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Nicaragua en COP21: “actitud aberrante”

Nicaragua debe plantear políticas públicas para la protección de Bosawas y el aprovechamiento sostenible del Cocibolca

El presidente de Francia, Francois Hollande, y el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, celebran el acuerdo sobre el cambio climático alcanzado en París. EFE/EPA/CHRISTOPHE PETIT TESSON.

Maynor Salazar

16 de diciembre 2015

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La posición del gobierno del presidente Daniel Ortega de no presentar una propuesta de un plan nacional de cambio de emisiones de gases y de no aceptar el acuerdo mundial del cambio climático alcanzado el pasado fin de semana en la COP 21 de Francia, es considerada como una “pifia” y actitud “aberrante” por Jaime Incer Barquero, científico y ex ministro del ambiente de Nicaragua.

Incer Barquero dijo que la delegación nacional encabezada por Paul Oquist, Asesor Presidencial para Políticas Públicas, se limitó a seguir órdenes y mientras los demás países reconocían el problema y planteaban una solución, Nicaragua rechazó una propuesta solo porque no “satisfacía” sus pretensiones.


“No podemos perder esta oportunidad, no podemos buscar resentimiento porque no cabe, ya hubo voluntad de atacar el problema de parte de aquellos países que señalamos como culpables. Estos países que están en situaciones aún mejores que las que estamos nosotros, si están aprovechando la oportunidad”, dijo Incer Barquero en el programa televisivo Esta Noche.

El ex ministro del ambiente aconsejó al gobierno de Nicaragua rectificar esta posición “infantil”, que deja al país, a nivel internacional, como aberrante, reclamando cosas que ya caben en el pasado y sin ganar la confianza y ser beneficiado por lo que el convenio establece, de ser ayudados por los países industrializados.

“Lo anómalo de todo esto es que una vez que hubo consenso y aprobación mayoritaria, nosotros, en lugar de estudiar la situación y decir bueno, qué beneficios podemos sacar, hasta dónde podemos comprometernos si apoyamos el proceso mundial, protestamos y parecemos un país disidente sobre un tema que involucra la responsabilidad de todas la naciones y que nos pone en una situación incómoda y ridícula”, especificó Incer Barquero, quien agregó que aunque la propuesta no fuera satisfactoria, se “debía estar atento y no encerrarnos en esa posición como niño malcriado. Debemos enmendar esas fallas, presentar un plan y ratificar el acuerdo”.

Energía renovable es el futuro

El acuerdo al que se llegó en la COP 21 realizada en Francia, en términos de generación de energía, apunta hacia la idea de que el futuro es la energía limpia y renovable.

El científico señaló que a pesar de que a Nicaragua le resulta mucho más fácil que otros países sustituir la dependencia de los combustibles fósiles por todas esas formas de energía limpia, la decisión de no aceptar el acuerdo, priva a Nicaragua de desarrollar una capacidad energética basada en la geotérmica, solar e hidráulica.

"El asunto no es de mirá, voy te dar tanto por lo que podas hacer plantando un árbol, no, creo que tenemos que decir que somos un país privilegiado y que podemos salir de esa dependencia de combustible fósiles. La propuesta nos dio grandes ventajas que otros países no tienen”, reafirmó Incer Barquero.

Sin embargo, para que estas ventajas se aprovechen, antes se debe aceptar el acuerdo que se realizó en la COP 21, además debe existir un cambio en las políticas nacionales en relación a los bosques como Bosawas y los recursos hídricos, como el aprovechamiento del lago Cocibolca.

Al respecto Incer Barquero consideró que para ser un ejemplo de vanguardia en pro de los recursos naturales, se deben corregir ciertas acciones y demostrar que el gobierno puede hacer un manejo racional de los bosques, y no sólo verlo como un productor de madera sino un regulador del clima y un acaparador de humedad y lluvia.

"La principal prioridad en el desarrollo del país es el cuido y la recuperación de aquellos bosques donde está amenazada la producción de agua, biodiversidad y donde de alguna manera el mismo aprovechamiento forestal, comedido y bien planificado, sea un rédito mayor, pero para ello debemos de cambiar nuestras políticas desordenadas de destrucción de bosques, comenzando con nuestras áreas protegidas", explicó el experto.

Un dato interesante en la COP 21, según Barquero, fue conocer que dentro de los ocho países que decidieron no aceptar la propuesta, algunos no firmaron porque no tenían un plan de cómo iban a atender este asunto, mientras que Nicaragua lo hizo por un simple capricho.

“Las Naciones Unidas dejó un período de cuatro meses para que aquellos países que tienen dudas y no han podido presentar requisitos lo hagan, esto sería una oportunidad para rectificar la posición de Nicaragua, es obvio que después de que varios países están de acuerdo, no podemos salir con una decisión insólita, aberrante, diciendo que no estamos de acuerdo”, finalizó el científico.


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Maynor Salazar
Maynor Salazar

Periodista. Investiga temas de medio ambiente, corrupción y derechos humanos. Premio a la Excelencia Periodística Pedro Joaquín Chamorro, Premio de Innovación Periodística Connectas, y finalista del premio IPYS en el 2018.

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