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Asesinato de un excontra y su hijo comprueba violencia estatal en el campo

Edgar Montenegro Centeno y su hijo, Jalmar Montenegro Olivas, fueron asesinados en Honduras, por sujetos con fusiles de alto alcance

Edgar Montenegro Centeno y su hijo Jalmar Montenegro Olivas. Foto: Tomadas de Facebook.

29 de junio 2019

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El asesinato del excombatiente contrarrevolucionario Edgar Montenegro Centeno (56) y su hijo, Jalmar Zeledón Olivas (31, adoptivo), el pasado 27 de junio, en el departamento hondureño El Paraíso, fronterizo con Nicaragua, es el episodio más reciente de la violencia que el Gobierno de Daniel Ortega dirige contra los campesinos, documentada durante la última década.

Montenegro y Zeledón se refugiaron meses atrás en Honduras, ante la persecución y acoso que sufrían de parte de policías y paramilitares orteguistas. Fueron emboscados y asesinados con armas de alto alcance, cuando viajaban a bordo de una motocicleta, según familiares de las víctimas.


El politólogo nicaragüense Félix Maradiaga, en el exilio, acusó a la dictadura de mandar a matar a padre e hijo. “Ese acto de sicariato del FSLN, realizado por asesinos con mucha experiencia militar, demuestra el carácter sanguinario del régimen”.

La violencia estatal en el campo, que ahora habría cruzado las fronteras a cargo de paramilitares, ya se ha documentado antes. En febrero de 2017, una investigación de CONFIDENCIAL reveló que desde febrero de 2011 a febrero de 2017, 22 de 25 miembros de grupos armados habían sido asesinados por militares y policías que mostraban una efectividad excepcional contra “armados”. Mientras el Gobierno alegaba que no existían grupos armados en el país, el Ejército mostraba su letalidad: el 88% de las bajas eran “muertos en combate”.

En enero pasado, Oliver José Montenegro Centeno, hermano de Edgar, fue asesinado en su finca cafetalera, localizada en Caño La Cruz, a unos 30 kilómetros al norte de El Cuá.

Una televisora nacional informó en esa ocasión que un testigo aseguró que el asesinato fue cometido por varios sujetos con uniformes policiales, que portaban AK-47 y escopetas.

Maradiaga escribió también en Twitter que Oliver “fue asesinado atrozmente por agentes del FSLN. La varones de la familia Montenegro, pequeños agricultores que estuvieron en los tranques en Wiwilí, decidieron escapar hacia Honduras, ya que la persecución y acoso era insoportable”.

Exmiembro de la Resistencia

Edgard Montenegro fue miembro de la Resistencia Nicaragüense durante la década de los 80. A partir de 1990 se dedicó a la agricultura en el municipio de Wiwilí, Jinotega. Era hermano de Enoc Montenegro, concejal de Ciudadanos por la Libertad (CxL) en el municipio jinotegano de El Cuá.

El politólogo nicaragüense Félix Maradiaga, en el exilio, publicó en Twitter que la dictadura de mandar a matar a padre e hijo. “Ese acto de sicariato del FSLN, realizado por asesinos con mucha experiencia militar, demuestra el carácter sanguinario del régimen”.

Además, recordó que Oliver “fue asesinado atrozmente por agentes del FSLN”. Agregó: “Los varones de la familia Montenegro, pequeños agricultores que estuvieron en los tranques en Wiwilí, decidieron escapar hacia Honduras, ya que la persecución y acoso era insoportable”.

En los tranques

Durante las manifestaciones cívicas de abril de 2018, padre e hijo protestaron contra el régimen orteguista, y fueron señalados de liderar los tranques en Wiwilí y El Cuá. Montenegro fue calificado de “terrorista golpista” por las autoridades nicaragüenses.

La Policía Nacional emitió un comunicado, en septiembre de 2018, en el que acusó a un “grupo de terroristas golpistas que se dedicaban a cometer crímenes en el tranque de Wiwilí, encabezado por el terrorista Edgar Montenegro Centeno, alias El Cabezón, asesinó con armas de fuego y armas blancas al trabajador y policía voluntario Héctor Moreno Centeno, de 30 años de edad”.

Parientes de Montenegro han denunciado ante medios de comunicación locales que las tierras de la familia han sido tomadas por policías y paramilitares, aprovechando que la mayoría de los miembros han huido por el acoso orteguista.

Sospechan que siguieron a esposa

La revista digital de investigación, Expediente Público, que ha documentando la violencia estatal en el campo, conversó con familiares de Montenegro y Zeledón, quienes presumen que los asesinos de ambos campesinos fueron los mismos que asesinaron antes a Oliver Montenegro.

Los paramilitares habrían seguido hasta Honduras a la esposa del excomandante, quien vivía con unos familiares en la frontera entre de Honduras y Nicaragua.

Edgard, su esposa y dos hijos habían huido del asedio del Gobierno desde noviembre del año pasado a la comunidad de Germania, municipio Trojes, en la frontera entre Honduras y Nicaragua, según lo reveló una fuente cercana a la familia.

La revista también detalló que incluso las fincas de la familia Montenegro, ubicadas en la Esperanza, Kilambé, del municipio de Wiwilí, a 239 kilómetros al norte de Managua, también fueron tomadas por paramilitares del Gobierno de Ortega.

“Cruzaron la frontera para asesinarlos”

“Aunque todos los hermanos y hermanas de Montenegro huyeron de la finca familiar, aún hay miembros de la familia que se quedaron viviendo en la finca y se mantienen en zozobra por el precedente de sus parientes asesinados y el constante asedio de armados”, afirma la publicación.

“La muerte de mi hermano prueba que hubo intervención de este Gobierno invasivo, pasó las fronteras para asesinar a alguien que estaba refugiado en Honduras”, reveló una de las hermanas de Montenegro a Expediente Público.

Edgard y siete hermanos participaron en el tranque la Marañosa, entre los municipios de Wiwilí y Cuá. Según contó una familiar a la publicación, “ellos dijeron vamos a salir (a participar en las protestas contra el Gobierno), porque no era justo lo que les estaba pasando a los estudiantes.”

“En la desarticulación de tranque de la Marañosa, el 6 de julio de 2018, no hubo un combate similar a otras zonas del país, sólo hubo un muerto, por lo que la persecución a los participantes en estas actividades fue un modo de operar. No llegaron a atacarlos de frente en el tranque, pero si después, supieron quiénes eran activistas y estaban coordinando esa actividad en ese punto (tranque La Marañosa). Cuando todo se disolvió y ellos se fueron a sus casas, entonces empezó el asecho, entonces fueron a tildarlos de terroristas, sacaron una ley que era un crimen participar y fueron perseguidos”, comentó la familiar de Montenegro.

Asimismo, aseguró a Expediente Público que en el campo las personas son más vulnerables a la violencia estatal, que en la ciudad.

“Aquí en la ciudad sacan de la casa a quienes son antigobierno, pero en el campo es diferente, porque el campesino tiene que andar trabajando, sale a cultivar la tierra y no está resguardado dentro de una casa y ellos se aprovechan de esa situación para delinquir y asesinar”, expresó una familiar cercana a Edgard.

Según uno de los cuñados de Montenegro, por las habilidades adquiridas en la Resistencia, en las áreas organizativas y de defensa, Edgard ayudó a que los campesinos que participaron en la Marañosa no fueran masacrados en la “Operación Limpieza” contra los tranques.

Se desconoce con exactitud la cantidad de personas fallecidas y desaparecidas en la desmantelación del tranque de la Marañosa. Pero centenares de campesinos han sido desplazados de sus casas y del país porque son perseguidos por el Gobierno.


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