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Nostalgia Soviet

Las decisiones de los personajes parecen, cada vez más, gobernadas por los caprichos de un arco narrativo predeterminado, y no por su psicología y sus circunstancias

Juan Carlos Ampié

11 de julio 2015

AA
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En 1992, Andrei Chikatilo fue condenado como el peor asesino serial en la historia de la Unión Soviética. Entre 1978 y 1990, mató a más de cincuenta personas. Sus crímenes ya inspiraron la película de HBO “Ciudadano X” (Chris Gerolmo, 1995); así como al novelista británico Tom Rob Smith, quien trasladó la acción a la década de los 50´s en el best-seller “Child 44”. “Crímenes Ocultos” es la adaptación que ahora ocupa nuestras pantallas, como la única opción para el espectador adulto que no quiere someterse al tsunami comercial de los Minions. Buena suerte para esta épica fallida, pues la falta de competencia real en la cartelera le beneficia.

La película sigue los pasos de los pasos de Leo Deminov (Tom Hardy), desde su desesperada orfandad durante lo peor del stalinismo, hasta su rol de soldado en la caída del Reichstag durante la II Guerra Mundial. Él es el soldado que iza la bandera roja sobre la cúpula del parlamento nazi, en una foto histórica que lo convierte en el equivalente soviético de una estrella. Esto le abre las puertas de la Policía, donde funge como satisfecho funcionario del Estado. Su misión en curso implica cazar a Anatoly Brodsky (Jason Clarke), veterinario sospechoso de traición. Esto supone una distracción de su idílico romance con Raisa (Noomi Rapace), una profesora de escuela con un par de secretos en la gaveta. De repente, un niño aparace muerto cerca de las vías del tren. El crimen golpea de cerca a Leo, quien se dispone a buscar al culpable. Es una tarea ingrata, pues el asesinato no existe en el “paraíso de los trabajadores”. Buscar justicia es un acto subversivo, que va contra su ideología.


En sólo el arranque de la película, tenemos dos saltos temporales de considerable magnitud, un pequeño ejército de personajes, y suficiente trama como para varias series de televisión. “Crímenes Ocultos” es, a todas luces, una de esas producciones prometedoras que se pierden en el camino del plató al cine. Sus créditos delatan una producción tormentosa. En algún momento, el gran director de fotografía Phillipe Rousselot fue re emplazado por Oliver Wood. No sólo uno, sino dos sólidos editores comparten responsabilidades: Pietro Scalia y Dylan Tichenor. Aún así, la película se siente abrupta y apresurada, aún a pesar de un metraje que se extiende por más de dos horas. La coincidencia resuelve demasiados nudos dramáticos. Las decisiones de los personajes parecen, cada vez más, gobernadas por los caprichos de un arco narrativo predeterminado, y no por su psicología y sus circunstancias. En el tercio final, la película se descarrila completamente.

Es difícil señalar un culpable, pero lo más probable es que sea Daniel Espinosa (Safe House). El director sueco-chileno no logra administrar la atención del público entre un material expansivo. Parece incapaz de crear secuencias que funcionen más allá de lo literal. Y es una lástima. El reparto es excelente, y mantiene la dignidad aún en medio de la desafortunada idea de hacer que todo el mundo hable inglés con acento ruso. Los actores se apegan a la regla con variable grado de compromiso. Aún con todos estos problemas, la atmósfera de opresión soviética es fascinante. Los valores de producción lo trasladan a la época y el lugar, incluso cuando la acción pasa de Moscú a las provincias. El efecto es extraño, porque la convulsionada trama, que debería monopolizar nuestro interés, se convierte en una distracción de la atracción principal. Uno quisiera escapar por las calles grises, para encontrar una historia más digna de nuestra atención. Sepultada bajo los vericuetos de “Crímenes Ocultos” queda la inquietante idea de que la represión como política de Estado crea un clima en el cual florece la inmoralidad, convirtiendo, incluso a los ciudadanos que apenas tratan de sobrevivir, en víctimas y cómplices a la vez.

Clasificación 

Crímenes Ocultos (Child 44)

Dirección: Daniel Espinosa

Duración: 2 hora, 17 minutos

Clasificación: [estrella][estrella] (Regular)

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Juan Carlos Ampié

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