5 de julio 2016
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El proceso de partidización de la Policía Nacional, cuyos síntomas se han presentado en los últimos años, es el principal mal de una institución donde la corrupción es añeja, aseguró este lunes, Roberto Orozco, especialista en temas de seguridad.
“El impacto que ha tenido la politización en la Policía Nacional, es un impacto negativo. Ha generado la idea de mucha impunidad, de libertad y algunos oficiales inclinados a la corrupción se han aprovechado de ese fenómeno”, dijo Orozco en el programa televisivo Esta Noche.
El debate sobre este tema se retomó a raíz de las declaraciones de un ex oficial de la institución policial publicadas en Confidencial. En ellas habla del debilitamiento de la autonomía de la Policía, el maltrato de los altos mandos a sus subalternos, y las coimas como un negocio personal.
Esto según Orozco “es un efecto del proceso de descomposición que hay en las filas policiales, que no es un asunto nuevo”.
Policía Sandinista
“Quieren volver a hacer una Policía Sandinista, del mismo gobierno, todo manejarlo siempre en el mismo entorno y que lo hecho siempre se mantenga en silencio, que nadie diga nada, que nadie opine nada, porque la frase que ellos solo saben usar es que ´estamos por el Presidente´”, confesó en el anonimato el ex miembro de la institución a quien llamamos “Walter”.
Roberto Orozco no coincide con él. “Yo discrepo porque la Policía Sandinista ya está hecha. Ya funciona como Policía Sandinista, aunque en lo formal, aunque la ley, aunque toda la institucionalidad diga que la Policía se llama Policía Nacional, en la práctica es una policía partidizada", aseveró.
Este proceso inició entre 2008 y 2009. "Ya estaba claro que el perfil de la Policía Nacional de ese momento en adelante era la partidización”, subrayó este especialista en temas de seguridad.
Ya no se responde con fidelidad institucional sino con fidelidad “partidaria”, aclaró.
Una transformación en la que, según él, la primera comisionada Aminta Granera colaboró. “Al final se volvió cómplice”, lamentó.
El mando es vertical y no hay espacio para refutar las órdenes, afirmó "Walter" al periodista de Confidencial, Maynor Salazar.
—No tenemos derecho a opinar. Debemos de callar porque somos apolíticos, cuando no es así.
En general, ¿están de acuerdo con ese modelo vertical?
—No, pero no podemos decir nada porque es un temor que tenemos, porque si hablamos mal nos corren y si hablamos bien nos mantenemos.
El negocio personal de las coimas
Los bolsillos de algunos policías se ensanchan con las coimas que, de acuerdo a Walter y a Roberto Orozco, estos oficiales cobran a distintos establecimientos para flexibilizar horarios de atención y dar un trato preferencial.
En Juigalpa, por ejemplo, una investigación realizada por Orozco reveló que en esa ciudad 54 centros nocturnos pagaban mil córdobas semanales al jefe policial de esa plaza. Es decir, 54 mil córdobas. “Más de 200 mil córdobas (mensuales) que recibía ese oficial de policía”, calculó Orozco. Una ganancia que se dividía y repartía.
De acuerdo a Walter “hay gente que te da 10 mil, 20 mil (córdobas), porque le cerrés bien el caso. Entonces vos mirás la manera más fácil, ellos te dicen que es una ayuda, pero no lo es, es una corrupción la que hay en la Policía”, confesó.
Pierde legitimidad
¿Qué tanto sentimos que la Policía Nacional es nuestra Policía?, preguntó Orozco en Esta Noche. Para él, la pérdida de legitimidad ha sido una de las consecuencias más severas en el proceso de partidización de la institución policial.
Aquí la opinión se divide, ya no solo a nivel nacional. El prestigio que se tenía a nivel internacional también está empezando a cuestionarse, aseguró el experto en temas de seguridad.
