tal que los últimos dos fallecidos por covid-19 fueron incluidos en la lista de casos confirmados hasta el momento en que anunciaron su deceso.
Las autoridades nicaragüenses no solo mantienen con mucho secretismo la información sobre la pandemia, sino que el pasado primero de mayo el presidente, Daniel Ortega, arremetió en contra del resguardo domiciliar que promueve la sociedad civil como prevención de la covid-19, calificando estas medidas como “extremas” y “radicales”. Dirigentes políticos de la oposición consideran que el “vacío” discurso de Ortega tuvo por único objetivo justificar la “incapacidad” y “negligencia” del Gobierno.
En su intervención Ortega cuestionó la campaña “Quédate en casa” porque, a su juicio, destruiría la economía nicaragüense, que es “cada vez más informal”.
“El quédate en casa, destruye el país. Por esa vía se destruye el país”, alegó el mandatario y justificó no implementar medidas de distanciamiento social. “Si le decimos a la gente: ‘quédense en casa’, ¿quién va a fumigar?”, ironizó.
Médicos epidemiólogos han advertido que en Nicaragua existe un subregistro de casos de covid-19, mientras el Minsa mantiene centralizadas las pruebas de la enfermedad, y aunque los pacientes presenten todos los síntomas e incluso haya tenido contacto con un caso positivo reconocido por el Gobierno, los médicos han tenido que diagnosticarlos como neumonías atípicas.
Para del doctor Leonel Argüello, el incremento de neumonías atípicas o casos sospechosos de covid-19 no reconocidos por el Minsa, es un indicio de que la curva epidemiológica ha comenzado a subir, pero que las autoridades nacionales se niegan a reconocerlo.
Aun los escasos datos oficiales “muestra una tendencia ascendente”, asegura Argüello. Solo en las últimas semanas el Minsa se ha visto forzado a reconocer cuatro fallecidos por covid-19, uno de ellos que ni siquiera había sido reportado cuando contrajo la enfermedad: el paciente del asilo de ancianos.
Hay dos elementos “que tienen cierta coherencia y que las autoridades de salud deberían profundizar”, las denuncias de los médicos en diferentes hospitales y los casos monitoreados por la sociedad civil, subrayó el epidemiólogo.
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