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Covid-19 migra a las zonas rurales de Nicaragua y faltan medicinas para la población

Observatorio Ciudadano y trabajadores sanitarios de Jinotega advierten que la pandemia se ha extendido a los municipios con alta población rural

18 de agosto 2020

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La pandemia de la covid-19 ha llegado al campo nicaragüense. Los casos sospechosos del nuevo coronavirus se han incrementado en departamentos y municipios con una alta población rural. Un ejemplo de ello es Jinotega, donde médicos y trabajadores sanitarios de la zona advierten que la cifra de casos es “más alta” que la reflejada por conteos gubernamentales o extraoficiales.

En su último informe, el independiente Observatorio Ciudadano COVID-19 registró 9646 casos sospechosos de la covid-19 y unas 2626 muertes vinculadas a la pandemia, incluyendo unos 139 fallecimientos por neumonía.


El Observatorio —integrado por médicos y voluntarios de toda Nicaragua— destacó que “es notoria la identificación de reportes en nuevos municipios, y un incremento relativo de reportes en municipios con gran ruralidad como por ejemplo La Dalia (Matagalpa), Somoto (Madriz), Jalapa (Nueva Guinea) y San Juan de Nicaragua (Río San Juan). Este comportamiento sugiere una migración de la enfermedad hacia las zonas rurales”.

Un médico en Jinotega, que pidió el anonimato, señaló que, en un momento de la pandemia, se daban entre ocho y doce muertes por la covid-19, en su mayoría de la cabecera departamental, Jinotega; sin embargo, “estamos cambiando, ya estos muertos los está poniendo el campo, estamos viendo que esto (covid-19) ya emigró. Por eso es necesario que las personas que estén en el campo se den cuenta que, si no nos cuidamos, vamos a tener una mortandad muy fuerte”.

Diferencias en cifras

Las estadísticas del Observatorio reportan unos 297 casos sospechosos de covid-19 en Jinotega, desde que se registró el primer caso positivo en el país, el pasado 18 de marzo hasta el 12 de agosto. Mientras, contabiliza unas 67 muertes vinculadas a la pandemia.

Según estas cifras, Jinotega es el departamento del norte que ha sido menos golpeado por la covid-19, pero personal sanitario consultado por CONFIDENCIAL, difieren de esta “realidad”.

Con una superficie superior a los nueve mil kilómetros cuadrados, Jinotega es el departamento más grande de Nicaragua. Tiene una población de más de 460 000 habitantes, el 65% en la zona rural.

En el departamento ya estamos llegando a los 500 casos, no están confirmados porque ya sabemos que el Estado no está haciendo las pruebas a todo el mundo, son selectivos; pero nosotros como médicos estamos haciendo un seguimiento”, dijo el doctor jinotegano, que es miembro de la Unidad Médica Nicaragüense (UMN).

Tras Jinotega, los municipios más poblados son Wiwilí, El Cúa, San Rafael del Norte y San José de Bocay. CONFIDENCIAL habló vía telefónica con un trabajador sanitario de Bocay, que solicitó el anonimato para evitar su despido. “Aquí han estado tapando el sol con un dedo, pero ha sido imposible, porque aquí hemos llegado ya arriba de los 100 casos, mientras andamos aproximadamente por unos diez fallecidos por covid. Entre unos confirmados y otros no, porque la gente no se arrima a las unidades de salud por temor”.

Añadió que, en el caso del diagnóstico, “aquí no se maneja como un covid, sino que todo pasa como una neumonía atípica, neumonías graves o alergias”.

Personal médico contagiado

Las cifras tampoco coinciden en lo referente al personal de Salud contagiado. En su último reporte, el Observatorio contabiliza 14 sanitarios con sintomatología de la covid-19, pero los jinoteganos hablan de muchos más.

No existen datos oficiales al respecto porque el régimen no detalla la ubicación o la ocupación de sus casos confirmados. Las estadísticas del Ministerio de Salud (Minsa) indican que en Nicaragua solo se han dado 4115 casos positivos de covid-19, y únicamente 128 fallecidos.

“Aquí tuvimos en el departamento de Jinotega, alrededor de unos 15 médicos, unas diez enfermeras y el resto, como unos 20, del personal de Salud en las otras áreas, que salieron infectados. Pero últimamente, parece que ya le llegó la hora de decir acá tenemos que cuidarnos, tenemos que protegernos”, manifestó el doctor de la UMN.

Entrada del área de Emergencia del Hospital Victoria Motta, centro médico de referencia departamental de Jinotega. Foto: Nayira Valenzuela

La gente del Ministerio de Salud no utilizaba sus medios de protección, y no usaban mascarilla porque lo tenían prohibido. Esto cambió porque se miró que las cosas iban en serio y que los casos ahí estaban y que iban surgiendo”, agregó el médico.

Señaló que, primeramente, el personal sanitario se vio obligado “a comprar sus propios medios de protección”, pero luego esto cambió porque el Gobierno les suplía, aunque “no en grandes cantidades”.

Falta de medicinas

La llegada de la pandemia a las zonas rurales ha evidenciado además otro problema: la falta de medicinas para tratar la covid-19.

“No hay medicamentos en los hospitales y centros de salud”, aseguró el trabajador sanitario de Bocay, quien detalló que la orden de tratamiento para la covid-19 es: cinco pastillas de acetaminofén, cinco de ibuprofeno y diez de amoxicilina. “El resto de medicamentos está en cero”.

“Unos 26 productos esenciales para la atención del paciente, no están, no los tienen, desde un acetaminofén hasta el tratamiento para la lepra de montaña”, subrayó el médico de la UMN.

“Todos esos productos esenciales, no los están recibiendo los usuarios. Están prácticamente haciendo las recetas para que vayan a comprar los productos la persona que puede, el que no, se va con el papelito y no podrá hacer nada”, añadió.

El listado de medicamentos faltantes incluye: cefadroxilo; dicloxacilina; azitromicina; ranitidina; metronidazol; digoxina; enalapril; clotrimazol (crema); loratadina; vitamina c; acetaminofén; lorazepam; diclofenac.

Temor a hospitales

La expansión de la pandemia en Jinotega se agrava por el temor de muchos ciudadanos de asistir a los hospitales o centros de salud. CONFIDENCIAL habló con la exjueza Liz de María Centeno, quien es sobreviviente de covid-19. Ella fue destituida en 2018 por apoyar las protestas cívicas.

“Uno siempre tiene miedo a la discriminación por razones políticas, desde que salí del Poder Judicial, no hago uso del sistema de salud público, no lo utilizo para nada”, afirmó la exjueza.

Destacó que, ante la negativa del Gobierno de admitir que la covid-19 era una “una enfermedad grave”, su familia empezó un proceso de protección y prevención. Pero pese a las medidas, en su hogar se contagiaron cuatro personas, incluida la exjueza.

Una hermana se contagió en Bluefields y al cuidarla en Jinotega se enfermaron sus padres, y luego la exjueza. Todos se trataron en casa, aprovechando que una de las hermanas es doctora.

En ningún momento se plantearon ir al hospital. “Primero por la actitud del Gobierno ante la negativa de que ni siquiera se usaban mascarilla. Sabíamos que todavía en los hospitales no estaban establecidos algunos protocolos de atención, había mucho temor. La gente tenía la impresión que entrabas vivo y salías muerto. La otra situación del aislamiento total que tiene el paciente”.

Liz de María Centeno, exjueza de Jinotega. Foto: Nayira Valenzuela

Relajamiento de prevención

En el periodo del 06 al 12 de agosto, el Observatorio Ciudadano registró 178 nuevos casos sospechosos. “En las últimas semanas hemos observado una disminución en el número de reportes recibidos. Esto no debe de interpretarse como que ya no existe el riesgo de contagiarse y que se deben relajar las medidas de protección y prevención”, alertó la organización.

Los epidemiólogos y salubristas han advertido también que el reciente relajamiento en las medidas de prevención, podría provocar un rebrote de covid-9 para finales de agosto o inicios de septiembre. En Jinotega, la población está también bajando la guardia.

“He visto como desde hace un mes, como la gente ya no está usando las mascarillas, como que ya se están familiarizando con el virus”, comentó la comerciante Yuniek Castro, en el mercado central de Jinotega.

Otra comerciante del mismo centro, Maribel Castro, aseguró que “estoy viendo a la gente como que anda relajada, como que casi no están usando las mascarillas. Nosotros siempre le indicamos que tiene que ponerse la mascarilla por medida de seguridad”.

El médico de la UMN opinó que “la gente cree que, porque disminuyó, esto (pandemia) ya terminó. Se están confiando y no están utilizando los medios: el distanciamiento, la mascarilla, el lavado de manos y el uso del alcohol gel, eso está pasando en la ciudad. Luego en el campo, la gente pensó que eso (covid-19) no iba a llegar y ya lo tenemos allá”.


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