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La caída de Wang Jing

Dr. Jaime Incer Barquero: los inversionistas no son tontos para invertir en canal sin estudios

5 de octubre 2015

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El naturalista Jaime Incer Barquero, Asesor Presidencial para Temas Ambientales, es escéptico: después de leer el resumen ejecutivo del Estudio de Impacto Ambiental y Social de la empresa Environmental Resource Managemente (ERM) no cree que ningun inversionista esté dispuesto a invertir en el canal interoceánico. Incer, que también fue Ministro del Ambiente, no cree que se pueda emprender una obra de la envergadura del canal interoceánico como el que se le autorizó construir a Wang Jing, sin antes haber efectuado largos y completos estudios.

“Un proyecto de esta naturaleza requeriría muchos años de estudio, completados con análisis exhaustivos, bien puntualizados, y con un seguimiento de los procesos naturales (sedimentación, contaminación, deforestación) para ir pensando cómo se neutralizarán los daños a la naturaleza”, dijo al ser entrevistado en el programa de TV ‘Esta Semana’, que se transmite por Canal 12.


Además de estudiar a profundidad las relaciones del canal con la naturaleza, también es menester determinar de previo el grado de viabilidad técnica, comercial, financiera y social, además de garantizar que el público tendrá acceso real y completo a la información del mismo.

El fiasco financiero del magnate chino, que vio disminuir en US$9,100 millones su fortuna personal cuando las acciones de la empresa de telecomunicaciones Xinwei perdieron gran parte de su valor, arroja, como mínimo, otra sombra de duda acerca de su capacidad para captar en los mercados financieros, los US$50,000 millones en que está valorada la obra.

Mientras se aclaran los nublados bursátiles que vive el magnate chino, los expertos ambientalistas del país siguen resintiendo no tener acceso verdadero al Estudio de Impacto Ambiental y Social (EIAS), presentado por Environmental Resources Management (ERM).

No son los únicos preocupados. Por eso, el Consejo Nacional en Defensa de la Tierra, el Agua y la Soberanía, está organizando la que debería ser la marcha número 52 en contra del canal, a realizarse en Managua el próximo 27 de octubre.

“Existe la expectativa que esta marcha sea mucho más grande que las anteriores. Esperemos que se les permita expresarse de manera pacífica y cívica, y que no haya ninguna represión contra ellos”, dijo la abogada ambientalista Mónica López, de la Fundación Popol Nah.

 

El canal fragmenta el corredor biológico

En referencia a lo poco que se ha podido conocer del EIAS, Incer señala que los análisis puntuales que se hayan efectuado, “no pueden ser generalizados a todo el sistema, como puede ser un lago, una selva, o una zona costera. La forma puntual en que se hicieron los muestreos, no garantiza que los hallazgos hechos en ese momento y en ese lugar, sean los que predomina en todo el ecosistema”.

“Lo más interesante es la confesión que hacen: que hay impactos adversos inevitables, y enumeran una serie de ellos, pero no dicen cómo van a mitigarlos, si son mitigables, o cómo los van a evadir, si es que se puede salir de ellos”, detalló.

Entre los más importantes, el experto citó que la empresa admite la pérdida del bosque húmedo tropical primario y secundario a lo largo de la ruta, “algo que ya habíamos dicho muchas veces. Además, se fragmenta el corredor biológico, y eso evita el flujo de flora y fauna de uno y otro lado: mientras el corredor integra áreas, el canal fragmenta áreas”, sentenció.

La lista de daños sigue: destrucción de la gran diversidad que aún se conserva en el río Punta Gorda. Pérdida de anidación, alimentación y migración de especies de tortugas marinas en peligro crítico y en peligro de extinción. Introducción de especies invasivas al sistema del río Punta Gorda.

También, mayores cargas de sedimento hacia el Océano Pacífico, el Mar Caribe y el Lago de Nicaragua. División física del país, con áreas al norte y al sur del canal, con reducción del acceso y conectividad. Desplazamiento físico y económico de miles de personas, y en especial, del último pueblo rama que aún queda en la Costa.

En referencia a la necesidad de extraer 715 millones de metros cúbicos de sedimento del fondo del Lago, Incer dice que “independiente de cómo se extraiga, la dilución de todos esos sedimentos, incluso los residuos de agroquímicos que puedan tener, nuevamente llevados a la superficie, y bajo los efectos de los vientos, que son fuertes en el Lago de Nicaragua, van a mantener una agitación en las aguas, y una circulación de corrientes que van a distribuir ese daño a lo largo de todo el Lago.

“Tanto la pérdida de la calidad del agua por la remoción de los sedimentos, como la pérdida de vida silvestre afectan al ser humano como consumidor de agua y de esas especies animales. También se pierde la posibilidad de usarla para riego, porque no se le puede dar dos usos a un recurso que está sometido a muchas tensiones”, concluyó el experto.

Eso no es una consulta

Con todo eso en mente, Víctor Campos, Sub Director del Centro Humboldt, que realizó un estudio ambiental independiente sobre este proyecto, no ve elementos “como para asegurar que hay un balance positivo. Por el contrario, muchos de los elementos de este informe parecen estar en contradicción con la versión que ha manejado la vocería oficial del gobierno con respecto al tema del canal”.

“Queda en evidencia que no es cierto que no habría un impacto significativo sobre el Lago Cocibolca. ERM evidencia cosas que tendrán un impacto irreversible, y que hay muy pocas posibilidades de poderlo mitigar”, asevera Campos.

A su juicio, “para poder hacer un balance, es necesario que se concluyan todos los estudios. El recomendar más estudios es la confirmación de que no se estaba preparado para tener una valoración apropiada sobre lo que ocurrirá con los impactos ambientales”.

También queda en evidencia que “desde el punto de vista legal, eso no es una consulta pública, porque según nuestra permisología ambiental, debió haberse indicado en medios de circulación nacional, dónde estaban disponibles los documentos, y hasta ahora no hay ningún documento del Marena; no se circuló la información. Eso no es una consulta”, dictaminó la abogada López.

A la larga, el secretismo y lo insuficiente de la información disponible, opera contra el proyecto mismo, porque “los inversionistas no son tan tontos como parta invertir esas sumas en un proyecto que carece de información suficiente para garantizar el éxito de las operaciones”, dice Incer.

“Sería muy arriesgado para empresas serias apoyar este proyecto, a sabiendas que no se han completado los estudios ecológicos ni satisfecho las demandas sociales, ni considerado las posibles limitaciones económicas. Esta es una aventura que no se sabe adónde va a conducir”, añadió.

El naturalista confesó que hace un año, él tenía la esperanza de que Daniel Ortega reconsiderara su apoyo al proyecto canalero, al ver todo el daño ambiental que causaría su implementación. Pero ya no.

“He ido abandonando mi optimismo, porque veo que [bajo la administración de Ortega] se están dañando los bosques de Bosawas, los pinares de Nueva Segovia, las reservas de biósfera, se contaminan los lagos, y hasta se autorizó a despalar cerca de Ciudad Darío para sembrar tabaco, lo que contaminará las fuentes de agua de las que beben los habitantes de esa zona, y no veo que haya una acción que recupere esos ecosistemas”, lamentó.

El desplome de Wang Jing

La debacle monumental que sufrió Wang Jing, al ver cómo se esfumaba más del 85% de su fortuna personal, enturbia más las aguas en torno al proyecto canalero. Si bien es cierto él nunca dijo que fuera a financiarlo de su propia bolsa, sí es razonable pensar que un inversionista se la pensará dos veces, antes de darle sus millones a alguien que no pudo gestionar apropiadamente su patrimonio personal.

El economista y profesor de finanzas de Incae Eduardo Montiel señala un hecho que sí podría entorpecer la búsqueda de US$50,000 millones en los mercados de capitales: así como el chino perdió gran parte de su fortuna, del mismo modo pueden haberla perdido otros magnates que estaban en la lista potencial de inversionistas.

“Es un golpe a todos los inversionistas en China, pero no sabemos si esto hace inviable el canal. No lo sabemos, porque todo esto ha sido muy oscuro”, señala Montiel, ex Ministro de Hacienda.

El catedrático recordó que “pronosticar el crecimiento de una bolsa es extremadamente difícil, sino imposible, aunque en el caso específico de las bolsas chinas -y en especial la de Shanghai- era una muerte anunciada porque venía creciendo por dos años a ritmos espectaculares, sin fundamento alguno”.

Ese crecimiento era tan desmesurado, que algunos propietarios decidieron advertirlo al público, al ver que los precios estaban inflados en exceso.

Canal mantiene su atractivo

Lo que sucede es que “el sistema financiero chino está tan distorsionado, que los inversionistas y ahorrantes no tienen muchas opciones para invertir. A veces, invierten en apartamentos y ciudades enteras que ni siquiera estaban habitadas, pero la prohibición del gobierno chino de invertir en apartamentos, hizo que la gente se volcara a la bolsa”, refirió.

Eso llevó de golpe, grandes capitales hacia el mercado bursátil, con el agravante que el 80% de los inversionistas son personas naturales, muchos de ellos ni siquiera con educación secundaria, que invertían en bolsa sin saber en qué estaban invirtiendo, lo que dio origen a una “burbuja sin ningún fundamento”.

Cuando la burbuja estalló, los inversionistas comenzaron a vender y vender, lo que se tradujo en una pérdida del valor de muchos de los títulos disponibles en el mercado, lo que golpeó a los dueños de esos títulos.

Montiel explica que “cuando tenés el dinero que supone tener este señor, es difícil saber qué tan golpeado resultó. En la página de HKND sale una entrevista con el segundo de la empresa, que admite que él fue muy golpeado”.

De paso, “esto va afectar a todos los posibles inversionistas que vieron el desplome de sus acciones, porque Wang Jing no tiene suficientes recursos para financiar el canal él solo”, explica.

Para Montiel, “es difícil pensar que una empresa que no tiene tanta transparencia, podrá colocar bonos en los mercados internacionales. En Internet no se encuentra información para evaluar las empresas de Wang Jing”, reclamó.

Regresando a la pregunta de si la nueva situación financiera del magnate oriental hace inviable al canal, Montiel responde que “por lo menos hará más difícil conseguir más inversionistas. No imposible, y menos en la medida en que haya muchos de ellos ligados al gobierno y al ejército chino”.

Aunque sigue sin saberse quiénes son los otros hombres de negocios que iban a invertir en este proyecto, el catedrático observa que “la opción de poder operar un canal interoceánico por Nicaragua a lo largo de 50 años, ayuda a la idea de vender las acciones a un tercero”.


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Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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