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Policía con dos rostros

una institución nacional que tiene dos rostros deja de ser confiable. Y cuando eso pasa la inseguridad aumenta, la impunidad empeora y las comunidades e individuos piensan que la justicia sólo es para los que se reflejan en uno de esos dos rostros

El pistolero que disparó contra manifestantes en las cercanías de Metrocentro, en Managua. Carlos Herrera/Confidencial.

Alfonso Malespín

4 de septiembre 2015

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La ruta que está transitando la Policía Nacional de Nicaragua nos muestra a una institución con doble rostro. Uno de estos rostros es severo al punto de violar garantías constitucionales y derechos individuales y colectivos. Con este rostro hemos visto que desaparecen a personas sospechosas de haber cometido un delito contra intereses económicos, intereses políticos de la Presidencia o la vida de policías. Luego estas personas, luego que sus familias deambulan angustiadas por las delegaciones policiales hasta llegar a El Chipote y organismos de derechos humanos, llevan a la Policía a mostrarlos –vivos o muertos- en sendas conferencias de prensa. Los ejemplos son varios y muy conocidos entre 2008 y 2015:

• Los productores de granos básicos apaleados a orillas de Condega. Demandaban precios justos por sus fríjoles y maíz.


• Los habitantes y ambientalistas de Santo Domingo, Chontales, que demandaban que la minería no destruyera su reserva forestal y de agua, ni el casco urbano del pueblo.

• Los acusados de cometer un atentado terrorista el 19 de julio de 2014. Fueron apresados en horas de la noche, desaparecidos por 12 días y luego presentados ante la prensa – bien vestiditos – como los culpables del atentado.

• Los comunitarios de El Tule, que no desean ser exiliados en su propio país para dar paso al canal interoceánico del comandante Daniel Ortega.

• El joven apresado en Rivas, desaparecido y encontrado ahorcado en una celda de El Chipote.

• Los tres sospechosos de participar en la masacre de cinco policías en la zona de Punta Gorda. Se les capturó y desapareció por 7 días hasta que los medios independientes lo denunciaron. Una foto publicada en La Prensa fue clave para que la Policía no pudiera negar que los había capturado.

El segundo rostro de la Policía se estrenó cuando grupos de simpatizantes del partido de gobierno acosaron, abusaron verbalmente, golpearon, manosearon y hasta robaron a miembros de la Coordinadora Civil y otras organizaciones de sociedad civil. Eso fue en 2008, cuando desde El 19 Digital se orquestó el linchamiento mediático de Forum Syd (Suecia), Oxfam Gran Bretaña, Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM) y CINCO.

Luego llegaron las agresiones de noviembre de 2008, después del fraude electoral. Ante las flagrantes agresiones ejecutadas por grupos progubernamentales, en las que la Policía no protegió ni socorrió a las personas agredidas, la comisionada Granera dijo que lo importante era “resguardar la vida”. Hace par de años ocurrió otro caso emblemático, en el que se vio este segundo rostro de la Policía Nacional: #OcupaINSS. Ante tropas policiales y el actual Inspector General Pablo Emilio Ávalos, vándalos transportados en camiones de la Alcaldía de Managua, asaltaron y robaron vehículos, equipos electrónicos, equipos musicales, carteras… pero la Policía no vio nada de nada y es la fecha y no investiga el caso. Igual que no investigó la agresión sufrida por la Coordinadora Civil en predios de la Catedral de Managua.

Este miércoles 2 de septiembre, cuando se celebra la fundación del Ejército Defensor de la Soberanía Nacional y del Ejército Nacional, un pistolero emergió de entre las filas de manifestantes progubernamentales y disparó en dirección de quienes realizan lo que llaman #MiercolesdeProtesta, para reclamar un proceso electoral universal, justo y transparente. El segundo rostro de la Policía Nacional esta vez se vistió de comisionado Juan Valle. Preguntado por periodistas, luego de correrse de la balacera hacia un punto cercano a la protesta, dijo: “Nada, yo no he visto nada… ¿No ven a cuántas cuadras estoy yo?”

Valle, Ávalos y Granera en perfecta sintonía. Los medios pro gobierno también. No faltaba más. Para muestra El Nuevo Diario. El problema es que una institución nacional que tiene dos rostros deja de ser confiable. Y cuando eso pasa la inseguridad aumenta, la impunidad empeora y las comunidades e individuos piensan que la justicia sólo es para los que se reflejan en uno de esos dos rostros. Si la Policía Nacional sigue por este derrotero, lo lamentará como institución. Pero también lo lamentará todo el país, pues habremos perdido un órgano verdaderamente nacional, que debió servir para garantizar la seguridad de todas las comunidades del país.


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Alfonso Malespín

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