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Néstor Avendaño: economía acumula tres años en “caída libre”

No se aprecia “ninguna preocupación para establecer un mínimo diálogo que ayude a enrumbar la recuperación económica. ¡No existe! Estamos a la deriva”.

No se aprecia “ninguna preocupación para establecer un mínimo diálogo que ayude a enrumbar la recuperación económica

Iván Olivares

1 de diciembre 2020

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Después que varios rubros alcanzaron su máximo productivo en 2017, “vemos que hay una caída libre de la economía en tres años consecutivos”, aseguró a CONFIDENCIAL el economista Néstor Avendaño, después de presentar un informe sobre 50 años de indicadores económicos y sociales, durante el foro “Fortaleciendo la Convivencia”.

La actividad fue un intento, según los organizadores, de “potenciar las coincidencias que compartimos como nicaragüenses, encaminadas en construir un futuro próspero, identificando las acciones más importantes a tomar, para fortalecer la convivencia entre todos los sectores del país”.


Además de Avendaño y Alejandro Bolaños Davis, un documento entregado a los asistentes, muestra como organizadores a Ricardo Meléndez, Zacarías Corea, Lucía Morales de Franco, William Ramírez y Edgard Chamorro. Agustín Jarquín y Tirso Celedón, que también están en la lista, se ausentaron del evento, igual que el expresidente de la Corte Centroamericana de Justicia, Ricardo Acevedo Peralta, que no pudo llegar a presentar su exposición.

Avendaño, también presidente de Consultores para el Desarrollo Empresarial (Copades), solo está a la espera de que se cumpla un tecnicismo (la llegada de la fecha 31 de diciembre, que permita afirmar que se ha cerrado un tercer año consecutivo sin crecimiento económico) para declarar de forma pública que “Nicaragua ya está en depresión económica”.

Ese cambio de superávit a desplome, “se da por el problema político del 18 de abril 2018; la pandemia mundial que se hizo presente en Nicaragua en marzo de 2020, y ahora, dos huracanes que golpearon en menos de 16 días a la costa Caribe norte. Tres fenómenos extraeconómicos: uno político, uno sanitario mundial, y otro de cambio climático. ¿Cómo hacemos para restablecer todo esto?”, se preguntó.

Considerando que la respuesta pasa por establecer algún tipo de consenso mínimo entre las partes, el economista asegura que “en el momento, en el mapa político y social que veo en el país, no se percibe ni aprecia ninguna preocupación para establecer un mínimo diálogo que ayude a enrumbar la recuperación económica. ¡No existe! Estamos a la deriva”.

Con todo, aclara que no aboga por cualquier diálogo, y menos por uno que reproduzca las condiciones que había antes de abril de 2018. Ese diálogo bilateral entre el Gobierno y el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep), fue dinamitado cuando la Administración de Daniel Ortega decidió responder a balazos, a los ciudadanos que se manifestaban en las calles, demandando libertad y justicia.

“Distinto. Totalmente distinto. No es una mesa de diálogo donde vas a resolver los problemas, porque para eso existirán mesas técnicas para abordar problemas en particular, pero puede haber una mesa económica, una de salud, una de educación, una mesa política, porque tenemos un problema político. Puede haber una mesa verde, como le llaman ahora a la protección del medio ambiente”, propuso.

2017: el año pico

La presentación de Avendaño muestra la evolución de un sinfín de rubros: desde la producción de frijoles o carne de aves, hasta el consumo de gasolina, la demanda de electricidad, pasando por el producto interno bruto, la inversión extranjera, la deuda pública, o la carga fiscal.

Muchos de esos gráficos muestran que la década larga que Daniel Ortega lleva en el poder, son también los años de mayor producción acumulada en muchos de esos rubros, en los que no dejó de crecer la esperanza de vida, o el salario promedio de los afiliados a la seguridad social.

Con todo, más que el éxito o el fracaso de una administración en particular, (en 2017, “la mayoría de los principales rubros productivos del país estaban en máximos históricos”, declaró), esos gráficos muestran el resultado de una variable que Nicaragua no puede controlar: los vaivenes del mercado internacional.

Los años en que vemos caídas de la producción se deben a que hubo “menor demanda mundial. Somos vendedores de materias primas, así que nos afecta la demanda mundial”, o como pasa con los altibajos en las exportaciones de zona franca. “¿Hay problemas en el principal comprador? Se caen las ventas”, graficó recordando que “estamos interconectados con la economía mundial”.

Desde luego, el comportamiento de la economía nicaragüense no obedece solo a razones externas, “también hay razones internas. Por ejemplo, desestímulo por los precios al productor interno. Aunque haya buena producción, o buena demanda en el resto del mundo, los precios se desploman, y nosotros nos quedamos aquí con la producción. ¡No la vendemos! Venderla es costoso para nosotros en ese sentido”, ilustró.

Al incluir los resultados de la política económica local, Avendaño enfatizó en que “vemos que se garantiza la estabilidad macroeconómica en medio de crisis, pero todo beneficio económico tiene un costo económico. ¿Cuál es el beneficio por tener una baja tasa de inflación, que acumula 0.8% entre enero y octubre 2020? ¿Es bueno eso? No, porque la demanda está deprimida”.

El experto observa que “la gente está consumiendo menos. Tiene miedo de gastar. Ahorra para enfrentar situaciones más acuciantes en el corto plazo. Se cayó la inversión por la incertidumbre política. Se cayó la producción, la importación; tenemos superávit en la balanza de pagos, y dicen los colegas del gobierno que es “por la correcta aplicación de la política macroeconómica”, lo que es una falta de seriedad, y es lo que venimos a aclarar con la historia del tránsito de 50 años”.

A pesar de los buenos números de hace tres años, invita a no empeñarnos en restablecer 2017 en materia productiva y social, porque “así como cae la producción, está subiendo la pobreza. Los nicaragüenses debemos dejar a un lado las diferencias, para encontrar un elemento que nos ayude a mejorar esta situación. Hagámoslo antes que nos destrocemos, porque todavía podemos evitar que el que gane las próximas elecciones, encuentre un país en ruinas”, advirtió.

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Iván Olivares

Iván Olivares

Periodista nicaragüense, exiliado en Costa Rica. Durante más de veinte años se ha desempeñado en CONFIDENCIAL como periodista de Economía. Antes trabajó en el semanario La Crónica, el diario La Prensa y El Nuevo Diario. Además, ha publicado en el Diario de Hoy, de El Salvador. Ha ganado en dos ocasiones el Premio a la Excelencia en Periodismo Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en Nicaragua.

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