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La historia de los 14 migrantes nicas que fallecieron intentando llegar a Estados Unidos entre marzo y abril 

La mitad de los 14 fallecidos eran hombres menores de 30 años. Entre los muertos hay una niña y una mujer embarazada. Organización cuenta 25 muertos

Un grupo de migrantes cruzan hacia Estados Unidos, a través del río Bravo. Foto: Tomada del diario QuéPasa

1 de mayo 2022

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Catorce nicaragüenses fallecieron en su intento por cruzar ilegalmente a Estados Unidos, entre marzo y abril de 2022. La mayoría murió mientras trataba de cruzar el Río Bravo, también conocido como Río Grande, y otros en accidentes de tránsito o atrapados en furgones abandonados.

CONFIDENCIAL rastreó las muertes de los migrantes originarios de Nicaragua y encontró que de estos ocho eran hombres, cinco mujeres y una niña de cuatro años. No se encontró registro de decesos entre enero y febrero.


Entre los fallecidos está Clorinda Alarcón, una migrante embarazada que junto con su esposo vendió todas sus pertenencias en Nicaragua para buscar un futuro más estable para sus hijos. También Gissell Martínez, quien decidió irse ilegalmente después que le negaran la visa en tres ocasiones. Y la niña Angélica Mariel, quien viajó junto con su mamá que salió empujada por el desempleo. Todas estas historias retratan las razones que han detonado una alta ola de migración en el último año.

CONFIDENCIAL confirmó que cuatro eran originarios de Managua, dos de Estelí, Granada, Chinandega y Matagalpa, respectivamente. También se identificó uno de León y uno de Nueva Guinea, municipio de la Región Autónoma de la Costa Caribe Sur (RACCS).

Se identificó que seis de los nicaragüenses fallecidos tenían entre 21 y 30 años, tres tenían entre 41 y 50 años, dos entre 31 y 40 años, uno era mayor de 50 años y la niña de cuatro años. 

Siete se ahogaron en el Río Bravo, cinco fallecieron en accidentes de tránsito y dos a causa de una avalancha humana ocurrida en un tráiler abandonado. Al menos tres de los migrantes cumplieron años mientras realizaban su viaje.

La cifra de nicaragüenses fallecidos se puede elevar hasta a 25, según datos de la Alianza Nicaragüense Americana de Derechos Humanos (Nahra, por sus siglas en inglés), que ofrece acompañamiento jurídico y asistencia social a los migrantes nicaragüenses que buscan refugio en EE. U.U. Este grupo reporta 17 fallecidos en abril, aunque no tienen registros de los meses pasados. 

La ola migratoria de nicaragüenses que parten del país en búsqueda del llamado “sueño americano” muestra una tendencia ascendente desde el año pasado. Según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE. UU. solo en 2021 hubo un total de 87 530 detenciones. Y en el primer trimestre de 2022 ya suman 49 738, más de la mitad de 2021. 

A partir del 23 de mayo de 2022, el Gobierno estadounidense dejará de aplicar el Título 42, una norma extraordinaria por la que expulsaba a los migrantes indocumentados en la frontera, bajo el pretexto de la pandemia. Se espera que esta modificación impacte en el flujo migratorio hacia Estados Unidos.

Los 14 nicas fallecidos 

La niña Angélica Mariel. Una semana antes de la tragedia, la menor de cuatro años salió del municipio de Nueva Guinea junto a su mamá, del mismo nombre, empujada por el desempleo. Ambas emprendieron el viaje de más de 3400 kilómetros rumbo a EE. UU., pero al momento de cruzar eío Bravo, por el poblado de Piedras Negras, ubicado en el Estado de Coahuila de Zaragoza, la niña fue arrastrada por la corriente. 

Según describió mamá a la estación de radio local, Rancherita del Aire, ambas intentaron pasar el río en la noche del 4 de marzo. A la niña le llevaba sobre sus hombros otro de los migrantes. Pero, cuando estaban por conseguirlo, la mamá fue arrastrada por la corriente y la menor se quedó en pie con la otra persona. 

Cuando Angélica, de 36 años, logró recuperarse y llegó a la orilla se da cuenta que su hija se la llevó la corriente. “Yo oí de lejos a la niña gritando ‘mami, mami’, fue cuando ahí supe que me la había llevado la corriente”, dijo consternada.  Según contó, segundos después que ella fue arrastrada por la corriente, la persona que llevaba a la niña en sus hombros también se cayó y allí fue cuando la menor se soltó. Su cuerpo fue encontrado a la mañana siguiente. 

Edgar Centeno.  Tenía 26 años, era ingeniero agrónomo y tenía una venta de productos agroquímicos en Condega, Estelí. Según contó su esposa, en el negocio no le estaba yendo bien y por eso decidió irse. “Yo no quería que se fuera, pero él buscaba un mejor futuro”, dijo. 

Centeno intentó cruzar el Río Bravo por Piedras Negras. Iba con tres personas más, cuando fue arrastrado por la corriente. Su cuerpo fue encontrado diez días después, el 15 de marzo, y llevado a una morgue en Texas. Allí lo identificó una amiga de su esposa que vive en Estados Unidos.   

La familia de Centeno contó al medio digital Despacho 505 que antes de aparecer su cuerpo, el coyote contratado para llevarlo a EE. UU. se comunicó con ellos y les dijo que habían cruzado con bien. Sin embargo, después se confirmó que no había sobrevivido. 

Neyling Rizo. La joven esteliana de 26 años intentó cruzar el Río Bravo junto con Edgar Centeno. Ambos habían pagado al mismo coyote para que los llevara a Estados Unidos, pero esa noche que trataron de atravesar el caudal, ellos y dos personas más fueron arrastrados por la corriente y fallecieron.  

La esteliana era licenciada en Mercadotecnia, se había graduado de la Farem-Estelí en 2016 y antes de decidir partir ilegalmente a EE. UU., había solicitado la visa americana, pero se la negaron.  

Clorinda Alarcón junto a su mamá Clorinda Urbina y su hermano Saturnino Alarcón. Foto: Cortesía

Tragedia en tráiler abandonado 

Clorinda Alarcón. La muerte de Clorinda estremeció al país el pasado 6 de marzo. La joven de 20 años viajaba junto con su esposo, su hija de tres años, su hermano, su cuñada y un niño de dos años. Ella estaba embarazada de 33 semanas. La familia, originaria de una empobrecida y remota comunidad de Waslala, vendió todas las pertenencias para ir en búsqueda de un mejor futuro. 

Sin embargo, cuando les faltaba poco para cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, los coyotes los dejaron abandonados en un contenedor cerrado, junto a 250 migrantes más. Sufriendo por un calor superior a los 40 grados centígrados, los migrantes comenzaron a desmayarse y sofocarse. Cuando finalmente consiguieron abrir la puerta, se produjo una avalancha humana y Clorinda fue aplastada. 

Tras la muerte de Clorinda y su bebé, los familiares decidieron regresar a Nicaragua, donde no dejaron ninguna posesión de valor, tras reunir 25 200 dólares entre todos para pagarle a los coyotes que los trasladaron desde Managua hasta Piedras Negras.

Jaime Moreno Mendoza. Tenía 39 años y era originario de Chinandega. Él fue uno de los 250 migrantes abandonados en el tráiler en el que murió Clorinda Alarcón. Tras ser rescatado, estuvo inconsciente por tres días en el Hospital "Amparo Pape de Benavides". Estuvo intubado varios días hasta que pudo respirar por sí mismo. Los médicos dijeron que al ser extubado, recobró la conciencia y dijo su nombre y qué le ocurrió. Pero, dos días después, falleció. 

Su cuerpo llegó al país el pasado 19 de marzo. Moreno era papá de dos niños y según informó 100% Noticias, él vivía en Costa Rica, pero viajó a Nicaragua para despedirse de su familia antes de partir hacia EE. UU.

Felícita Lucrecia Soza. Partió de su natal Chinandega en compañía de una hija, una sobrina y una amiga. Ella ya había cruzado ilegalmente a Estados Unidos en 2006, donde vivió por más de 10 años, pero el año pasado regresó a Nicaragua para conocer a sus nietos. 

“Ella regresó el año pasado para conocer a todos sus nietos pero también iba a vender sus productos al mercadito. Me sentía muy bien con mi hija, estaba tranquila, ella era muy trabajadora”, dijo su mamá a Radio Darío. 

Según versiones de medios de comunicación, Felícita de 59 años, era diabética y al momento de intentar cruzar el río se encontraba débil porque había pasado 14 horas retenida junto con otros migrantes que intentaban cruzar, sin comida ni líquidos. Así, cuando le tocó atravesar el río, la corriente se la llevó. 

Gabriela Espinoza Pérez. Tres días antes de cumplir 33 años, Gabriela falleció en las aguas del Río Bravo. La joven había salido de Managua en busca de mejores condiciones económicas para ella y su mamá. Según describen medios locales, fue arrastrada por las corrientes cuando estaba a punto de llegar al otro lado de la orilla. 

Un pescador trató de rescatarla cuando vio que era llevada por la corriente, pero cuando logró alcanzarla, ya había muerto. En redes sociales se alcanza a ver cómo su cuerpo es rescatado de las aguas y sin éxito le realizan reanimación cardiopulmonar. Su familia explica que un año atrás sufrió la pérdida de su esposo de origen estadounidense a causa de un infarto. Esto la motivó a irse para empezar de nuevo en Estados Unidos. Su familia política la recibiría, pero no alcanzó a llegar. 

Su cuerpo llegó a Nicaragua el pasado 14 de abril, 24 días después de su fallecimiento, para finalmente darle sepultura. “Era una muchacha muy querida por el vecindario”, describe su mamá. 

Tragedia en una misma familia 

Russnel Soto Obregón. El joven de 28 años viajaba con su esposa y una tía. Juntos partieron desde Managua con la esperanza de encontrarse con su mamá, quien vive en Estados Unidos. Sin embargo, en el trayecto el vehículo en cual los transportaban “los coyotes” sufrió un accidente que provocó que Russnel saliera expulsado del mismo. 

Él estuvo varios días desaparecido, hasta que finalmente encontraron su cuerpo en estado de descomposición a orillas de una carretera. Por las condiciones en que se encontraba, fue incinerado y sus cenizas enviadas a la familia que quedó en Managua. 

Según contó su abuelo al medio Vos TV, Russnel era dueño de un bar, por eso a él le tomó por sorpresa cuando se enteró que se iría hacia Estados Unidos. La esposa y tía de Russnel se regresaron a Nicaragua junto con sus cenizas.

Padre e hijo. Luis Jiménez Meneses, de 52 años, y su hijo Louis Jiménez Urbina, de 29 años, originarios de Granada, fallecieron el pasado 10 de abril cuando intentaban cruzar el Río Bravo. Sus cuerpos fueron encontrados flotando en a las pocas horas de intentar el cruce. Sobre ellos se sabe poca información. Su familia decidió no dar entrevistas ante la doble tragedia que viven.

Se conoció que ambos decidieron irse a Estados Unidos por su propia cuenta, sin pagarle a un coyote. Se fueron preguntando hasta llegar a Piedras Negras. Allí fue la última vez que conversaron con su familia en Nicaragua.  

Jiménez Meneses era mecánico, pero recientemente se había dedicado a ser conductor de taxi. Su hijo trabajaba en un supermercado y era papá de una niña de tres años. Louis murió un día antes de su cumpleaños. De ambos hay una última fotografía que padre e hijo alcanzaron a tomarse, se les ve vestidos con jeans, sueteres negros y zapatos deportivos. 

Hallan a 14 nicas escondidos en un pozo y cuarto de máquinas de un hotel en México

Accidente en Veracruz 

Aldo Román Vallejos Mejía. Tenía 43 años y era originario de Managua. Salió de Nicaragua el lunes 11 de abril de 2022 rumbo a Estados Unidos con la ilusión de reencontrarse con su mamá. “Iba solo y no quiso avisarle del viaje a su mamá porque quería darle la sorpresa de su llegada”, dijo su sobrino Kevin Mejía a Despacho 505. 

Sin embargo, falleció nueve días después, tras sufrir un accidente de tránsito en la autopista México-Veracruz. Él iba a bordo de una camioneta en la cual viajaban más migrantes  y esta cayó a un abismo de unos 10 metros de profundidad.  En el accidente fallecieron dos nicaragüenses más. 

En honor a la memoria de Aldo, su familia y amigos crearon una página en Facebook donde describen y comparten momentos de quién fue en vida. “No hay palabras para describir la persona que fue y el legado que dejó en muchos jóvenes, la alegría siempre le caracterizaba y lo divertido que fue”, escribe uno de sus conocidos.  

Gisell Nohemí Martínez Alfaro. Era licenciada en Laboratorio Clínico y antes de partir de Nicaragua estudiaba medicina veterinaria. Su familia cuenta que desde hace tres años intentaba conseguir la visa para viajar a Estados Unidos, pero siempre reprogramaban la cita. Cuando finalmente le dieron la cita el pasado 25 de marzo, se la negaron. Ese fue el detonante para que ella decidiera irse de forma ilegal. 

“Si le hubieran dado la visa a mi hija, no le habría pasado lo que le pasó", lamenta su mamá. Gisell era licenciada en laboratorio clínico y antes que decidiera irse ilegal, estaba estudiando medicina veterinaria en la Universidad Católica Agropecuaria del Trópico Seco (UCATSE), eliminada en febrero por el régimen de Ortega. 

La joven era originaria de San Isidro, Matagalpa. Cinco días antes de fallecer cumplió 26 años. “Ella me decía mamá me voy a ir a trabajar un año para poner mi farmacia y mi clínica veterinaria aquí. Voy a ahorrar lo más que pueda”, contó su mamá a la radio local Radio ABC Stereo.  

Eddy de Jesús Barrera Gámez. Es el migrante del que se conoce menos información. Se sabe por su documentación que tenía 41 años y era originario del municipio de El Sauce, León. Él viajaba en la camioneta que se precipitó en la autopista México-Veracruz y fue uno de los tres nicaragüenses fallecidos en este accidente. 

En esta tragedia también resultaron lesionados otros tres migrantes nicaragüenses, cinco hondureños y dos guatemaltecos. 

Guillermo Torrez Sánchez. Es el último nicaragüense fallecido en abril. Viajaba junto con su esposa y su hija cuando la camioneta que los transportaba tuvo un accidente de tránsito en el  municipio de Castaños, ubicado en Coahuila, México.  

Según los medios locales, el conductor de la camioneta se quedó dormido y se estrelló contra un tráiler. Esto provocó la muerte del nicaragüense. Su esposa y su hija quedaron prensadas, pero los paramédicos lograron rescatarlos y fueron trasladados a un hospital.  La familia del fallecido contó a La Prensa que antes de partir, Guillermo trabajaba en un call center y su esposa tenía un negocio de repostería. Ambos habitaban en el barrio San Judas, ubicado en Managua. 


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Redacción Confidencial

Confidencial es un diario digital nicaragüense, de formato multimedia, fundado por Carlos F. Chamorro en junio de 1996. Inició como un semanario impreso y hoy es un medio de referencia regional con información, análisis, entrevistas, perfiles, reportajes e investigaciones sobre Nicaragua, informando desde el exilio por la persecución política de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.

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