24 de abril 2016
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El presidente del Consejo Directivo del Banco Central de Nicaragua (BCN), Ovidio Reyes, se abstuvo de comentar sobre la posibilidad de que la deuda de Albanisa (49% propiedad de la estatal Petróleos de Nicaragua, Petronic), con su similar venezolana, Pdvsa, pudiera llegar a constituirse en deuda pública.
“No, ahorita no puedo responder. Estoy en Unired… no puedo responder”, expresó al ser consultado luego de concluir la conferencia en la que los bancos del país ofrecieron al público la herramienta en línea para hacer pagos interbancarios. Reyes, que recomendó usar esa nueva herramienta, prefirió desentenderse de explicar si existe el riesgo de que las finanzas públicas tengan que responder por la deuda de Albanisa.
Confidencial informó que Pdvsa transfirió al Banco Central de Venezuela sus cuentas por cobrar con Nicaragua. La deuda primero pasó de Caruna a Albanisa y después el socio mayoritario de Albanisa, la empresa venezolana PDVSA, administradora de los convenios petroleros, la vendió al Banco Central de su país a finales del año pasado. Todo ocurrió en sigilo, sin brindar información o explicaciones al público en Venezuela y Nicaragua, dejando planteadas más preguntas que respuestas.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha advertido de forma insistente sobre esa posibilidad, al llamarle ‘deuda cuasi fiscal’, a la vez que informaban que el gobierno de Nicaragua les había comunicado que ellos no ofrecen ningún tipo de garantía sobre esa deuda que, todavía, aparece en los reportes oficiales del BCN como ‘deuda privada extranjera’.
La pronunciada tendencia descendente de la cooperación venezolana –que recibió 45.2% menos recursos al comparar su momento más alto (los US$564.3 millones del 2012) con el más bajo, como son los US$309.4 millones del 2015, tal como lo muestra el Informe de Cooperación Oficial Externa (ICOE) de 2015– permite suponer que está cerca el día en que Albanisa declare su incapacidad… de pago.
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Aunque el documento del BCN no lo menciona, la caída de US$126.2 millones (29.0%) entre 2014 y 2015, se explica por la baja en el precio promedio internacional del petróleo y sus derivados, lo que implica que Albanisa recibe un porcentaje menor de una factura que es cada vez menor. O sea, menos dinero.
Para el economista Adolfo Acevedo, es evidente que Albanisa no podrá honrar sus deudas en 2016, calculadas en US$206.2 millones, toda vez que esa obligación financiera representa el 66.6% de los recursos recibidos a lo largo del año pasado.
Si bien es cierto, se supone que la empresa mixta de capital venezolano nicaragüense debe honrar sus deudas con las ganancias de las empresas que creó, una investigación de Confidencial mostró que muchas de esas empresas nunca salieron del papel.
En el caso de las empresas grandes, las que sí son rentables, hay dudas acerca de quiénes son sus verdaderos dueños, por lo que es necesario dilucidar primero si pertenecen en verdad a Albanisa, al partido FSLN, o a Daniel Ortega y su numerosa descendencia.
Una dificultad adicional es el hecho que desde hace varios años, la empresa decidió dedicar el 38% de los recursos que le fueron entregados en administración, para financiar proyectos sociales, los que no generan réditos financieros, haciendo más pesada la carga para el 62% restante que sí se usa para financiar ‘proyectos socio-productivos’.
El ICOE 2015 detalla que ese 62% (o sea, US$190.2 millones), “fue destinado a proyectos socio productivos, destacándose el financiamiento a la soberanía energética (US$73.5 millones), industria (US$20.3 millones), desarrollo del comercio justo (US$16.7 millones), transporte terrestre y marítimo (US$15.7 millones), proyectos de servicios (US$7.7 millones), desarrollo empresarial (US$7.6 millones), y producción agropecuaria y forestal (US$7.2 millones). Otros proyectos socio productivos incluyen infraestructura habitacional e inversión financiera, entre otros”.
Adivina quién viene a cobrar…
Las crecientes dificultades económicas que atraviesa Albanisa hacen temer que la administración Ortega termine comprometiendo el Tesoro de la República para pagar la deuda que Francisco López (tesorero del FSLN, presidente de Petronic y vice de Albanisa), le manejó de forma discrecional a lo largo de casi una década.
Es por eso que se hace necesario saber si el Banco Central está dando seguimiento a los montos de esa deuda, y cuál es la capacidad de pago que aún puede tener Albanisa, para prever lo que pueda suceder.
Aunque siempre se ha argumentado que la deuda de Albanisa con Pdvsa no puede salirse del ámbito privado en que fue generada, para saltar al sector de lo público, ese razonamiento tiene una debilidad que nunca ha sido suficientemente debatida: la cooperación petrolera se hizo en el marco de PetroCaribe, cuyos sujetos son estatales (el Estado de Nicaragua y el Estado de Venezuela), no privados.
Del mismo modo, es poco probable que la declaración que una delegación parlamentaria nicaragüense entregó a sus homólogos venezolanos en Caracas, sirva como argumento suficiente para rechazar el cobro de esa deuda, en el caso aparentemente cada vez más probable que el cobrador golpee nuestra puerta, exigiendo el pago de su deuda.
