10 de junio 2020
AA
Los trabajadores de la Salud corren más riesgo de contagiarse del nuevo coronavirus en los hospitales primarios y centros de salud, donde presuntamente no se atienden casos de la covid-19. En estos nosocomios —según doctores— las medidas y los equipos de protección son menores, en comparación con aquellos centros médicos reconocidos como ‘covid’.
En una entrevista con el programa Esta Semana, ‘Alberto’ y ‘Tomás’, dos médicos especialistas que pidieron mantener sus nombres en reserva para no ser despedidos de los hospitales públicos, indicaron que en la fase de contagio local y comunitario —en la que se encuentra Nicaragua—, es imposible que los pacientes de la covid-19 solo asistan a los hospitales designados para ese fin, que, en el caso de Managua, han sido el hospital Alemán Nicaragüense y el hospital Fernando Vélez Paiz.
“El mayor riesgo lo veo en estos médicos, enfermeras, y laboratoristas, que están fuera de los ‘hospitales covid’. Si en los ‘hospitales covid’ no existe la preparación ideal para atender estos pacientes, en estas unidades externas —por llamarlos de alguna manera—, la preparación es mucho menor, y por lo tanto el riesgo es mayor”, explicó ‘Tomás’.
Continuó que “en esta fase (de contagio), donde cualquier paciente se puede considerar portador del virus, las consultas en los centros de salud o en los hospitales —que son abiertas—, la tasa de contagio suele ser mayor”.
Fallecidos en hospitales: 30 a 50 por día
‘Alberto’ comentó que los hospitales ‘no covid’ derivan todos los pacientes con sintomatología del coronavirus al Alemán y al Vélez Paiz, aunque “no han logrado disminuir” los pacientes con la covid-19. “Se está viendo en estos hospitales ‘no covid’ (un) mayor número de traslados que mayor número de fallecidos; (es) muy probable porque se están trasladando los pacientes graves, y los fallecidos se deben de estar dando en estos dos hospitales”, subrayó.
‘Tomás’ aseguró que desde hace unas dos o tres semanas han fallecido “aproximadamente” entre “30 y 50 pacientes por día a nivel nacional”, sin “tomar en cuenta a los pacientes que fallecen en las casas”.
“Aunque no hay estadísticas con total certeza, probablemente la cantidad de fallecidos, hasta la fecha, puede andar alrededor de los 1200, por lo menos”, enfatizó.
Las cifras oficiales del Ministerio de Salud (Minsa) indican que hay 55 fallecidos, desde marzo pasado cuando se reportó el primer caso positivo de covid-19; sin embargo, el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 registra unos 1114 fallecimientos vinculados al nuevo coronavirus.
La divergencia se da también en los casos positivos, pues el Gobierno solo admite 1464 contagiados con el coronavirus SARS-CoV-2, que produce la covid-19. El Observatorio reporta al menos unos 5027 casos sospechosos en todo el país.
Un ataúd es retirado del Hospital Sermesa en el barrio Bolonia, utilizando protocolos de seguridad por muertes de covid-19. Foto: EFE/ Carlos Herrera
Personal contagiado
El Minsa ha obviado además el contagio del personal de salud. En sus conferencias semanales sobre la covid-19, el Gobierno no ha informado sobre la situación de los trabajadores sanitarios. Extraoficialmente, el Observatorio registra que, hasta el tres de junio, al menos 458 trabajadores de Salud han presentado sintomatología asociada la covid-19.
Para la misma fecha, reportan que unos 48 trabajadores de la salud han fallecido por la pandemia. Entre estos hay 18 médicos, doce enfermeras, siete trabajadores de áreas administrativas, dos laboratoristas, dos visitadores médicos y siete categorizados como “otros”.
‘Alberto’ adelantó que a los trabajadores que les dieron un reposo de “dos a tres semanas”, ya “están regresando”. Estos son los empleados que se enfermaron a finales de abril o inicios de mayo, aunque “siempre hay personal contagiado”.
Preparación ha sido insuficiente
‘Tomás’ mencionó que la preparación en los hospitales públicos para enfrentar la pandemia “ha sido insuficiente”, y detalló que “no hubo capacitación en el uso de equipos de protección personal, nunca hubo una definición apropiada. (Además) ha habido mucha improvisación. Muchos médicos, enfermeras, y personal de apoyo han tenido que comprar muchos de los equipos de protección;”.
El personal de salud —prosiguió— ha “recibido donaciones de particulares, de instituciones no gubernamentales. De manera que el nivel de protección no es el apropiado”.
‘Alberto’ señaló que no hubo una “correcta planificación en todos los hospitales”, pero que en el caso de los hospitales ‘no covid’, el “equipo de protección, lo poco que hay, se está distribuyendo en la zona de respiratorio —que son los pacientes covid—, por lo que el resto del personal puede que esté un poco desprotegido. Eso (protección) lo tiene que estar asumiendo el propio médico”.
La desprotección gubernamental ha impulsado a médicos y clínicas privadas realizar jornadas de apoyo —estudios de tórax y desinfección de automóviles— y acopio de materiales de bioseguridad. Las principales necesidades de los equipos sanitarios son: botas de hule para los trabajadores de limpieza, batas descartables, capotes, mascarillas adecuadas, guantes, gorros, pijamas médicas y alcohol.
Confiables y no confiables
‘Alberto’ destacó que los funcionarios a cargo de las ‘salas covid’ de los hospitales públicos, “son personas a las que (el Minsa) consideran seguras, confiables. Ellas no pasan de unos cinco o seis años de experiencia; es decir, son médicos internistas relativamente recién graduados. La gente de mayor experiencia no la han tomado en cuenta, por considerarlos no confiables”.
Preguntado por la diferencia entre confiable y no confiable, el médico dijo que “lo confiable viene a que no vayan a filtrar datos y la verdadera proporción de la epidemia”.
“Todo aquel médico que consideren que no va a acatar la orden de confidencialidad de lo que está pasando dentro de la zona de respiratorios, mejor lo dejan atendiendo a la población ‘no covid’. No permiten estar en esas zonas donde se maneja la información tal y como es, que me imagino es llevada a algún lado, y ahí es donde ya es escondida”, relató.
Al menos siete médicos de hospitales públicos fueron despedidos este martes, en represalia por no compartir la visión de “normalidad” del orteguismo. Algunos de ellos firmaron un pronunciamiento público de profesionales de la salud independientes, donde exigían equipos de protección para el personal sanitario, y denunciaron la gravedad de la pandemia.
